Ataque a la libertad de informaci¨®n
La sentencia que obliga a EL PA?S a rectificar una informaci¨®n sobre TV3 pone en riesgo el derecho a la cr¨ªtica
La sentencia dictada por un juzgado de Barcelona en la que se obliga al diario EL PA?S a publicar la versi¨®n de TV3 sobre una cr¨®nica cr¨ªtica con la programaci¨®n de la televisi¨®n p¨²blica catalana es una mala noticia para el periodismo. Si cualquier persona, empresa o instituci¨®n a la que no le guste una informaci¨®n difundida por un medio de comunicaci¨®n, por mucho que esta pueda ser cierta, encuentra amparo en los tribunales invocando el derecho de rectificaci¨®n, la libertad de expresi¨®n se ve seriamente amenazada.
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Estamos ante una sentencia desproporcionada ¡ªque EL PA?S recurrir¨¢ inmediatamente¡ªen la que se admite que no se duda de la veracidad de lo que se publica y que, pese a ello, exige reproducir una versi¨®n de TV3, independientemente de que esta s¨ª pueda ser falsa. El asunto es m¨¢s grave a¨²n dado que el demandante es un medio de comunicaci¨®n, que tiene ya por tanto la capacidad de dar su propia versi¨®n, y adem¨¢s un medio de comunicaci¨®n p¨²blico que no acepta un an¨¢lisis cr¨ªtico de sus contenidos. Llevado esto al extremo, ser¨ªa el final del g¨¦nero de la cr¨ªtica de cualquier espect¨¢culo cultural, deportivo o social. El fallo supone un inaceptable atentado contra el derecho a la informaci¨®n.
TV3, una compa?¨ªa pagada con el dinero de todos los catalanes, demand¨® a EL PA?S en diciembre por una cr¨®nica publicada el 12 de noviembre bajo el t¨ªtulo Una semana en la burbuja de TV3 en la que se repasaba minuciosamente los contenidos emitidos por la televisi¨®n p¨²blica durante esos d¨ªas. La cadena considera que las informaciones difund¨ªan hechos ¡°inexactos y falsos¡±, enumerando siete apartados que abarcaban desde la convocatoria de la huelga general en Catalu?a hasta la fuga de empresas. EL PA?S, que hoy en sus p¨¢ginas rebate uno por uno los argumentos de TV3, expuso que los art¨ªculos expresaban un an¨¢lisis cr¨ªtico partiendo de la visi¨®n de una persona que hab¨ªa estado siguiendo TV3 durante una semana y de las resoluciones de la Junta Electoral, que hab¨ªa sostenido que la cadena p¨²blica no respetaba la neutralidad informativa.
La sentencia admite que ¡°no entra a analizar la veracidad de las manifestaciones¡± y no supone que la informaci¨®n publicada sea incierta o no veraz, sino que implica ¡°el derecho del aludido a ofrecer otra versi¨®n distinta de la cual disiente¡±.
Considera TV3 que algunos aspectos de la informaci¨®n pueden perjudicar su prestigio. La sentencia no examina esos hechos, pero los confunde con el punto de vista leg¨ªtimo del periodista que ha analizado los contenidos emitidos por un medio de titularidad p¨²blica durante una semana, como el cr¨ªtico que expone su opini¨®n sobre cualquier programaci¨®n de televisi¨®n. Parece indudable que cualquier medio de comunicaci¨®n, m¨¢ximo si es p¨²blico, debe estar sometido a la cr¨ªtica.
Subrayemos, por ¨²ltimo, la sa?a con la que TV3 y algunos medios afines al independentismo han aprovechado para atacar a EL PA?S con motivo de esta sentencia. A nadie se le escapa que durante todo el largo periodo del proc¨¦s, este diario ha denunciado con energ¨ªa la ilegalidad de ese movimiento y el enorme da?o que se ha causado a la sociedad catalana. Estamos orgullosos de que, en la medida modesta en la que un medio de comunicaci¨®n pueda hacerlo, nuestras informaciones hayan contribuido a que la verdad prevalezca, y entendemos que eso haya generado un deseo de venganza en los impulsores del independentismo. En esta ocasi¨®n, para su fortuna, han encontrado en Barcelona un juzgado extraordinariamente diligente que en un mes ha tramitado, visto y sentenciado la demanda presentada por TV3.
Este peri¨®dico se reafirma punto por punto en la informaci¨®n objeto de la demanda, pero, por supuesto, cumplir¨¢ en su debido momento la sentencia.
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