Con o sin EEUU, la migraci¨®n global necesita un enfoque colectivo
El Pacto Mundial sobre Migraciones entra en el a?o clave de sus negociaciones
Acababa de aterrizar en M¨¦xico para asistir a la reuni¨®n preparatoria del Pacto Mundial sobre las Migraciones (GCM, por sus siglas en ingl¨¦s), el pasado mes de diciembre, y o¨ª en las noticias que Estados Unidos se hab¨ªa retirado del proceso y de las negociaciones. Como muchos otros, me pregunt¨¦ si eso significaba que el Pacto estaba liquidado antes de nacer.
Sin embargo, la reuni¨®n sigui¨® adelante y se formularon varias recomendaciones concretas que finalmente se consolidar¨¢n en el borrador inicial del GCM y ser¨¢n negociadas por los estados. Lo que es m¨¢s importante, estos parec¨ªan dispuestos a contribuir, involucrarse, escuchar y aprender tanto en los procesos formales como en las conversaciones informales de los pasillos. Al llegar el jueves, hab¨ªa un buen estado de ¨¢nimo y uno de los cofacilitadores, el Representante Permanente de M¨¦xico ante las Naciones Unidas, Juan Jos¨¦ G¨®mez Camacho, defini¨® la reuni¨®n como ¡°hist¨®rica¡±.
Es demasiado pronto para decir qu¨¦ aparecer¨¢ en la versi¨®n final del documento. Por ahora lo que tenemos es una ¡°larga lista¡± de prioridades. En algunas se ha llegado a una cierta convergencia de ideas, como la de mejorar la movilidad para los trabajadores y el reconocimiento de sus habilidades. Tambi¨¦n proteger a los migrantes que se encuentren en situaci¨®n de vulnerabilidad, invertir en una mejora de los datos, reducir los costes de transacci¨®n de las remesas y realzar el papel de las di¨¢sporas. Otros, como aumentar las v¨ªas legales y facilitar el retorno, siguen siendo dif¨ªciles de abordar. Pero incluso en estos casos se han conseguido progresos y los estados han cambiado su postura inicial.
Por ahora lo m¨¢s importante es saber si el Pacto Mundial para las Migraciones proporcionar¨¢ un marco significativo que fomente la cooperaci¨®n no solo entre los estados sino tambi¨¦n entre los propios migrantes, las empresas y empleadores, las organizaciones regionales, las ciudades y alcaldes, las di¨¢sporas y muchos otros.
Esto est¨¢ directamente relacionado con la retirada de EEUU del Pacto: quer¨ªan establecer sus propias pol¨ªticas, decididas exclusivamente por y para los estadounidenses. Los que est¨¢bamos en M¨¦xico llegamos a la conclusi¨®n de que esa era una visi¨®n miope. La soberan¨ªa de los estados?no solo es compatible la colaboraci¨®n internacional, sino que ambas son deseables. Pero la forma de conseguir la acci¨®n internacional y colectiva es algo completamente diferente, y ese algo requerir¨¢ de mucha reflexi¨®n y movimientos en los pr¨®ximos meses.
Para esto es necesario avanzar en al menos dos frentes:
1. Dejar de presentar la migraci¨®n como un movimiento desde los pa¨ªses de origen a los pa¨ªses de destino.
Gran parte del debate sobre las migraciones globales da por sentado que se trata de llegar a un acuerdo entre las necesidades de los pa¨ªses ¡°emisores¡± de migrantes y sus ¡°receptores¡±. Sin embargo, en la reuni¨®n preparatoria muchos estados reconocieron que ellos mismos son pa¨ªses de origen y destino. Un ejemplo de ello es la memorable historia personal de Ola Brown, una m¨¦dica brit¨¢nico-nigeriana que emigr¨® hace diez a?os desde Reino Unido, donde ganaba 20.000 libras al a?o, a Lagos (Nigeria). All¨ª Brown es due?a de un negocio de 20 millones de d¨®lares.
Mantener esta dicotom¨ªa perpet¨²a en el tiempo una divisi¨®n artificial y poco beneficiosa: la misma que se establece entre "rico" y "pobre", "desarrollado" y "en desarrollo", o "donante" y "receptor" de ayuda. Dicho de otro modo: "ellos" y "nosotros". Lo que los estados deber¨ªan hacer es reconocer tanto los beneficios como los retos de la movilidad humana y, a partir de ah¨ª, negociar los t¨¦rminos de esa relaci¨®n del mismo modo que se ha hecho con otras importantes relaciones e intereses mutuos: el comercio, el desarrollo, la prosperidad, la estabilidad pol¨ªtica y otros.
2. Reconocer que la migraci¨®n no se puede gestionar solo a trav¨¦s de pol¨ªticas migratorias.
La capacidad de los estados (o regiones o ciudades) para integrar a los migrantes depende de una serie de factores entre los que se encuentran las tendencias demogr¨¢ficas, el mercado de trabajo, la resiliencia de los servicios sociales y las di¨¢sporas locales. De manera similar, hay que tener en cuenta que estos toman decisiones bas¨¢ndose en las oportunidades laborales, la educaci¨®n de sus hijos y la posibilidad de una alcanzar una vida mejor.
El Pacto Mundial sobre las Migraciones debe proporcionar un marco en el que tratar todos estos asuntos, as¨ª como una plataforma que incorpore nuevos actores. Necesitamos que los emprendedores, los empresarios, los alcaldes, los ministros de econom¨ªa, las personalidades del arte y la cultura, y muchos otros entiendan que tienen un papel en la gesti¨®n de la migraci¨®n global. Esto ayudar¨¢ a superar un debate p¨²blico y pol¨ªtico cada vez m¨¢s t¨®xico.
Gracias a la retirada de EEUU del Pacto ahora hay m¨¢s escrutinio e inter¨¦s en lo que hasta la semana pasada era otro oscuro proceso de la ONU. Lo que yo presenci¨¦ es un esfuerzo por lograr avances reales hacia un enfoque colectivo para abordar las oportunidades y los retos de las migraciones globales.
[Este art¨ªculo fue publicado originalmente por Marta Foresti en ingl¨¦s en la web del Overseas Development Institute.]
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