Acci¨®n humanitaria y construcci¨®n de la paz: marginales en la cooperaci¨®n espa?ola
Los efectos del cambio clim¨¢tico, las nuevas tipolog¨ªas de conflictividad violenta o los crecientes flujos migratorios deben ser abordados multilateral y multidimensionalmente
Si alg¨²n ¨¢mbito de la agenda internacional est¨¢ sujeto a continuos cambios e incertidumbres con convulsiones de dram¨¢ticas consecuencias que, entre otras cosas, afectan al desarrollo, es el de los conflictos violentos o las situaciones de desastre. La percepci¨®n de que debemos aprender a convivir con el riesgo ¡ªentendido como la consecuencia de la interacci¨®n de amenazas muy diversas en sociedades con diferentes grados de vulnerabilidad y capacidades siempre limitadas¡ª se ha abierto paso. Y as¨ª, realidades como los efectos del cambio clim¨¢tico, las nuevas tipolog¨ªas de conflictividad violenta o los crecientes flujos migratorios que ambas provocan, dejan pocas dudas sobre la necesidad de abordarlas multilateral y multidimensionalmente.
Sin embargo, al mundo de la cooperaci¨®n para el desarrollo le sigue costando entender que estas dimensiones de la realidad internacional deben ser incorporadas con m¨¢s fuerza en las pol¨ªticas p¨²blicas de cooperaci¨®n, apostando por un enfoque idealmente preventivo, sin descuidar la respuesta en caso necesario. La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y la formulaci¨®n de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) han supuesto, sin duda, un avance respecto de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) al incorporar, entre otros, aspectos vinculados con la construcci¨®n de sociedades pac¨ªficas y la necesidad de reducir riesgos aumentando la resiliencia; aunque sin abordar directamente la prevenci¨®n de la conflictividad violenta, reducida equivocadamente a un intento por mejorar la gobernanza. La Cumbre Mundial Humanitaria de Estambul (2016) trat¨® de concretar algo m¨¢s estos aspectos, pero sus resultados, en lo relativo a los conflictos armados y la prevenci¨®n, fueron tambi¨¦n muy limitados.
No es de extra?ar, por tanto, que los borradores conocidos del V Plan Director de Cooperaci¨®n, realizados con una ortodoxia ODS muy marcada, apenas incluyan referencias a cuestiones de construcci¨®n de paz y, mucho menos, al papel de la acci¨®n humanitaria dentro de la cooperaci¨®n. Esta ha sido la modalidad de cooperaci¨®n p¨²blica m¨¢s recortada desde el arranque de la actual crisis, con casi un 90% acumulado desde 2010, y se esperaba que este nuevo plan contuviera algunos compromisos claros de recuperaci¨®n, cosa que no ha sucedido. Las alusiones dentro del borrador son muy escasas, dej¨¢ndolo todo pendiente de la elaboraci¨®n de una estrategia sectorial en el futuro que desarrolle y concrete esta modalidad de ayuda (en tanto que nada similar se espera ya en el terreno de la construcci¨®n de la paz). Por supuesto, la elaboraci¨®n de esa nueva estrategia deber¨¢ concretar con detalle los compromisos de la cooperaci¨®n espa?ola en materia humanitaria, muchos de ellos asumidos tras la Cumbre de Estambul al firmar el conocido como Grand Bargain, pero el Plan Director como documento marco de pol¨ªtica p¨²blica deber¨ªa incluir ya referencias m¨¢s espec¨ªficas respecto de los objetivos en materia presupuestaria y en otros aspectos cualitativos.
Nuestra cooperaci¨®n puede seguir contribuyendo al debate internacional y asumiendo posiciones en el ¨¢mbito del derecho humanitario
Un grupo de ONG humanitarias y nuestro instituto hemos sumado fuerzas para intentar que el plan incluya de modo m¨¢s preciso compromisos en materia humanitaria, conscientes, adem¨¢s, de que sectores del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperaci¨®n (MAEC) y de la Oficina de Acci¨®n Humanitaria (OAH) de la Aecid apuntaban en la misma direcci¨®n. La diplomacia espa?ola ha sido muy activa en la llamada diplomacia humanitaria durante el periodo en el que nuestro pa¨ªs fue miembro del Consejo de Seguridad de la ONU, apoyando algunas resoluciones muy relevantes en materia de protecci¨®n de los servicios m¨¦dicos en los conflictos o cuestiones de g¨¦nero en la construcci¨®n de la paz. Las ONG y los think tanks como el nuestro estamos convencidos de que en este aspecto nuestra cooperaci¨®n puede seguir contribuyendo al debate internacional y asumiendo nuevas posiciones en el ¨¢mbito del derecho internacional humanitario, la construcci¨®n de la paz u otros acuerdos que mejoren la situaci¨®n de las v¨ªctimas de los conflictos, las situaciones posb¨¦licas y los desastres.
Un donante habla, fundamentalmente, con fondos y esta realidad palmaria debe incorporarse en el plan director. Si la cooperaci¨®n espa?ola quiere recuperar su espacio como actor humanitario relevante debe comprometerse, al menos, a dedicar el 10% de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) a la ayuda humanitaria, que es la media de los donantes del CAD-OCDE y que, de hecho, ya se asumi¨® en el cuarto plan y otros documentos. Desgraciadamente, en 2016, cuando la AOD ya comenzaba a repuntar, el porcentaje humanitario fue solo del 1,33% (en torno a 50 millones de euros). Del mismo modo, en clave de seguridad humana, debe volver a recuperar la construcci¨®n de paz como un pilar central para la pol¨ªtica de desarrollo
Es necesario incrementar la canalizaci¨®n de recursos en el ¨¢mbito humanitario para crisis prolongadas en el tiempo
M¨¢s all¨¢ de los fondos, el documento debe representar una oportunidad para que la acci¨®n humanitaria espa?ola aumente su calidad y eficacia, aline¨¢ndose con iniciativas internacionales de calidad como la Norma Humanitaria Esencial, apoyada por un buen n¨²mero de entidades humanitarias. Al mismo tiempo, debe servir para potenciar n¨ªtidamente algunos elementos diferenciales de lo humanitario respecto de otras formas de cooperaci¨®n, como el ¨¦nfasis en una acci¨®n basada en necesidades, la protecci¨®n de derechos como eje central y el escrupuloso respeto a los principios humanitarios. Por ello, es prioritario actualizar los instrumentos de atribuci¨®n de recursos y rendici¨®n de cuentas en l¨ªnea con los compromisos asumidos con el Grand Bargain ¡ªprincipalmente a trav¨¦s de la adaptaci¨®n de la regulaci¨®n existente para un uso objetivo pero ¨¢gil y flexible de la Ley General de Subvenciones¡ª, incrementar la canalizaci¨®n de recursos a trav¨¦s de convenios de emergencia y plurianuales en el ¨¢mbito humanitario para crisis prolongadas en el tiempo, y armonizar los mecanismos de rendici¨®n de cuentas, tanto en el ¨¢mbito de la administraci¨®n central como en la descentralizada.
No es una agenda que escape a nuestras capacidades. Llevarla a la pr¨¢ctica es tanto una tarea acorde con los valores y principios que decimos defender, como una respuesta necesaria de acci¨®n exterior ante unos problemas de los que somos corresponsables en buena medida y que nos afectan muy directamente. Es, por tanto, una cuesti¨®n de voluntad pol¨ªtica. La de todas y todos. Adem¨¢s del IECAH han participado Acci¨®n contra el Hambre, M¨¦dicos sin Fronteras, M¨¦dicos del Mundo, Oxfam, Save the Children y la Coordinadora de ONGD.
Francisco Rey Marcos y Jes¨²s A. N¨²?ez Villaverde son codirectores del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acci¨®n Humanitaria (IECAH).
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