La ley alcanza pero no derrota a la ¡®Robin Hood de la ciencia¡¯
Sci-Hub, la web pirata de art¨ªculos cient¨ªficos, resiste las demandas sin precedentes de las editoriales
¡°Si he logrado ver m¨¢s lejos, ha sido porque he subido a hombros de gigantes¡±, escrib¨ªa Isaac Newton en una carta a su rival, el f¨ªsico brit¨¢nico Robert Hooke, en 1675. Hoy en d¨ªa, los cient¨ªficos solo pueden encaramarse metaf¨®ricamente a los hombros de investigadores cuyos estudios entren en el paquete de suscripci¨®n de su universidad. Solo el a?o pasado, el CSIC gast¨® algo m¨¢s de nueve millones de euros en la adquisici¨®n de informaci¨®n cient¨ªfica, seg¨²n su informe anual.
Dado el incre¨ªble coste que supone para los centros de investigaci¨®n abonarse a cada revista cient¨ªfica, las instituciones no pueden proporcionar a sus empleados acceso libre a toda la literatura acad¨¦mica que necesitan para trabajar. Los estudiantes o cient¨ªficos no afiliados a una buena biblioteca lo tienen a¨²n peor: el precio medio de un paper ronda los 25 euros para un particular. Y esto a pesar de que muchos estudios se financian con dinero p¨²blico.
Descontenta con el modelo de publicaci¨®n, la inform¨¢tica kazaja Alexandra Elbakyan fund¨® en 2011 la web pirata Sci-Hub, que proporciona a los internautas libre acceso a millones de publicaciones cient¨ªficas que legalmente son de pago. ¡°Cuando yo era estudiante en la universidad de Kazajist¨¢n, no tuve acceso a ning¨²n documento de investigaci¨®n, documentos que necesitaba para mi proyecto. Es de locos pagar 32 d¨®lares [por estudio] cuando tienes que ojear o leer cientos de documentos para hacer una investigaci¨®n¡± declaraba en una carta abierta ante el tribunal de Nueva York en 2015.
El motivo por el que Elbakyan escrib¨ªa a un juez en Nueva York fue que Reed-Elsevier, la editorial que m¨¢s ingresos genera de las publicaciones acad¨¦micas, demand¨® a Sci-Hub y a su creadora por infracci¨®n de derechos de autor. Ella argumentaba que su p¨¢gina proporciona un servicio p¨²blico y que no es comparable con la pirater¨ªa de m¨²sica o de pel¨ªculas, ya que los cient¨ªficos no cobran derechos por las ventas de sus art¨ªculos. Ese mismo a?o, un juez orden¨® el cierre del dominio sci-hub.org, cuyo registrador ¡ªla empresa arrendadora del dominio .org¡ª est¨¢ basado en EE UU. A¨²n as¨ª, la p¨¢gina permaneci¨® activa bajo otros nombres registrados en el extranjero que Elbakyan iba anunciando en Facebook. El pleito de Elsevier no concluy¨® hasta junio de 2017, cuando el juez orden¨® una indemnizaci¨®n de 15 millones de d¨®lares a favor de la editorial. Elbakyan no se present¨® al juicio.
Un golpe legal sin precedentes
Hasta la semana pasada, se pod¨ªa acceder al portal pirata a trav¨¦s de sci-hub.cc, sci-hub.io, sci-hub.ac y sci-hub.bz. Ahora solo est¨¢ activo el ¨²ltimo enlace, registrado en Belice. El motivo es un nuevo litigio, presentado por la American Chemical Society (ACS) ante un tribunal en el estado de Virginia. Esta editorial es menor que Elsevier, pero su juicio se ha saldado con mayores consecuencias. De entrada, el juez tambi¨¦n ha concedido una indemnizaci¨®n a los demandantes, esta vez por 4,8 millones de d¨®lares. Pero, adem¨¢s, la ¨²ltima sentencia ¡ªconocida en noviembre¡ª es excepcional al ordenar el cese de cooperaci¨®n con Sci-Hub de servicios de internet que en este caso incluyen no solo a los registradores de dominios, sino tambi¨¦n a proveedores de conexi¨®n a internet y motores de b¨²squeda. Estas son entidades legales ajenas a la organizaci¨®n de Sci-Hub y que no estaban involucradas en el juicio.
¡°El hecho de que ese tipo de lenguaje est¨¦ incluido en la sentencia es preocupante¡±, dice el estudiante doctoral Stephen McLaughlin, que es especialista en estudios de la informaci¨®n en la Universidad de Texas y ha seguido de cerca el caso de Sci-Hub. ¡°No sabemos c¨®mo podr¨ªan tratar de imponerlo. Yo creo que el intento aparente de la ACS de conseguir bloqueos a nivel de motores de b¨²squeda y de proveedores de servicios de internet probablemente no sea legal bajo el modelo estadounidense¡±, a?ade.
El director de comunicaciones de la American Chemical Society, Glenn Ruskin, ha confirmado a Materia que la ACS envi¨® la orden judicial a varios proveedores de internet y registradores de dominios de Sci-Hub para que acatasen el edicto. Esto explica la ca¨ªda repentina de tres dominios web el mi¨¦rcoles de la semana pasada (uno de ellos con registro en EE UU, los otros dos en Reino Unido). ¡°La ACS continuar¨¢ su esfuerzo por imponer el cumplimiento de la orden judicial¡±, asegura Ruskin.
Por su parte, Elbakyan no ha pagado un c¨¦ntimo, ya que opera la web desde Rusia, fuera de la jurisdicci¨®n estadounidense. Tampoco tiene el tribunal de Virginia potestad para incautar los servidores de Sci-Hub. ?stos deben de albergar unos 70 terabytes de documentos seg¨²n Daniel Himmelstein, un cient¨ªfico de datos de la Universidad de Pensilvania que ha publicado un an¨¢lisis del contenido de Sci-Hub. ¡°Las empresas de tecnolog¨ªas no est¨¢n muy contentas con la orden. Se consideran proveedoras de un servicio neutro y no responsables de lo que hagan sus usuarios. Tienen un inter¨¦s muy fuerte en detener estas ¨®rdenes judiciales tan amplias y sin precedentes¡±, explica.
El futuro de las publicaciones cient¨ªficas
A pesar de la novedad del caso y del celo de las editoriales por defender su negocio, los usuarios de Sci-Hub no anticipan que la sentencia vaya a cambiar mucho; la demanda de acceso libre a los conocimientos cient¨ªficos es demasiado grande, y resulta dif¨ªcil imponer leyes regionales en una web descentralizada. ¡°Es como esa frase de que no le puedes poner puertas al campo¡±, opina Manuel de Le¨®n, profesor de investigaci¨®n del CSIC y director del Instituto de Ciencias Matem¨¢ticas (ICMAT). ¡°Con el mundo de internet tambi¨¦n es imposible. Se trata de poner el conocimiento que se genera al servicio de otros; eso no va a desaparecer nunca, creo. Y si cierran un sitio, aparecer¨¢ otro¡±.
Aun cerrando todos los dominios de Sci-Hub, ser¨ªa dif¨ªcil para las editoriales bloquear completamente el acceso a la p¨¢gina. El portal pirata cuenta con una direcci¨®n alternativa en la web profunda Tor, que est¨¢ formada por un grupo de servidores que encriptan el tr¨¢fico para ocultar su origen. ¡°Esta red es inmune a cualquier tipo de censura salvo la incautaci¨®n f¨ªsica de los servidores¡±, se?ala Himmelstein.
El modelo editorial de las revistas cient¨ªficas es redondo
El entusiasmo que ha generado el caso de Sci-Hub es reflejo de un descontento profundo con el modelo de publicaci¨®n cient¨ªfica que toca a investigadores en todas las disciplinas. ¡°Nosotros hacemos las investigaciones, escribimos los art¨ªculos, los enviamos a las revistas. Tambi¨¦n nosotros somos los evaluadores de las revistas, somos directores o miembros del comit¨¦ editorial; no cobramos habitualmente nada por eso. Y luego encima tenemos que volver a pagar por acceder a nuestro trabajo¡±, reclama De Le¨®n. ¡°Al final es un negocio tremendo. El modelo editorial de las revistas cient¨ªficas es redondo¡±, sentencia.
Aunque existen algunas revistas reputables que no cobran suscripciones, s¨ª cobran tasas de publicaci¨®n. Himmelstein tiene una visi¨®n para el modelo ideal: ¡°Yo quiero que toda la literatura acad¨¦mica financiada con dinero p¨²blico sea de libre acceso y lectura. No solo gratis, sino tambi¨¦n libre de barreras de permisos, es decir, con una licencia p¨²blica que permita la miner¨ªa de datos y textos. Mucha gente comparte esta visi¨®n, la del movimiento open access¡±.
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