Rosa Garc¨ªa-Malea, la primera mujer que entr¨® en la Patrulla ?guila
Rosa Garc¨ªa-Malea siempre quiso ser piloto de combate e ingresar en el cuerpo m¨¢s visible del Ej¨¦rcito del Aire: la Patrulla ?guila. A sus 36 a?os, se ha convertido en la primera mujer en realizar cabriolas con este equipo acrob¨¢tico de ¨¦lite.
HOY ROSA lleva el pelo recogido en un mo?o. Para quien no la conozca, seguramente esto no tenga nada de particular. Cualquiera que sepa a qu¨¦ se dedica, lo ver¨¢ m¨¢s claro: sabr¨¢, a poco que sea sagaz, que este d¨ªa la piloto no monta en el avi¨®n. Si no, se habr¨ªa atado la melena casta?a en una trenza, ¡°porque el casco es inc¨®modo, y de otra manera me molesta¡±.
San Javier, provincia de Murcia. Base del Ej¨¦rcito del Aire. Seis de la tarde. Entre soldados novatos que a¨²n desfilan a un ritmo discontinuo y oficiales de modos m¨¢s graves, destaca un grupo de hombres uniformados de azul. Pasan por las inmediaciones de un hangar donde duermen un par de estilizados aviones biplaza atravesados por pinturas de rayos rojos, amarillos y plateados. Cuando agarran el casco bajo el brazo, la imagen de Tom Cruise en su papel en Top Gun salta inevitablemente a la mente. Son los miembros de la Patrulla ?guila. El equipo espa?ol de aviaci¨®n acrob¨¢tica se dirige a uno de los briefings donde peri¨®dicamente preparan y analizan su trabajo. La capitana Garc¨ªa-Malea ha roto la disciplina de grupo ¡ªen sentido figurado¡ª al convertirse en la primera mujer en ingresar en este cuerpo de ¨¦lite. Lleg¨® en marzo de este 2017, tras una d¨¦cada como piloto de combate. Despu¨¦s de sacar una oposici¨®n y estudiar Ingenier¨ªa durante cinco a?os, se especializ¨® en esta modalidad en la base de Talavera la Real, en Badajoz, volando en un F-5 supers¨®nico. ¡°La Patrulla es lo m¨¢s visible del Ej¨¦rcito del Aire y siempre ha estado en mi pensamiento¡±, explica esta almeriense de 36 a?os con voz firme y a la vez delicada.
Como piloto militar, podr¨ªa haber escogido los helic¨®pteros o los aviones de transporte. Pero, al igual que otras cuatro mujeres en Espa?a, se decant¨® por los cazas. ¡°Que una de nosotras entrara en la Patrulla era solo cuesti¨®n de tiempo¡±, dice quit¨¢ndole hierro a su haza?a, ya replicada por otra compa?era que, al haberse quedado embarazada, se encuentra de baja temporalmente. ¡°Dicen que el piloto de combate tiene que ser un poquito agresivo, decidido y, sobre todo, ha de ser capaz de mantener la concentraci¨®n en vuelos muy largos o muy complejos¡±, apunta la militar, que, como el resto de sus compa?eros, participa en el equipo acrob¨¢tico voluntariamente. ¡°En otras patrullas, en el extranjero, lo normal es que la dedicaci¨®n sea exclusiva¡±, explica. ¡°En Espa?a no es as¨ª, sino que nuestro principal puesto es como instructores de la Academia General del Aire¡±.
Como piloto militar, podr¨ªa haber elegido los helic¨®pteros. Pero, como otras cuatro mujeres en Espa?a, se decant¨® por los cazas
La Patrulla ?guila es la encargada de ejecutar uno de los espect¨¢culos estrella de los desfiles de la Fiesta Nacional, el 12 de octubre. Este a?o el acontecimiento se ti?¨® de luto por la muerte del piloto de un Eurofighter del Ej¨¦rcito del Aire, que se estrell¨® al regresar a su base en Albacete. Un accidente que se replic¨® de manera ins¨®lita con un F-18, cinco d¨ªas despu¨¦s, al despegar de la base madrile?a de Torrej¨®n.
La Patrulla ?guila la componen siete aeronaves m¨¢s una octava de repuesto, que siempre viaja con ellas. Rosa conduce el aparato que lleva grabado un 2 en la cola. ¡°El 2 y el 3 somos los que vamos cerquita del l¨ªder (1), que hace maniobras complejas como el looping invertido, y tenemos que dar estabilidad, as¨ª que vamos m¨¢s quietos para intentar que los dem¨¢s puedan seguir¡±, aclara. ¡°El perro y el solo (4 y 5) son los que van en el centro; y los superpuntos (6 y 7), que vuelan en los extremos, tienen que luchar con los errores que cometen los dem¨¢s, porque todo se va incrementando¡±.
Cuando Rosa vuela, su equipamiento la espera en una sala forrada de taquillas, adyacente a otro espacio donde se reparten alineados decenas de maniqu¨ªes ataviados con cascos y chalecos a¨¦reos. ¡°Llevamos un traje anti-G (antigravedad) que nos cubre las piernas hasta el abdomen. Va conectado al avi¨®n, que le da presi¨®n positiva, de modo que el traje se infla y aprieta la musculatura para bombear la sangre al cerebro y evitar quedarse inconsciente¡±, describe la militar. ¡°Luego nos ponemos los patitos, un chaleco salvavidas que se infla autom¨¢ticamente. Tambi¨¦n llevamos una baliza en el chaleco, para localizarnos en caso de que nos tuvi¨¦ramos que eyectar; y el casco, donde tenemos los auriculares y la mascarilla de ox¨ªgeno, que es lo que nos permite respirar a tanta altura. Adem¨¢s, todos llevamos un reloj especialmente dise?ado por ?Breitling, ya que en este tipo de vuelos la precisi¨®n es muy importante¡±.
El paso por la Patrulla ?guila es voluntario y dura tres a?os, en los que los pilotos trabajan tambi¨¦n como instructores
El d¨ªa del vuelo con destino a la Fiesta Nacional en Madrid, los ocho aviones despegan de San Javier en perfecta formaci¨®n a primera hora de la ma?ana. Antes de sobrevolar los campos ralos de Albacete y Cuenca, el equipo se desv¨ªa sobre el mar. Desde la cabina se ve a los otros aparatos volar inusitadamente cerca. Abajo, la Manga del Mar Menor, cuyos edificios se alinean como piezas de Monopoly, y el cuerpo que se despega del asiento cuando empiezan los giros y las piruetas. El traje antigravedad aprieta el est¨®mago de un modo desagradable, pero permite mantener la consciencia. Unos chorros sueltan aire en la cara, oculta bajo el casco y la mascarilla. En su interior se cruzan las voces de los pilotos hablando entre ellos, las de los controladores a¨¦reos, la propia. Las acrobacias remiten a las cabriolas de una monta?a rusa que nunca llega al suelo. Dentro de la cabina, tantos botones y cables de colores parecen cosa de juego. Pero mejor no jugar con ellos. A Rosa Garc¨ªa-Malea le quedan otro par de a?os de vuelos tan intensos como este: el periodo como voluntaria expira al tercero. Antes que ella, su marido tambi¨¦n particip¨® en esta aventura a¨¦rea. ¡°No s¨¦ ni qu¨¦ va a ocurrir la semana que viene¡±, dice sobre lo que har¨¢ despu¨¦s. ¡°Conciliar este puesto con la familia es complicado: son muchos d¨ªas fuera, y con tres hijos es dif¨ªcil. Vivo al d¨ªa¡±.?
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