Escritores ¡®latinomadrile?os¡¯
Madrid siempre ha tenido una vocaci¨®n abierta e inclusiva con los creadores de Latinoam¨¦rica
A mediados de 1899, Rub¨¦n Dar¨ªo daba un paseo por los jardines de la Casa de Campo de Madrid. Sus ojos de poeta vividor, cansados y enrojecidos, se fijaron en una jovencita pobre y hermosa. Francisca S¨¢nchez era la hija de un jardinero del lugar. Dar¨ªo se enamor¨® perdidamente y termin¨® cas¨¢ndose con ella, tras escribirle: ¡°Enciendes luz en las horas del triste[¡]?/ Francisca S¨¢nchez, acompa?am¨¦¡±. Pero Francisca era analfabeta, as¨ª que el poeta tuvo que ense?arle a su amada a leer y a escribir.
Otros art¨ªculos del autor
?Intercambios de amor y de letras. Desde hace mucho los escritores latinoamericanos han cortejado a Madrid y en ocasiones ella se ha dejado seducir. En 1918 lleg¨® a la villa y Corte el poeta Vicente Huidobro. En su piso de la plaza de Oriente, Huidobro imparti¨® la novedad de las ¨²ltimas vanguardias parisienses con fervor revolucionario. Los escritores madrile?os j¨®venes sal¨ªan de all¨ª medio enloquecidos, cacareando versos inimaginables hasta entonces. Quiz¨¢s por eso C¨¦sar Gonz¨¢lez Ruano escribi¨® que Huidobro ¡°trajo a Espa?a las gallinas¡±.
Poco despu¨¦s Borges pas¨® una temporada fecunda en Madrid. En sus tertulias escuch¨® m¨¢s de lo que habl¨®. Este silencio entra?aba una sutil forma de cr¨ªtica a la ruidosa vida intelectual espa?ola. Rafael Cansinos Assens, que hab¨ªa apreciado la torrentosa personalidad de Huidobro, acogi¨® con similar simpat¨ªa la discreta inteligencia de Borges. Ancha es Castilla.
En 1935, poco antes de la Guerra Civil, Neruda traslad¨® a Madrid su ¡°residencia en la tierra¡±. El poeta chileno ven¨ªa de vivir en Extremo Oriente donde hab¨ªa desarrollado en soledad una poes¨ªa visionaria y metaf¨ªsica. Dando largos rodeos, Neruda convergi¨® con la renovaci¨®n l¨ªrica que hab¨ªa emprendido la generaci¨®n del 27. Los poetas espa?oles lo recibieron con una amistosa curiosidad que Neruda correspondi¨® amando Madrid hasta las l¨¢grimas: ¡°Mercados de mi barrio de Arg¨¹elles con su estatua?/ como un tintero p¨¢lido entre las merluzas?/[¡] Y una ma?ana todo estaba ardiendo¡±.
Tras la Guerra Civil y durante el franquismo, la presencia de escritores latinoamericanos en Madrid merm¨®, pero no se interrumpi¨® del todo
Tras la Guerra Civil y durante el franquismo, la presencia de escritores latinoamericanos en Madrid merm¨®, pero no se interrumpi¨® del todo. A finales de los a?os cincuenta, Mario Vargas Llosa estudi¨® en esta ciudad y escribi¨® buena parte de su primera novela en una tasca de la avenida de Men¨¦ndez Pelayo, llamada El Jute. El Nobel guatemalteco Miguel ?ngel Asturias muri¨® en Madrid en 1974.
El boom de la narrativa latinoamericana explot¨® en los a?os sesenta sobre todo en Barcelona. Pero su onda expansiva lleg¨® hasta Madrid muchas veces. El escritor Jos¨¦ Donoso situ¨® ac¨¢ parte de su novela El jard¨ªn de al lado. Este jard¨ªn simboliza, entre otras cosas, esa literatura espa?ola tan cercana y, sin embargo, inaccesible para un escritor sudaca fracasado como el que protagoniza ese libro.
Amor a primera vista, ilusi¨®n y enlace; o bien rechazo, desenga?o y frustraci¨®n. Como ocurre entre las personas, de todo hay en la relaci¨®n de los escritores con las ciudades.
Viv¨ª cerca de ocho a?os en Madrid y casi siempre me sent¨ª bienvenido. [¡] Muchos escritores latinoamericanos de hoy contin¨²an recibiendo el aliento de Madrid y lo retribuyen con su talento. Entre los mayores, destacan Mario Vargas Llosa y Jorge Edwards. Entre los m¨¢s j¨®venes, una lista incompleta deber¨ªa incluir al menos a Mart¨ªn Caparr¨®s y Patricio Pron (Argentina); Ronaldo Men¨¦ndez (Cuba); Violeta Medina (Chile); Dom¨¦nico Chiappe y Juan Carlos Chirinos (Venezuela); Jorge Eduardo Benavides y Ra¨²l Tola (Per¨²); Denise Despeyroux (Uruguay); m¨¢s un largo etc¨¦tera.
Algunos de esos escritores triunfan. Una obra de teatro escrita por Despeyroux destaca y el peruano Benavides acaba de ganar el Premio de Novela Fernando Qui?ones.
En la reciente Feria del Libro de Guadalajara, Madrid fue invitado de honor. Era una oportunidad espl¨¦ndida para confirmar la vocaci¨®n abierta e inclusiva de esta ciudad, mostr¨¢ndola como lo que alguna vez fueron Par¨ªs o Barcelona: una segunda casa para la literatura latinoamericana. No fue as¨ª. El programa organizado por el Ayuntamiento matritense apenas toc¨® este tema e ignor¨® a la mayor¨ªa de los escritores hispanoamericanos que residen a orillas del Manzanares. Lamentable. Pese a ello, estoy seguro de que los escritores latinomadrile?os seguir¨¢n respondiendo al cari?o de Madrid con amor y letras, como lo hizo Rub¨¦n Dar¨ªo.
Carlos Franz es escritor. Su novela m¨¢s reciente es Si te vieras con mis ojos.
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