En Camer¨²n la diabetes mata
Un hospital de Yaund¨¦ trabaja para curar la enfermedad que provoca la quinta causa de muerte en el pa¨ªs
Muchos cameruneses llevan la diabetes en su sangre sin saberlo. Es el caso de Ren¨¦-Claude Mballa Omgbwa, de 49 a?os, que espera su turno para ser atendido por el doctor Bernard Blaise Noujep Noujep. A finales del a?o pasado, tuvo una crisis que hizo a su familia correr con ¨¦l al hospital. Fue as¨ª como se enter¨® de que padec¨ªa esta enfermedad. ¡°S¨ª, ten¨ªa los s¨ªntomas, pero no lo sab¨ªa. Me sent¨ªa muy cansado, me dol¨ªa todo, los pies especialmente y la vista. No ve¨ªa bien. Y a veces ten¨ªa calor pero por dentro ten¨ªa fr¨ªo¡±, comenta. Algo parecido le sucedi¨® a Justin Nouken, de 80 a?os; a pesar de que ten¨ªa dolores y se le hinchaban los pies, nunca supo que padec¨ªa diabetes hasta el d¨ªa que fue al m¨¦dico porque se encontraba d¨¦bil y se la descubrieron al hacerle una anal¨ªtica.
Aunque la diabetes es generalmente considerada una condici¨®n de las naciones desarrolladas, el 80% de las muertes por esta enfermedad se registran en pa¨ªses de ingresos bajos y medios, seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS). ?frica tiene la tasa de mortalidad por diabetes m¨¢s alta del mundo. Se estima que en este continente hay actualmente 15 millones de diab¨¦ticos diagnosticados, pero que el 80% de los enfermos siguen sin identificarse. En los pr¨®ximos 20 a?os, el n¨²mero de diab¨¦ticos en esta regi¨®n se duplicar¨¢.
La diabetes plantea un problema real de salud p¨²blica en la mayor¨ªa de los pa¨ªses africanos y su gesti¨®n se complica por las dificultades socioecon¨®micas. Adem¨¢s, es una afecci¨®n a la que no se le ha concedido importancia hasta hace poco debido a que la urgencia de enfermedades tropicales, como la malaria, o transmisibles -tuberculosis o el VIH/SIDA-, acaparaba los escasos recursos de los ministerios de Salud. Esta situaci¨®n comenz¨® a revertir en los ¨²ltimos a?os y en muchos pa¨ªses se han adoptado planes nacionales de lucha contra la diabetes. Este no es el caso de Camer¨²n a pesar de la petici¨®n expresa que le formul¨® la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) en 2016.
Los diab¨¦ticos siguen enfrent¨¢ndose a numerosas barreras para el seguimiento de su enfermedad
La diabetes es la quinta causa de muerte en Camer¨²n. Es responsable del 2% de los fallecimientos anuales en el pa¨ªs, seg¨²n el informe sobre esta enfermedad elaborado por la OMS en 2016; que adem¨¢s muestra la rapidez con la que progresa en el pa¨ªs. En 2014, ya afectaba al 5% de la poblaci¨®n y el porcentaje contin¨²a en aumento. El sobrepeso representa el mayor factor de riesgo y es responsable del 29,5% de los casos, seguido por la falta de actividad f¨ªsica (29,3%) y la obesidad (9,6%). Son m¨¢s las mujeres que mueren por esta enfermedad (2.480 de m¨¢s de 30 a?os en 2016) que los hombres (1.920 en el mismo grupo de edad y a?o).
¡°Es una enfermedad que puede ocurrir a cualquier edad¡±, explica el doctor Noujep, jefe de la unidad de diabetes del hospital San Martin de Porres de Yaund¨¦. ¡°Pero la mayor¨ªa de los casos que nos llegan son de la conocida como diabetes tipo II, que se manifiesta, principalmente, a partir de los 40 a?os. Tambi¨¦n nos llegan de tipo I, que afecta a ni?os y j¨®venes, pero son menos¡±. Se calcula que la prevalencia de diabetes tipo II aumenta en un 6% anualmente, pero los pacientes diab¨¦ticos siguen enfrent¨¢ndose a numerosas barreras para el seguimiento de su enfermedad.
El doctor Noujep confirma que los casos de Mballa o Nouken no son at¨ªpicos. ¡°Suele ser lo normal. La mayor¨ªa de los pacientes no saben que padecen la enfermedad y nos llegan por otros problemas, como, por ejemplo, por falta de circulaci¨®n. Por eso, cuando empezamos el tratamiento est¨¢n en un estado muy avanzado de la enfermedad y ya se han producido complicaciones irreversibles (como ceguera, nefropat¨ªa, coma diab¨¦tico, accidentes cardiovasculares o neuropat¨ªa de los pies) que les causan a discapacidades de por vida e incluso a la muerte prematura¡±. Un 10% de los diab¨¦ticos corren el riesgo de amputaci¨®n. ¡°Para evitar complicaciones, debe equilibrarse la glucosa en sangre y normalizar la presi¨®n arterial y los niveles de colesterol. Por eso es tan importante el seguimiento que se hace a estos enfermos y los an¨¢lisis que se repiten, por norma general, cada tres meses¡±, concluye el m¨¦dico.
Cuando empezamos el tratamiento est¨¢n en un estado muy avanzado de la enfermedad y ya se han producido complicaciones irreversibles
El hospital de San Mart¨ªn de Porres de Yaund¨¦ es uno de los pocos que ha comenzado un programa para prevenir, detectar y controlar la enfermedad en el pa¨ªs con la colaboraci¨®n de la Fundaci¨®n Recover. Hospitales para ?frica. Este apoyo permite que desde hace un par de a?os, cada mi¨¦rcoles, el doctor Noujep pase consulta en un anexo del complejo hospitalario. All¨ª se derivan todos los casos que se detectan en el centro y ¨¦l hace el seguimiento de cada uno de ellos. Aqu¨ª las estad¨ªsticas tambi¨¦n confirman la velocidad con la que la diabetes se extiende por Camer¨²n: a 30 de septiembre de este a?o, el centro sigue a 332 pacientes (222 mujeres y 110 hombres). Esto supone casi el doble de los que estaban registrados el 30 de septiembre de 2016, 181. Si se compara el tercer trimestre de 2016 con el de 2017, en el primero se registraron 18 nuevos casos y este a?o 52, lo que indica que el ritmo de crecimiento es cada vez mayor.
Tras escuchar las preocupaciones del personal m¨¦dico de San Martin de Porres, Recover decidi¨® crear este programa, comenta ?ngela Sevillano, directora de proyectos de la fundaci¨®n. ¡°Ellos estaban preocupados por el creciente aumento de casos de diabetes en consulta. Adem¨¢s, el car¨¢cter cr¨®nico de la enfermedad hace que muchos de los enfermos detectados tengan grandes dificultades para costearse el seguimiento y tratamiento que requieren, lo que aumenta sus problemas de salud¡±.
¡°Tambi¨¦n hubo que hacer frente a la inexperiencia de los profesionales en el seguimiento de la enfermedad y ausencia de especialistas, puesto que hasta hace unos a?os era pr¨¢cticamente desconocida en el continente africano. El personal estaba muy preparado en enfermedades tropicales, VIH y tuberculosis, pero no en enfermedades no transmisibles como la diabetes¡±, contin¨²a Sevillano. ¡°Ante esta situaci¨®n, Recover trabaj¨® en el dise?o del programa de forma conjunta con los profesionales sanitarios del hospital, que son quienes detectaron la necesidad de adaptarse al nuevo perfil de pacientes que recib¨ªa el centro mediante la creaci¨®n de una Unidad para Diabetes¡±.
Recover trabaj¨® en el dise?o del programa con los profesionales sanitarios del hospital
Finalmente, la unidad se puso en marcha en 2015, y entre las actividades desarrolladas para ello, Sevillano enumera que, adem¨¢s de la provisi¨®n inicial de los materiales necesarios, se crearon protocolos m¨¦dicos sobre el diagn¨®stico, seguimiento y tratamiento de pacientes diab¨¦ticos con apoyo de voluntarios especialistas; se dio formaci¨®n especializada al equipo sanitario del hospital asignado a la unidad; se estableci¨® un circuito espec¨ªfico para pacientes diab¨¦ticos dentro del hospital y un sistema de pago mensual para el seguimiento regular a precios asequibles y sociales "al alcance de todos"; comenzaron grupos de educaci¨®n para la salud espec¨ªficos para estos pacientes; se elaboraron manuales con informaci¨®n clara sobre la enfermedad, cuidados b¨¢sicos, seguimiento terap¨¦utico, signos de alarma y estilos de vida saludables; adem¨¢s de un modelo de dieta para diab¨¦ticos, adaptado a la disponibilidad de alimentos en Camer¨²n¡±.
Quiz¨¢s, uno de los principales problemas a los que se enfrentan los enfermos de diabetes es el cambio de estilo de vida y el seguimiento de una dieta alimentaria especial, lo que representa un problema para muchos pacientes por los gastos extras que supone. A pesar de eso, la mayor¨ªa realiza un esfuerzo, como es el caso de la se?ora Wanko, de 60 a?os, que dice que hace todo lo posible para seguirla: ¡°no puedo salt¨¢rmela, ?es mi vida!¡±, exclama. Mballa confiesa que muchas veces tiene ganas de transgredir las prohibiciones que le impone el doctor, ¡°sobre todo, las relacionadas con la comida, pero me aguanto¡±. Lo que dice echar m¨¢s de menos es su antigua vida social. Se ha visto obligado a abandonar la bebida, y consecuentemente ya no frecuenta los bares y mismos lugares de diversi¨®n que antes lo que le ha supuesto, tambi¨¦n, dejar de ver a la mayor¨ªa de sus amigos. Yvette Nouken, de 55 a?os, tiene dificultades para ser fiel al r¨¦gimen. ¡°Conseguir alimentos especiales cuesta dinero¡±, confiesa, pero tiene que hacer todo lo posible para seguirlo. ¡°Ahora mi cuerpo se ha acostumbrado y se ha hecho a ¨¦l, y tambi¨¦n a la enfermedad, no puedo arriesgar¡±.
Ha costado mucho conseguir esta concienciaci¨®n por parte de los enfermos. El ¨¦xito se debe en gran parte al equipo de formaci¨®n del hospital que cada d¨ªa aprovecha las horas de espera de los pacientes antes de ser recibidos por los m¨¦dicos para concienciarles sobre distintos asuntos. Entre otros hacen especial hincapi¨¦ en la diabetes. Con v¨ªdeos y folletos explican s¨ªntomas, causas y consecuencias, al tiempo que anima a los que crean que puedan padecerla a comentarlo con su doctor y pedir un an¨¢lisis. Ellos tambi¨¦n aconsejan a los enfermos que ya han sido detectados a seguir estrictamente la dieta impuesta a pesar de los sacrificios que ello pueda suponerles.
Ha costado mucho conseguir esta concienciaci¨®n por parte de los enfermos
La OMS ha pedido a Camer¨²n que establezca un plan nacional de lucha contra la diabetes, pero aunque ya se han tomado algunos pasos en este sentido, todav¨ªa no est¨¢ disponible. Este, siempre seg¨²n la OMS, debe incluir la implementaci¨®n de criterios est¨¢ndar para mover a los pacientes desde el nivel de atenci¨®n primaria de salud a un nivel superior; est¨¢ndares nacionales basados en la evidencia para la diabetes; pol¨ªticas para reducir la sedentarizaci¨®n, el sobrepeso y la obesidad. Tambi¨¦n deben fortalecer la respuesta garantizando la disponibilidad de medicamentos, tecnolog¨ªas y t¨¦cnicas b¨¢sicas en la formaci¨®n m¨¦dica p¨²blica.
Camer¨²n, en la actualidad, parece lejos de estos par¨¢metros. A falta de campa?as nacionales para su prevenci¨®n y medios para su tratamiento, los cameruneses dependen de los escasos programas existentes en el pa¨ªs. Tal es el caso del puesto en marcha en el hospital San Martin de Porres que se ha visto obligado a dise?ar sus propios protocolos para atender dignamente a la cada vez mayor poblaci¨®n enferma de diabetes que llega hasta ¨¦l.
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