Maltratadas por tener la regla
En India, un activista informa a padres e hijas para proteger a las menores discapacitadas de esterilizaciones y otras formas de maltrato
En el aula de una escuela de las afueras de Bombay se hace el silencio, y las alumnas, todas afectadas por alguna discapacidad, levantan la vista hacia sus madres en busca de ayuda. Les han planteado una pregunta dif¨ªcil: ¡°?Qu¨¦ es la menstruaci¨®n?¡±. La mitad de las ni?as de este grupo de entre 8 y 16 a?os ya ha empezado a menstruar, pero la respuesta se les escapa.
Al cabo de unos segundos, una estudiante de 13 a?os levanta la mano. ¡°La regla¡±, contesta. Sin embargo, cuando los activistas que dan la clase le preguntan qu¨¦ es la regla, ella se queda callada y fija la vista en el suelo. Entonces, los encargados del taller le hacen una pregunta m¨¢s f¨¢cil: ¡°?Los chicos tambi¨¦n tienen la regla?¡±. A pesar de todo, el silencio confuso persiste.
Vinay Kumar, el activista de 23 a?os que ha organizado la sesi¨®n de concienciaci¨®n en la Escuela Especial Jidd, asegura que la reacci¨®n de las ni?as es normal. Muchas de ellas se est¨¢n enterando por primera vez de qu¨¦ es realmente el periodo.
Cuando los padres quieren esterilizar a sus hijas
Kuman empez¨® en 2016 a organizar sesiones para informar sobre la menstruaci¨®n a las ni?as discapacitadas. La idea de poner en marcha el programa se le ocurri¨® cuando lo enviaron a un colegio para ni?os con necesidades especiales como parte de una beca Gandhi. En el centro tuvo un encuentro que iba a cambiar el curso de su vida.
Oy¨® c¨®mo una madre hablaba con la directora y le ped¨ªa que le recomendase un m¨¦dico que pudiese extirpar clandestinamente el ¨²tero de su hija de manera segura. ¡°Ha empezado a menstruar y cada vez nos resulta m¨¢s dif¨ªcil cuidar de su higiene¡±, le dec¨ªa.
La directora logr¨® disuadir a la madre de la idea de la histerectom¨ªa sin el consentimiento de la ni?a, pero la conversaci¨®n no dej¨® tranquilo a Kumar. Cuando fue a hablar con la directora, esta le respondi¨® que esa clase de consultas era el pan de cada d¨ªa.
Kumar quiso averiguar con qu¨¦ frecuencia se esterilizaba a la fuerza a las menores con discapacidades. ¡°Habl¨¦ con trabajadores sociales y con las direcciones de otros colegios, entrevist¨¦ a los padres y recuper¨¦ noticias importantes sobre el tema¡±, cuenta.
¡°Mi investigaci¨®n sobre los antecedentes me mostr¨® que se trataba de una pr¨¢ctica corriente y que los padres optan por ella principalmente por dos motivos: las dificultades para cuidar de la higiene menstrual de estas ni?as y el temor a un embarazo a consecuencia de una violaci¨®n¡±.
El procedimiento es com¨²n, y hay dos razones principales por las que los padres lo eligen: las dificultades en el manejo de la higiene menstrual para esas ni?as y el temor a un embarazo resultante de una violaci¨®n
Las histerectom¨ªas forzosas en India
En India viven 26,8 millones de personas con alguna discapacidad, seg¨²n el censo de 2011. De ellas, 11,8 millones son mujeres y ni?as.
Un informe presentado en 2013 por Disabled Peoples¡¯ International ante el Comit¨¦ de Naciones Unidas para la Eliminaci¨®n de la Discriminaci¨®n contra la Mujer afirma que casi el 80% de las indias discapacitadas es v¨ªctima de violencia, y que tiene cuatro veces m¨¢s probabilidades de sufrir agresiones sexuales. Asimismo, declara que es habitual que se les practiquen histerectom¨ªas a petici¨®n de sus padres o tutores.
¡°Cualquier intervenci¨®n m¨¦dica, incluida la esterilizaci¨®n, sin el consentimiento individual libre e informado es una violaci¨®n de su integridad y puede constituir tortura y maltrato¡±, afirman los autores del informe.
En India, la pr¨¢ctica de las histerectom¨ªas forzosas a las mujeres y a las ni?as discapacitadas se hizo p¨²blica por primera vez en 1994, despu¨¦s de que saliesen a la luz varios informes que afirmaban que 11 adultas con discapacidad intelectual hab¨ªan sido sometidas a la operaci¨®n. Estas viv¨ªan en una residencia p¨²blica de Pune, en el estado de Maharashtra, en el este de India, y ten¨ªan entre 18 y 40 a?os. Los informes revelaban que la decisi¨®n de practicarles esta intervenci¨®n irreversible la hab¨ªa tomado el Gobierno del estado, y que los responsables de su custodia la hab¨ªan consentido.
A pesar de la en¨¦rgica condena por parte de diversos activistas y grupos femeninos, la administraci¨®n del estado mantuvo que las operaciones eran ¡°una pr¨¢ctica m¨¦dica corriente¡± en el caso de ¡°mujeres con retraso severo¡±. Shirish Sheth, el m¨¦dico que las llev¨® a cabo, declar¨® a la prensa: ¡°Nunca pens¨¦ que hubiese tanta pol¨¦mica. La histerectom¨ªa es una forma de tratamiento aceptada en estos casos¡±.
Un estudio realizado por la Fundaci¨®n Oxfam en 12 distritos del estado indio de Odisha, en el este del pa¨ªs, para el cual se entrevist¨® a 729 mujeres y ni?as discapacitadas y a miembros de sus familias, descubri¨® que el 6% de las que padec¨ªan discapacidades f¨ªsicas y el 8% con discapacidades intelectuales hab¨ªan sido sometidas a esterilizaci¨®n forzosa.
Educar a las ni?as para que se protejan del maltrato
¡°La histerectom¨ªa no es la soluci¨®n para todas las ni?as discapacitadas¡±, declaraba Rishma Pai, presidente de la Federaci¨®n de Sociedades Obst¨¦tricas y Ginecol¨®gicas de India a Newsdeeply. ¡°En el caso de estas intervenciones, que a menudo tienen muchas complicaciones, hay que decidir en funci¨®n de las circunstancias de cada caso. Solamente se deber¨ªan autorizar en aquellas situaciones en las que la chica es totalmente incapaz de manejar la menstruaci¨®n y se encuentra en grave riesgo de ser explotada sexualmente¡±.
En la pr¨¢ctica, las cosas son muy diferentes. Archane Shete, directora de la Escuela Especial de Jidd, afirma que la pr¨¢ctica prol¨ªfera y que los progenitores suelen someter a sus hijas a la esterilizaci¨®n forzosa en casos en que no es necesaria ni aconsejable desde un punto de vista m¨¦dico.
¡°S¨¦ que las chicas discapacitadas que son capaces de ocuparse de su higiene ¨ªntima pueden aprender f¨¢cilmente a manejar la regla de manera aut¨®noma. Solo necesitan que las orienten y las preparen adecuadamente¡±.
¡°La raz¨®n por la cual no saben c¨®mo hacerse cargo de la regla es que nadie les ha ense?ado qu¨¦ es la menstruaci¨®n. No son conscientes de que est¨¢n menstruando ni siquiera mientras tienen el periodo. [La gente] lo trata como un trastorno m¨¢s relacionado con la discapacidad¡±, explica Shete.
En cuanto a las chicas cuyos padres no intentan esterilizarlas, siguen corriendo el riesgo de sufrir maltrato f¨ªsico y verbal.
Shobha Vishwakarma, de 45 a?os, tiene una hija de 16 con una discapacidad intelectual. ¡°Nunca le hab¨ªa hablado de la menstruaci¨®n antes de que le llegase por primera vez¡±, cuenta, ¡°y cuando lo hice, probablemente ya era demasiado tarde. Se negaba a ponerse compresas y se manchaba la ropa cada vez que ten¨ªa el periodo. Era bochornoso. En casa hay hombres, y en su colegio hay chicos¡±.
La madre reconoce que trat¨® violentamente a su hija cuando esta empez¨® a menstruar. ¡°Me dol¨ªa en el alma, pero no pod¨ªa evitar gritarle y pegarle. No sab¨ªa hacer otra cosa. Sin embargo, despu¨¦s del tercer periodo empez¨® a ponerse las compresas sin protestar demasiado¡±. Actualmente, Vishwakarma forma parte de uno de los grupos de educaci¨®n menstrual de Kumar.
El Proyecto Samarth est¨¢ pensado para garantizar que las ni?as no tengan que sufrir malos tratos para aprender qu¨¦ es la menstruaci¨®n por el mero hecho de tener una discapacidad. El equipo del programa pide a las madres que le hablen de ella a sus hijas desde la infancia, preferiblemente a los ocho o nueve a?os. Se las anima a que les ense?en en la pr¨¢ctica al menos una vez al mes c¨®mo se usan las compresas, de manera que las ni?as, en particular las que tienen una discapacidad intelectual, recuerden c¨®mo hacerlo.
El personal pone a las madres y a las hijas en contacto con ginec¨®logos que les explican c¨®mo funciona la menstruaci¨®n, que durante los primeros dos a?os esta es irregular, y que tienen que acudir a un m¨¦dico si se prolonga m¨¢s de una semana. Los especialistas fueron incluidos en el programa despu¨¦s de que Kumar se diese cuenta de que las madres rara vez consultaban con un m¨¦dico, ni siquiera cuando sus hijas ten¨ªan problemas graves relacionados con el periodo, como un dolor anormal en las piernas o reglas de m¨¢s de 15 d¨ªas de duraci¨®n.
Cualquier intervenci¨®n m¨¦dica que incluya la esterilizaci¨®n sin el consentimiento libre e informado de la persona es una violaci¨®n de su integridad y puede constituir tortura y malos tratos
En el primer a?o del proyecto Samarth, Kumar ha iniciado a 60 chicas con discapacidad en el proceso de la menstruaci¨®n. Con el fin de que las sesiones sean m¨¢s accesibles, utiliza c¨®mics, dibujos, v¨ªdeos de animaci¨®n, el sistema braille y el lenguaje de signos. Cuenta que, antes, el t¨¦rmino ¡°menstruaci¨®n¡± no exist¨ªa en el lenguaje de signos indio-pakistan¨ª.
¡°Estoy intentado inventar un gesto que represente la palabra menstruaci¨®n¡±, explica. ¡°El hecho de que no exista demuestra que nadie le ha hablado de ella a las chicas¡±.
Decir ¡°no¡± a la histerectom¨ªa
Meenakshi Sharma, de 40 a?os, no hab¨ªa preparado a su hija de 10, afectada por una discapacidad intelectual. Sin embargo, afirma que no tuvo ocasi¨®n de hacerlo, ya que Kashish empez¨® a menstruar cuando ten¨ªa ocho a?os.
¡°Al principio pens¨¦ que ten¨ªa que ver con su discapacidad, pero cuando empez¨® a sangrar cada mes me di cuenta de que ten¨ªa la regla. Intent¨¦ ense?arle c¨®mo utilizar un trozo de tela como compresa, pero se enfadaba mucho¡±.
¡°A pesar de explic¨¢rselo, se lo quitaba y lo tiraba donde mejor le parec¨ªa, hasta en la mesa cuando est¨¢bamos comiendo. Me sent¨ªa impotente; no sab¨ªa c¨®mo ayudar a mi hija. Todav¨ªa hoy sigo lav¨¢ndole le ropa interior cada vez que tiene la regla¡±, explica.
A?ade que cuando su hija empez¨® a menstruar se le helaba la sangre cada vez que o¨ªa hablar de los casos de agresiones sexuales a ni?as discapacitadas. No quer¨ªa que Kashish se quedase embarazada a consecuencia de una violaci¨®n.
A pesar de todo, Sharma, que actualmente ha pasado por el programa Samarth, dice que la histerectom¨ªa no es la soluci¨®n para su hija. ¡°He meditado las diferentes opciones¡±, asegura, ¡°y ya no tengo miedo. Yo cuidar¨¦ de ella¡±.
Este texto fue publicado originalmente en ingl¨¦s en la p¨¢gina web de Newsdeeply en este enlace.
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