Manolo Blahnik, un dise?ador de museo
La primera exposici¨®n dedicada en Espa?a al ¡°dibujante de zapatos¡± canario es un viaje por sus obsesiones y pasiones creativas plasmadas en tacones
Cada zapato de los miles que ha dise?ado Manolo Blahnik en m¨¢s de 45 a?os de carrera lleva un nombre propio. Eso hace cada uno de sus dise?os a¨²n m¨¢s ¨²nico. Hasta el pr¨®ximo 8 de marzo, 212 de esas piezas exclusivas y 80 dibujos originales, provenientes de su colecci¨®n privada con m¨¢s de 30.000, se podr¨¢n ver en la primera exposici¨®n en Espa?a dedicada al zapatero canario.
Manolo Blahnik: El arte del zapato es el nombre de la muestra inaugurada por el dise?ador el pasado 27 de noviembre en el Museo de Artes Decorativas de Madrid, una versi¨®n ¡°ampliada¡± de la que pas¨® por San Petersburgo, Par¨ªs y Mil¨¢n y, sobre todo, para ¨¦l, ¡°la m¨¢s personal y emotiva de todas¡±, cont¨® en la presentaci¨®n. ¡°La m¨¢s entra?able¡±, dijo, porque, aunque lleva d¨¦cadas viviendo fuera de Espa?a y su prestigio y fama son mundiales, esta sigue siendo su casa y las Islas Canarias, el lugar en el que naci¨® en 1942 y sin el que no puede vivir.
La naturaleza de las Canarias ha sido siempre parte de su imaginario art¨ªstico. La primera colecci¨®n que realiz¨® para Ossie Clark en 1972 ya estaba inspirada en las formas vegetales de su isla. Las flores, las hojas, los frutos de distintos colores han sido una constante de sus dise?os y la exposici¨®n dedica una sala entera a esta obsesi¨®n de Blahnik por la bot¨¢nica. Pero no es la ¨²nica de sus obsesiones y, precisamente, la exposici¨®n, comisariada por Cristina Carrillo de Albornoz, coordinada por Debra Smith y organizada por Vogue Espa?a, est¨¢ distribuida tem¨¢ticamente siguiendo las grandes pasiones de este ¡°dibujante de zapatos¡±.
Hay zapatos, todos prototipos de la talla 37, inspirados en sus novelas favoritas, como Madame Bovary o El Gatopardo; o en sus pintores preferidos, como Zurbar¨¢n, Picasso o Matisse. Hay tacones que buscan su referencia en obras arquitect¨®nicas, como uno de sus ¨²ltimos dise?os, al que ha llamado Josefa y que cre¨® como un homenaje a la fallecida Zaha Hadid. Un zapato que, adem¨¢s, se exhibe en todo su proceso de creaci¨®n desde el dibujo a la horma hasta las decenas de detalles que configurar¨¢n el modelo final.
Para Blahnik lo m¨¢s importante a la hora de crear un zapato es ¡°la construcci¨®n, su dise?o y la fusi¨®n de los materiales¡±. Los Manolos, como popularmente se llama a sus zapatos, est¨¢n ¡°m¨¢s all¨¢ de la moda¡±, tienen ¡°personalidad propia que trasciende la mera funcionalidad para acercarse, en muchas ocasiones, al arte¡±, explican en la muestra. Por eso son m¨¢s que accesorios y han llegado a los museos.
Los numerosos viajes que ha realizado el dise?ador en su vida y las mujeres que se ha cruzado en su camino tambi¨¦n son obsesiones que han nutrido su trabajo. Ambos, viajes y mujeres, van unidos en su trayectoria y aparecen representados en la exposici¨®n. De hecho, fue en su primer viaje a Nueva York, en 1971, cuando Paloma Picasso (una de las mujeres de su vida) le present¨® a la cl¨¢sica editora de Vogue Diana Vreeland. La mujer que defini¨® el estilo del siglo XX, la cazadora de talentos, fue quien le dijo a Blahnik que el suyo estaba en crear zapatos. Y el canario la escuch¨®, aunque el primer par que ide¨® ¡°era un desastre¡±, record¨® ¨¦l en la inauguraci¨®n.
Ha habido otros dise?os de los que se arrepiente, pero sabe que todos siempre fueron ¨²nicos. Cuando empez¨® en los setenta, las plataformas dominaban los andares y ¨¦l decidi¨® centrarse en sus tacones y siluetas finas. Jam¨¢s sigui¨® las tendencias, cre¨® la suya propia que le ha llevado a trabajar con otros dise?adores y hasta al cine. Una de las salas de la exposici¨®n recoge los zapatos que cre¨® para una pel¨ªcula que result¨® ser la horma de su genio, Mar¨ªa Antonieta.
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