La pol¨¦mica de los ni?os entre barrotes en B¨¦lgica
Bruselas recupera la pr¨¢ctica de encerrar a migrantes irregulares con sus hijos
B¨¦lgica estrena estos d¨ªas una controvertida pol¨ªtica para combatir la migraci¨®n irregular. Se trata de la detenci¨®n de menores, desterrada de las pr¨¢cticas de extranjer¨ªa en 2008 y recuperada ahora por el secretario de Estado de Migraci¨®n, Theo Francken, un firme defensor de las pol¨ªticas de mano dura. Sobre el papel, la medida persigue el bienestar de los menores. Si llegan a B¨¦lgica acompa?ados de sus familias (la mayor¨ªa de los casos), el internamiento junto a sus allegados pretende garantizar que no se dispersan. Si aparecen en solitario ¡ªal menos ocho ni?os extranjeros son detectados cada d¨ªa en el pa¨ªs sin compa?¨ªa de adultos¡ª, el internamiento les protege de vagar por las calles y caer en manos de las mafias. Un nuevo centro construido en las inmediaciones del aeropuerto de Bruselas acoge desde este a?o a familias ¡ªcon hijos incluidos¡ª cuyo destino m¨¢s probable es la deportaci¨®n a sus pa¨ªses de origen por no tener derecho al asilo.
Las ONG que trabajan con migrantes deploran la medida. ¡°No hay ninguna necesidad de hacer eso; nunca se hace en el inter¨¦s del menor¡±, explica Tine Vermeiren, de la Plataforma Menores en el Exilio, una organizaci¨®n belga que vela por los intereses de los ni?os desplazados de manera irregular. Esta experta considera contraproducente el encierro y argumenta que la experiencia revela mejores resultados cuando los ni?os permanecen en centros abiertos, con asistencia diaria a la escuela. Un grupo de m¨¦dicos, enfermeros y psic¨®logos alert¨® en 2016, mediante una carta abierta a las autoridades, de que el 85% de los padres y los hijos retenidos en centros de migrantes presentaban trastornos mentales.
Por si ninguno de estos argumentos convence, Vermeiren a?ade otro que los gobernantes miran con lupa en tiempos de austeridad. Encerrar a los sin papeles sale caro. En 2017, el coste medio de un adulto internado en un centro cerrado en B¨¦lgica sum¨® 92 euros al d¨ªa. En los centros abiertos, la factura descendi¨® a la mitad.
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