La democracia por s¨ª sola no basta
La autoproclamada rep¨²blica de Somalilandia tendr¨¢ que superar muchos obst¨¢culos antes de convertirse en un Estado pleno, y muchos de ellos est¨¢n relacionados con los derechos de sus ciudadanos, en especial, las mujeres
El nuevo presidente de la autoproclamada rep¨²blica de Somalilandia, Muse Bihi Abdi, fue investido? el pasado noviembre, exactamente un mes despu¨¦s de obtener el 55% de los votos en unas elecciones que, en general, se han considerado pac¨ªficas y democr¨¢ticas. Pero, a pesar de celebrar elecciones con regularidad y de tener su propia divisa, instituciones de gobierno y relaciones diplom¨¢ticas de facto con potencias internacionales, Somalilandia no existe oficialmente. El pa¨ªs tendr¨¢ que superar muchos obst¨¢culos antes de convertirse en un Estado de pleno derecho y muchos de ellos est¨¢n relacionados con los derechos de sus ciudadanos (o m¨¢s bien la falta de los mismos).
¡°Todo el mundo se centra en que Somalilandia sea democr¨¢tica¡±, se?ala Guleid Ahmed Jama, presidente del Centro de Derechos Humanos de Somalilandia, un grupo local de defensa de los derechos humanos. ¡°Pero no se fija en problemas como las violaciones de los derechos humanos por parte del Estado¡±.
Los miembros de la oposici¨®n y los detractores del Gobierno, incluidos los periodistas, reciben a veces palizas y son encarcelados. Las fuerzas policiales se militarizan cada vez m¨¢s y no est¨¢n sometidas a los tribunales civiles, lo que les confiere un poder para actuar casi con total impunidad. Las mujeres siguen enfrent¨¢ndose a importantes obst¨¢culos en el ¨¢mbito pol¨ªtico y social y la Constituci¨®n consagra unas leyes que reflejan una desigualdad de g¨¦nero muy extendida.
Seg¨²n Nimco Ali, una activista brit¨¢nico-somal¨ª que lucha contra la mutilaci¨®n genital femenina (MGF), la divisi¨®n entre los sexos empieza en la infancia, cuando se obliga a las ni?as peque?as a someterse a la MGF, una pr¨¢ctica que, seg¨²n datos de la ONU, el 98% de las mujeres en Somalilandia ha sufrido.
Las mujeres siguen enfrent¨¢ndose a importantes obst¨¢culos en el ¨¢mbito pol¨ªtico y social y la Constituci¨®n consagra unas leyes que reflejan una desigualdad de g¨¦nero muy extendida
¡°La MGF tiene profundas consecuencias para las vidas de las mujeres, y si queremos que exista una verdadera igualdad tenemos que empezar por ah¨ª¡±, manifestaba Ali y a?ad¨ªa que es fundamental establecer leyes para acabar con esta pr¨¢ctica. ¡°Somalilandia no puede progresar si las mujeres no lo hacen¡±.
Antes de las elecciones, Ali viaj¨® a Somalilandia y se reuni¨® con los tres candidatos a la presidencia. Les convenci¨® para que prometiesen poner fin a la MGF si ganaban. Bihi, el actual presidente, afirm¨® que, aunque los ¨ªndices de MGF siguen siendo altos, ¡°el pa¨ªs est¨¢ a punto de realizar un cambio aut¨¦ntico y profundo que podr¨ªa ponerle fin¡±.
¡°La MGF est¨¢ relacionada con la igualdad de g¨¦nero. El hecho de que un pa¨ªs tan joven como Somalilandia se haya comprometido a acabar con ella tambi¨¦n demuestra que est¨¢ comprometido a instaurar una verdadera democracia, y es un ejemplo poco frecuente en esta regi¨®n tan aquejada de problemas¡±, aseguraba Bihi.
Pero la MGF no es ni mucho menos el ¨²nico problema que sufren las mujeres en el pa¨ªs. Aunque las mujeres desempe?an un importante papel en la sociedad civil y en los negocios, se enfrentan a grandes obst¨¢culos en lo que se refiere a la participaci¨®n en la pol¨ªtica. ¡°Las mujeres son la columna vertebral de los partidos, realizan todo el trabajo de campo, organizan y hacen campa?a. Pero los hombres ocupan todos los puestos de toma de decisiones¡±, se?ala Sucaad Carmiye, la propietaria de Caf¨¦ Lalays, uno de los restaurantes de m¨¢s ¨¦xito de Hargeisa, y una activista que ha trabajado con otras mujeres para que aumentar la participaci¨®n pol¨ªtica de las mujeres. ¡°A las mujeres nos resulta dif¨ªcil tener aspiraciones, porque nos han adoctrinado. Desde la infancia nos ense?an que la pol¨ªtica no es para nosotras¡±.
El pa¨ªs que no existe
Somalilandia es un antiguo protectorado brit¨¢nico que se incorpor¨® en 1960 a lo que por aquel entonces se conoc¨ªa como Somalia Italiana, antes de volver a proclamar su independencia en 1991, despu¨¦s de una brutal guerra civil entre el pueblo de Somalilandia y las tropas del presidente, convertido en dictador, Siyad Barre. Desde entonces ha existido como un Estado de facto, pero no ha sido reconocido internacionalmente. Adem¨¢s, a diferencia de sus vecinos en la regi¨®n, en Somalilandia se ha mantenido en gran medida la paz y se han celebrado varios comicios con ¨¦xito desde el refer¨¦ndum constitucional en 2001.
Su buena trayectoria electoral, y especialmente estas ¨²ltimas elecciones, son una se?al de la madurez pol¨ªtica del pa¨ªs, y los somalilandeses esperan que esto refuerce sus argumentos para conseguir el reconocimiento internacional.
Carmiye cree que estas elecciones constituyen un momento decisivo para los derechos de las mujeres en Somalilandia, pero que les corresponde a las mujeres hacerse o¨ªr y exigir un cambio. ¡°Los meses anteriores a las elecciones fueron el momento perfecto para hablar de estos temas, porque [los candidatos] quer¨ªan nuestros votos y se mostraban dispuestos a escuchar¡±, remacha Carmiye.
Durante su campa?a, Bihi prometi¨® proteger los derechos de las mujeres y de las ni?as, y nombrar a varias mujeres para ocupar cargos pol¨ªticos de alto nivel. La pregunta que se hacen los ciudadanos de Somalilandia es si cumplir¨¢ su palabra.
Las mujeres como Sucaad seguir¨¢n luchando por aumentar el n¨²mero de candidatas en las elecciones locales (que se celebrar¨¢n en 2019) y para cambiar algunas de las leyes discriminatorias relacionadas con los derechos ciudadanos y la violencia de g¨¦nero consagradas en la Constituci¨®n. ¡°Una de las maneras en que lo hacemos es yendo a los colegios y a las universidades para dar a conocer estas leyes, porque muchos ni siquiera las conocen. Tambi¨¦n animamos a las chicas a desempe?ar papeles de liderazgo y a creer que pueden participar en la pol¨ªtica si quieren¡±.
Adem¨¢s de fomentar la igualdad de g¨¦nero en el pa¨ªs, Bihi tendr¨¢ que trabajar duro en otros sectores: existe cada vez m¨¢s presi¨®n para aprobar una reforma pol¨ªtica, para reforzar la independencia del poder judicial, para reformar el sistema educativo y para reducir radicalmente el desempleo. Y aunque Somalilandia todav¨ªa no es un Estado reconocido oficialmente, va camino de convertirse en un actor importante en la geopol¨ªtica de la regi¨®n.
Es innegable que Somalilandia, durante sus 25 a?os de existencia, ha dado grandes pasos para convertirse en un pa¨ªs relativamente democr¨¢tico, estable y pac¨ªfico. Pero adem¨¢s de centrarse en el importante tema del reconocimiento internacional, Bihi tendr¨¢ que trabajar mucho dentro de su propio pa¨ªs para que Somalilandia sea realmente democr¨¢tica e inclusiva para todos sus ciudadanos.
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