Raphael y 'First Dates' con gorros de Pap¨¢ Noel: esto fue lo mejor y lo peor de la tele esta Nochebuena
Raphael, 'Tu cara me suena' y las mismas galas naftal¨ªnicas de siempre. Hay una divinidad leve pero definitiva en los espect¨¢culos pregrabados
Los contenidos de nuestra televisi¨®n en estas fechas navide?as son una constante f¨ªsica inalterable a todas las condiciones posibles, a todos los accidentes, a todas las cat¨¢strofes. El d¨ªa de ma?ana Espa?a ser¨¢ un p¨¢ramo nuclear en el que cada litro de gasolina se pagar¨¢ a precio de sangre en los desiertos feroces de Castilla, habitados por mutantes y can¨ªbales que se perseguir¨¢n los unos a los otros en carreras suicidas, y el d¨ªa 24 seguir¨¢n emitiendo galas naftal¨ªnicas con concursantes residuales de Operaci¨®n Triunfo, recopilatorios en modo zapping de ¡°lo mejor del a?o¡±, reposiciones de Qu¨¦ bello es vivir y alocuciones dinos¨¢uricas de alg¨²n monarca sentado. Y eso est¨¢ bien. Hay una divinidad leve pero definitiva en los espect¨¢culos pregrabados. La poes¨ªa de lo previsible. ?No es eso la Navidad, al fin y al cabo? ?No se resumen ah¨ª todos los grandes conceptos que integran estas fiestas, como Familia y Tradici¨®n?
Lo mejor: Raphael, Qu¨¦ bello es vivir, Cachitos
De Cachitos hablar¨¦ m¨¢s tarde. Ahora vamos a lo jugoso, a la verdad inc¨®moda. Nadie puede ser rupturista y transgresor las 24 horas del d¨ªa, los 365 d¨ªas del a?o. Todos necesitamos un abrigo nost¨¢lgico en el que refugiarnos de vez en cuando. Vemos Stranger Things en Netflix y Star Wars en los cines para sentir durante unas horas de amparo f¨²til que nada ha cambiado desde nuestra infancia. La gente que vota a la izquierda radical para cambiarlo todo luego se pone Los Goonies para dormir, como una balsa que le vaya llevando quedamente a las orillas del sue?o. Somos as¨ª de miserables, as¨ª de hijos de puta.
Necesitamos un chute de confort: las cajas de fotos que mam¨¢ guarda debajo de la que fue tu cama, las an¨¦cdotas de aquel verano con tus primos y el mismo cantante presentando exactamente el mismo programa en Televisi¨®n Espa?ola, s¨®lo que m¨¢s viejo, m¨¢s turbador, m¨¢s heroico tal vez. La Nochebuena es una fecha para revolcarnos sin culpa en el lodo de la nostalgia y abrazar nuestro yo m¨¢s reaccionario. En ese sentido, el programa de Raphael da exactamente en la diana de nuestros instintos m¨¢s primitivos. No luches m¨¢s. ?nete.
A Raphael se le uni¨® anoche una de las actrices m¨¢s efectivas e infravaloradas (o infrautilizadas) de nuestras pantallas, Mariam Hern¨¢ndez, que hubiera merecido mejor suerte que ayudar al mito a protagonizar unos sketches bastante violentos entre canci¨®n y canci¨®n. A la gala le sucedi¨® en La 2 un pase de Qu¨¦ bello es vivir, que ya es el equivalente perfecto a Raphael en el paisaje mental de los espa?oles navide?os si hablamos de cine cl¨¢sico, porque en estos mismos t¨¦rminos de ranciedad militante, Qu¨¦ bello es vivir es al cine de prestigio lo que Mi gran noche a la canci¨®n popular. O sea que bien.
Lo peor: Telepasi¨®n, Pablo Albor¨¢n, First Dates, Tu cara me suena
Lo peor de la Nochebuena es la televisi¨®n plomiza de los ¡°programas especiales¡± que no tienen nada de especiales. Raphael se aparece ante nosotros con aura de dios griego una vez al a?o; dentro del g¨¦nero no procede, por tanto, que First Dates o Tu cara me suena intenten colarnos un supuesto esp¨ªritu de evento s¨®lo por hacer lo mismo de siempre pero con gorros de Pap¨¢ Noel. Sus incondicionales lo disfrutar¨¢n. El resto bueh.
En Telepasi¨®n hacen una parodia de La La Land. No s¨¦. Planos secuencia rocambolescos y una descarga de buen rollo que parece inyectado en un laboratorio turbio. El jijij¨ª como un l¨ªquido verde y viscoso que te meten con una aguja. Sonr¨ªe, baila. En La 2, mientras tanto, dan Cachitos como alternativa. Los responsables del ente p¨²blico saben que ah¨ª hay p¨²blicos opuestos. Por un lado, los espectadores que aprecian selecciones musicales montadas con cierto gusto. Por otro, ¡°Oleole Benzema Saes¡±.
Veo que hay cr¨ªticas a #telepasion por las enfermeras...ni caso, demasiada ropa llevaban creo yo, hay que ense?ar m¨¢s eeeh, que si no pa qu¨¦ lo veo ??
— #TEAMESP OBJETIVO ? TOKYO'20 (@APorTokyo20) December 25, 2017
Pensemos, ?qui¨¦n ve (de verdad) la televisi¨®n en Nochebuena? Lo normal es tenerla encendida como una suerte de hilo musical/visual mientras la familia cena y hace sus performances habituales de ¡°mira el ni?o qu¨¦ cosa ha aprendido¡± o ¡°abuela, ?c¨®mo era aquella canci¨®n?¡± Sin embargo, un vistazo a las redes nos confirma el peor de los temores: hay gente que est¨¢ viendo estos programas en serio, gente sentada que sintoniza con el especial de Pablo Albor¨¢n en TVE para emocionarse.
A mis futuros hijos les podr¨¦ contar que presenci¨¦ como se cre¨® la navidad. As¨ª. Albol¨®pez crearon la navidad. #Albor¨¢nTVE pic.twitter.com/CbRGtfkGRx
— andrea ? (@niamsoul_) December 24, 2017
Andrea hablar¨¢ a sus futuros hijos de lo que vio anoche, como si de un milagro se tratase. Leo tambi¨¦n a una Araceli que ilustra su entusiasmo con gifs de Lisa Simpson bailando y a varias cuentas de fans de Mal¨² que siguen las andanzas de su l¨ªder como invitada en la fiesta de Albor¨¢n. Yo no acabo de entender esta suerte de relevo generacional de lo rapha¨¦lico, que me parece insultante: all¨¢ donde el genio de Linares pon¨ªa teatral histrionismo, el joven malague?o desploma una gama deprimente de baladas para emocionar madres. Entre el carisma hist¨¦rico de un octogenario con pelazo te?idorro y las amuermadas escalas de piano de un yerno ideal, este cronista elige siempre el carisma hist¨¦rico, claro est¨¢. Por eso no nos queda m¨¢s remedio que condenar a Albor¨¢n a los infiernos del aburrimiento, all¨¢ donde realmente pertenece, con sus maullidos.
Y todo esto ?por qu¨¦?
?sta es una cr¨®nica optimista, aunque no lo parezca. En el fondo, una sociedad es m¨¢s sana cuanto m¨¢s autom¨¢tica y mediocre sea su televisi¨®n de Nochebuena. En Navidad, la BBC es capaz de ponerte un episodio de Sherlock o a Charlie Brooker haciendo su agud¨ªsimo resumen del a?o. ?Y qu¨¦ se hace con la buena televisi¨®n? Pues verla. En Espa?a preferimos esta variante enlatada de contenidos zombies porque nadie ve realmente la televisi¨®n en estas fechas salvo las terror¨ªficas excepciones de las fans de Mal¨² y los cr¨ªticos de televisi¨®n. Independientemente de cu¨¢l de estos dos grupos de gente inquietante sea el peor, est¨¢ claro que supone una minor¨ªa, lo que deja una ventana abierta a la esperanza. El cinismo ha muerto, y con ¨¦l este texto. En nuestro pa¨ªs la gente vive la nostalgia de forma desprejuiciada, libre de m¨¢scaras hip¨®critas y pretextos alambicados. La Nueva Sinceridad Televisiva no era Joe Biden llorando con Stephen Colbert, sino un canto de amor ropopopom, poroponponpon. No necesitamos buena televisi¨®n durante nuestras cenas de Nochebuena porque somos capaces de mirar a la cara a nuestras familias, a nuestros or¨ªgenes. Somos un pueblo maduro. Alegr¨¦monos.
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