10 mitos sobre mujeres que aman a otras mujeres en Guinea Ecuatorial
La escritora ecuatoguineana Trifonia Melibea Obono comparte una de sus conferencias en clave ir¨®nica sobre homosexualidad en su pa¨ªs
Trifonia Melibea Obono Ntutumu Obono (Afaetom, Guinea Ecuatorial, 1982) es una novelista arriesgada, autora de tres obras publicadas en espa?ol en las que denuncia la opresi¨®n heteropatriarcal de las mujeres fang. La ¨²ltima apareci¨® este pasado diciembre en las librer¨ªas con el t¨ªtulo La albina del dinero, una coproducci¨®n de Alta?r y Casa ?frica. Licenciada en Ciencias Pol¨ªticas y Periodismo y m¨¢ster en Cooperaci¨®n Internacional y Desarrollo por la Universidad de Murcia, Melibea es docente e investigadora en temas de g¨¦nero y mujer. La autora ha cedido a nuestro blog un texto en clave ir¨®nica sobre los mitos relacionados con el lesbianismo en su pa¨ªs, Guinea Ecuatorial, que usa en conferencias de sensibilizaci¨®n y activismo. Empieza en el siguiente p¨¢rrafo.
1. Todas las mujeres que se acuestan con otras mujeres son lesbianas
Dos mujeres no pueden amarse. Dos mujeres follan, se acuestan como los animales. Punto. ?Amor? ?No! Es brujer¨ªa, es el demonio, es la traici¨®n a ?frica. Y todas se llaman ¡°lesbianas¡± en castellano. No tienen nombre en las lenguas ¨¦tnicas. Aqu¨ª somos africanos.
Cuidado, se ocultan muy bien: se inventan nombres para suavizar la gravedad de lo que son.
Ayer dialogu¨¦ con varias. Una me dijo que era pansexual, ?qui¨¦n se enamora de los panes? La otra insinu¨® que es bisexual, es decir, las que follan con hombres y mujeres a la vez. Os cuento: en las bisexuales, si se activa el lado animal masculino buscan a los hombres. En cambio, cuando se activa el lado animal femenino, muy grave, buscan a las mujeres.
Entre todas las mujeres, la que m¨¢s ira me caus¨® se identifica, as¨ª sin m¨¢s, como transexual. Sin miedo a decirlo. Si Dios nos cre¨® hombres y mujeres como resalta la santa Biblia, c¨®mo es posible que en la obra divina tengamos campantemente a personas cuya identidad de g¨¦nero no coincide con pene o vagina. La obra de Dios es perfecta.
No cre¨ª en estas mujeres. Todas son lesbianas. Todas son animales. No se aman. Dos mujeres no se pueden amar. Aqu¨ª en ?frica no es normal.
2. Todas las lesbianas son mujeres transformadas en hombres: de noche transforman la vagina en pene y viceversa
Nunca olvides que en Guinea Ecuatorial tenemos nuestras cosas, tenemos lo nuestro. Aunque los blancos digan que la brujer¨ªa no existe, siendo ellos, cuidado, los que provocan los males de ?frica, todos nuestros males.
Dios cre¨® a la mujer y al hombre diciendo "creced y multiplicaos". Ahora las lesbianas, mujeres que se acuestan con otras mujeres¡ hacen lo contrario. Por eso, la brujer¨ªa, que es lo nuestro en ?frica, la utilizan para su bien. Siempre ha sido as¨ª, mujeres. De noche, en vez de volar a Am¨¦rica y regresar en las madrugadas, como todo el mundo que sabe de brujer¨ªa hace, fabrican un pene para contentar a sus mujeres. De d¨ªa, caminan normales, con vagina.
Lo entiendo en parte. Es la ¨²nica manera de ofrecer placer a las mujeres con las que andan, porque una relaci¨®n sexual sin pene y penetraci¨®n no satisface a ninguna mujer. Penetraci¨®n viene de pene, no se penetra con otra cosa.
Las lesbianas son brujas, todas. En todas sus relaciones sexuales, una hace de hombre y la otra de mujer. Una tiene pene y la otra, vagina.
3. Todas las lesbianas son brujas: sus cuerpos est¨¢n pose¨ªdos por esp¨ªritus masculinos
Si eres padre, madre o tutor@ de un/una menor, alerta.
Cualquier indicio de lesbianismo tiene un diagn¨®stico: malos esp¨ªritus. Las curander¨ªas de nuestro pa¨ªs llevan siglos tratando esta patolog¨ªa. Tranquilo, que los blancos llegaron ayer trayendo consigo otros m¨¦todos de curaci¨®n. Aqu¨ª ya ten¨ªamos nuestras cosas, como siempre. Las mujeres que se acuestan con otras mujeres, estas extraterrestres, son personas de otro mundo, el mundo de los muertos, nada que ver con el dios africano ni con ?frica. Ante cualquier indicio de lesbianismo, ll¨¦vala a las curander¨ªas.
Importante: no le lleves a tu hija al hospital. El hospital es cosa de blancos
Los cuerpos de las lesbianas est¨¢n pose¨ªdos por esp¨ªritus malignos varoniles: de hecho, una lesbiana no tiene sexo con otra mujer si no se activa el esp¨ªritu maligno de hombre que tiene pose¨ªdo su cuerpo.
En la curander¨ªa reciben buen trato. Con una hoja de afeitar o un cuchillo bien afilado les trazan se?ales en las partes del cuerpo indicadas. En las heridas, se echa un producto semejante al picante. No veas lo que duele: no hay esp¨ªritu maligno que sobreviva a esto.
Las curander¨ªas les dan sangre de animales dom¨¦sticos sacrificados, carne cruda, huevos crudos; les dejan d¨ªas y noches enteros en las playas solitas, para que el esp¨ªritu regrese a la mar, al infierno, al mundo de los muertos. Otro remedio, tambi¨¦n efectivo, es comer durante varios d¨ªas mezclas espec¨ªficas preparadas por las curander¨ªas. Nada m¨¢s. Piensa en el bien ¨²ltimo: la curaci¨®n de tu hija. No importan los d¨ªas sin comer.
Las curander¨ªas siempre han sido efectivas.
Recuerdo el caso de una lesbiana a la que dejaron acostada en una palangana de agua y al lado de un rio durante toda la noche y la madrugada. Estaba desnuda. Su esp¨ªritu chillaba tanto que las voces llegaban al pueblo. Al d¨ªa siguiente, encontramos que le sal¨ªa espuma por la boca y se com¨ªa la lengua. La familia la llev¨® corriendo a un hospital de los blancos y un d¨ªa estuvo muerta, la muchacha. M¨¢s tarde resucit¨® y error, el esp¨ªritu brujeril y masculino de su cuerpo no sali¨®. Hoy sigue follando con otras mujeres, sigue siendo un animal.
Dios cre¨® a la mujer y al hombre diciendo "creced y multiplicaos". Ahora las lesbianas, mujeres que se acuestan con otras mujeres¡ hacen lo contrario.
Es importante: no le lleves a tu hija al hospital.
El hospital es cosa de blancos y en ?frica tenemos nuestras cosas. L@s psic¨®log@s negr@s de este pa¨ªs dan verg¨¹enza. Suelen decir, as¨ª por las buenas, que no es una enfermedad ser lesbiana. Y se quedan tan tranquil@s. Los blancos nos han tra¨ªdo al enemigo en casa: l@s negr@s que estudiaron y estudian en sus universidades. Y el gobierno, sin hacer nada.
Recuerda que, cuanto antes se cure el esp¨ªritu brujeril de tu hija, mejor. No olvides las reacciones de las brujas. Comen carne humana. Impiden progreso social de familiares. Matan en la brujer¨ªa. Provocan esterilidad en las mujeres. Si en la familia observas estos males y otros tantos de la brujer¨ªa, no lo dudes: la culpa es de la lesbiana de la familia, o aquella que es vecina o amiga. Cu¨ªdate.
4. Todas las lesbianas est¨¢n endemoniadas: los demonios del dios blanco y no del dios africano, poseen sus cuerpos
Los blancos no sienten verg¨¹enza. Una cosa tan bonita que trajeron a ?frica como es la religi¨®n la han abandonado. Tanto que te vas a Espa?a, Francia y los Estados Unidos de Am¨¦rica y las capillas est¨¢n vac¨ªas. ?Vac¨ªas! Niegan la existencia de Dios. En los Estados Unidos queda solamente la frase ¡°Dios bendiga Am¨¦rica¡± y a los europeos el Vaticano, que tampoco respetan.
Con el odio que le tuvimos al colonialismo y m¨¢s tarde al neocolonialismo, qui¨¦n nos iba a decir que traer¨ªan una segunda soluci¨®n al problema de las lesbianas que encontraron aqu¨ª. Por eso, si tu hija, amiga o vecina tiene el esp¨ªritu demon¨ªaco del lesbianismo, el exorcismo y las liberaciones son las respuestas del cristiano-catolicismo cuando fracasan las curander¨ªas.
En la Iglesia cat¨®lica hay que tener mucha suerte cuando llevas a tu hija para tratamiento l¨¦sbico. El cura de turno, si tiene muchos estudios (te recuerdo que este grupo est¨¢ formado por cantama?anas que ni al arzobispo ni a su excelencia obedecen) y posee en la mente cosas de los blancos, te va a cobrar muy bien y lo ¨²nico que ofrecer¨¢ como soluci¨®n es agua bendita. A tus espaldas se va a re¨ªr: te llamar¨¢ ignorante, como si creer en el dios de los blancos, siendo ¨¦l negro, no fuera una traici¨®n a ?frica.
Todas las lesbianas pueden cambiar, tienen que cambiar, por el bien de los hombres, de ?frica, de las mujeres, de la obra de Dios
El segundo grupo de sacerdotes es el que se beneficia a la lesbiana. Yo les prefiero: hacen bien su trabajo. El indicio de que se est¨¢ curando es que, poco a poco, empieza a consentir el pene, cosa que odian todas ellas.
El tercer grupo me cae todav¨ªa mejor: a la ni?a te la someten a un buen exorcismo que, en breve, cambia tonter¨ªas como ¡°amo a otras mujeres, respeten mi vida¡± por ¡°el sexo entre mujeres es pecaminoso¡± y m¨¢s cosas positivas a los ojos de Dios. En un abrir y cerrar de ojos, se convierte en mujer de verdad.
Las iglesias protestantes son m¨¢s contundentes.
Qui¨¦n no quiere tratamiento r¨¢pido para liberarse de la verg¨¹enza social de tener familiares lesbianas. Un poco de sentido com¨²n, por favor. El primer paso, muy acertado: a la enferma la trasladan, se va a vivir al templo. Se convierte autom¨¢ticamente en hermana en Cristo. Ayuno de d¨ªas, de semanas o meses. A veces, ni agua. Otras veces, si se observa que su cuerpo se debilita mucho, se le moja los labios. Tu hija puede pasar much¨ªsimo tiempo sin comer y en una habitaci¨®n cerrada con m¨²sica cristiana a todo volumen: curaci¨®n fija. Es posible que no le ofrezcan ni cama para dormir, pero s¨ª una silla.
No tengas prisa de que regrese a casa: los pastores tienen la llave de la salvaci¨®n de su alma, de la tuya, de la familia, del vecindario, de Guinea Ecuatorial. No olvides que una lesbiana es un mal social, un mal para ?frica.
Las lesbianas que han pasado por el exorcismo en la iglesia cat¨®lica, o por las liberaciones espirituales y demoniacas que se ofrecen en los templos protestantes, regresan a casa muy bien.
Bueno. Algunas empiezan a consumir alcohol en exceso. O dejan de vestirse como hombres y se ponen faldas y vestidos que no dejan asomar ning¨²n ¨¢pice de su cuerpo. A alguna se le observa una barriguita. Las m¨¢s inteligentes se convierten en predicadoras a las otras de su especie advirtiendo los peligros del lesbianismo.
La verdad es que no regresan igual de las curaciones de la religi¨®n que trajeron los blancos a ?frica. De las curaciones nuestras tampoco, pero, oye, es bueno todo eso, ?no? Se trata de purificar nuestras costumbres. Nada que ver con los blancos.
5. Todas las lesbianas son mujeres transformadas en hombres: no son hombres, quieren ser hombres
?Las has visto juntas o solas? ?S¨ª son hombres! Entras en un bar y las encuentras con un pie cruzado sobre el otro y en un asiento que siempre ocupas t¨² o tu compa?ero de toda la vida. As¨ª, tan tranquilas. Se parecen un poco a las chicas que se van a Europa por estudios y de regreso, lo ¨²nico que hacen es romper el orden natural de las cosas.
Las lesbianas quieren ser hombres, las mujeres que estudiaron en las tierras de los blancos tambi¨¦n.
Rompen el orden natural de las cosas y trabajan exclusivamente en espacios masculinos. Les gusta la pelea. Con ellas no se puede hablar, no saben obedecer, no se dejan aconsejar. Se han cre¨ªdo que son hombres, pero c¨®mo van a ser hombres sin penes ni fuerza f¨ªsica. Ser¨¢n lo que quieran pero hombres, ?jam¨¢s! Fabricar¨¢n pene por la noche, pero -de d¨ªa y de noche- nosotros tenemos todo lo que debe tener un hombre y podemos demostrar que s¨ª.
6. Todas las lesbianas son identificables: se visten como hombres y desempe?an profesiones de hombres
Es f¨¢cil identificarlas.Toda la ropa que se ponen es de hombres. Zapatos. Pantalones. Todo.
Si quieres saber qui¨¦n es lesbiana o no, basta con observar su indumentaria, la forma de caminar, de hablar. Si descubres que lo hace todo como un hombre entonces, fijo, es lesbiana. No hay duda ?Quieren ser como los hombres!
Adem¨¢s, se dedican exclusivamente a profesiones de hombres: deporte, fuerzas armadas, pol¨ªtica. Vig¨ªlalas que luego te pueden superar. Se creen inteligentes, m¨¢s que los hombres. Una mujer, desde cu¨¢ndo.
7. Todas las mujeres que hacen deporte y trabajan en las fuerzas armadas se convierten en lesbianas tarde o temprano
No se nace lesbiana, es una conversi¨®n: los esp¨ªritus malignos se encargan.
Por eso, tu hermana puede ser normal, pero si se apunta a las fuerzas armadas o juega al futbol, tarde o temprano, la convierten en la brujer¨ªa. Es una lacra contra la que hay que luchar. Si observas que tu hermana insiste en querer jugar al futbol o dedicarse al deporte, la posibilidad de que sea lesbiana es grande. La posibilidad de que termine convirti¨¦ndose es grande.
8. Todas las lesbianas son libertinas: tienen costumbres de las blancas
No hay nada m¨¢s escandaloso que frecuentar las calles de nuestra ciudad y no encontrarte con hombres de verdad. Ya ni tenemos asiento fijo para ver el futbol en los bares. All¨ª las ves, sentadas, las lesbianas. No tienen hora de entrada y salida del hogar, nadie manda sobre ellas. Los hermanos pierden autoridad de repente: las lesbianas saben pelear. Los maridos, ?qu¨¦ maridos? ?No tienen maridos!
Nadie manda sobre ellas. No le dan explicaciones a nadie. Lo rompen todo estas mujeres, hasta el orden natural de las costumbres.
Lo normal es que los hermanos varones controlen los pasos de las hermanas en nuestro pa¨ªs, pero ellas no se dejan. Contestan, en medio de las discusiones familiares, que son libres. ?Lo has o¨ªdo? Y no quieren ser madres. Excepto las que se casaron a temprana edad o a las que amenazaron sus familias. Son mujeres que adem¨¢s de odiar a los hombres, la maternidad y el control de sus vidas, no le piden permiso a nadie para tatuarse el cuerpo. No respetan a nadie.
Las lesbianas, en este tema de no obedecer la autoridad masculina, se parecen a las blancas y a las negras que estudiaron en tierras de los blancos. Una sociedad as¨ª no tiene futuro. Est¨¢ muerta. Deja de ser ?frica. Nuestro continente no puede llenarse de mujeres que no hacen otra cosa que cuestionar el orden natural de las cosas. Las lesbianas son libertinas. Mujeres que no tienen l¨ªmites. Son un peligro social.
9. Todas las lesbianas son m¨¢quinas en la cama, los hombres no podemos competir con ellas
Los hombres somos personas reales. Tenemos penes reales y naturales. Competimos entre nosotros. Si una mujer te gusta, anda con otro hombre y t¨² puedes, entras en guerra y se la quitas. Los hombres tenemos recursos visibles para competir. Ellas, las lesbianas, son brujas. Tienen penes nocturnos con ayuda sobrenatural, extraterrestre, nada de este mundo. No podemos competir.
Los cuerpos de las lesbianas est¨¢n pose¨ªdos por esp¨ªritus malignos varoniles
Algo est¨¢ claro: cuando una mujer ha estado con ellas, no se fija m¨¢s en nosotros. Por eso, mis amigos y yo no compartimos lugares de ocio con las lesbianas. Si no, se quedan a nuestras chicas, a nuestras mujeres. Y las mujeres son para los hombres, lo dijo Dios.
Las lesbianas no se cansan en la cama. Andan de un orgasmo a otro sin intervalo de descanso. Tienes todas las de perder y no te lo puedes permitir: eres un hombre. Si en la familia ten¨¦is lesbianas, echadlas a la calle porque no respetan las normas. Se van a acostar con todas las primas, hermanas, sobrinas: son promiscuas.
El lesbianismo se contagia. Yo lo he visto. Los hombres, con ellas, lo hemos perdido todo. Hasta las mujeres que Dios nos dej¨® en la tierra, fabricadas de nuestras costillas.
10. Todas las mujeres lesbianas pueden cambiar
Un buen polvo, una curander¨ªa eficaz, un exorcismo bien realizado, una liberaci¨®n eficiente, las fuerzas armadas¡ se les quita la tonter¨ªa. Todas las lesbianas pueden cambiar, tienen que cambiar, por el bien de los hombres, de ?frica, de las mujeres, de la obra de Dios.
As¨ª que ante el diagnostico act¨²a: en tus manos est¨¢ el orden natural de la sociedad. Muchas son lesbianas, porque nunca han sentido el poder de un buen pene. Otras, por la ineficacia de las curander¨ªas y las iglesias. Pero siempre nos quedan las fuerzas armadas.
A la m¨ªnima sospecha de fracaso en todo lo anterior, recuerda que las fuerzas armadas est¨¢n de nuestro lado. La justicia no, porque son cosas de los blancos. Los jueces y las juezas siempre buscan en los libros las razones de las cosas y los libros los escriben los blancos. No elijas este camino. En nuestro pa¨ªs, la justicia les suele dar la raz¨®n. Recuerda, adem¨¢s, que los jueces y las juezas tienen mala leche: si protestas con argumentos africanos amenazan con encerrarte por decir tonter¨ªas y por ¡°desacato a la autoridad¡±.
Pero, tranquilo, tienes otra soluci¨®n: lleva a tu hija a la polic¨ªa. Por lesbiana. Ir¨¢ directa al calabozo y all¨ª le espera el g¨¦nero masculino para saldar las cuentas. Me encanta.
Puede que la lesbiana le quit¨® mujer a alguno o le contagi¨® el lesbianismo a alguna familiar. Porque est¨¢n todas embrujadas y endemoniadas, causaron da?o en las familias. Alguna vez asesinaron, consumieron carne humana que pertenec¨ªa a otra persona, repartieron maldiciones.
Tranquil¨ªzate. Si los presos no hacen nada, los mismos polic¨ªas, a medianoche, la sacan de la celda. Llega el reto: tienen que demostrar que los hombres s¨ª tienen un pene y ella asume la misi¨®n de corroborar que son hombres.
Lesbiana, saca tu hombr¨ªa, a medianoche, en un lugar silencioso, sin testigos m¨¢s que tu cuerpo. Anda, t¨², que en las calles de Malabo y Bata caminas sin miedo a nada, como si fueras igual a nosotros, como si la calle fuera tuya, como si no fueras una mujer. T¨², de noche, podr¨¢s transformar tu vagina en pene, pero aqu¨ª mandamos nosotros. Habla, lesbiana. No te quedes callada ahora. Ma?ana, pagando dinero, tus compa?eras libertinas te liberar¨¢n de la celda. Pero nunca olvidar¨¢s esta noche, la noche que te demostramos que, hagas lo que hagas, eres una mujer.
Trifonia Melibea Obono es escritora y activista LGBT.
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