Hargeisa, capital de un Estado en el limbo
Bienvenidos a la capital de Somaliland, una democracia en el limbo internacional
Oficialmente, ?frica est¨¢ conformada por 54 pa¨ªses, con sus 54 capitales. Por justicia hist¨®rica, se suele contar la Rep¨²blica ?rabe Saharaui Democr¨¢tica (RASD), o S¨¢hara Occidental, con capital en El Aai¨²n, como el quincuag¨¦simo quinto pa¨ªs africano. Pero poco se habla de Somaliland, autoproclamado independiente en 1991, y de su capital: Hargesia. Por eso hoy, rozando sus 27 a?os de lucha para ser reconocida como capital de un nuevo Estado africano, queremos conocerla un poco m¨¢s de cerca y analizar el contexto pol¨ªtico en el que se erige.?
Somaliland fue un protectorado brit¨¢nico hasta 1960, cuando se fusion¨® con la Somalia italiana. Tras el inicio de la guerra civil de Somalia en 1991 y durante el r¨¦gimen del despiadado dictador Mohamed Siad Barre, Somaliland dijo "basta" y declar¨® su independencia unilateral, logrando exiliar al dictador y sus fuerzas militares. Tras m¨¢s de dos d¨¦cadas de aislamiento diplom¨¢tico, Somaliland se presenta como un Estado en el limbo, y sin embargo, m¨¢s segura ¨Cel 70% de su presupuesto se invierte en seguridad¨C, estable y un futuro m¨¢s prometedor que su matriz, Somalia, en manos del grupo terrorista Al Shabab.
El pasado 13 de noviembre, los cerca de cuatro millones de?somalilandeses que conforman el pa¨ªs, Estado no reconocido internacionalmente, eligieron al expiloto de las Fuerzas A¨¦reas y comandante rebelde Musa Bihi Abdi, del partido gobernante Kulmiye, como su tercer presidente desde que el pa¨ªs se separara de Somalia. Era la sexta vez consecutiva desde 2003 que sus ciudadanos participaban en unas elecciones multipartidistas.?
Financiados en parte por la Uni¨®n Europea y el Reino Unido y supervisados por observadores internacionales, los comicios fueron ejemplares teniendo en cuenta el turbulento contexto pol¨ªtico de la regi¨®n, donde Yibuti, Eritrea, Sud¨¢n, Sud¨¢n del Sur, Etiop¨ªa, Somalia o Kenia, en mayor o menor medida, han ca¨ªdo en reg¨ªmenes fuertemente autoritarios, conflictos b¨¦licos o periodos de agitaci¨®n pol¨ªtica violentos. Sin embargo, las recientes elecciones han dado indicios de desmarcarse notablemente de la t¨®nica de sus vecinos, empleando incluso un registro de votantes pionero en todo el mundo a partir de tecnolog¨ªa biom¨¦trica de reconocimiento del iris.
Long queues outside a polling centre before opening time in #Hargeisa. Voters showed a great deal of enthusiasm, many arriving in the small hours of the morning to make sure of their place in the queue. #Somaliland's presidential elections - in picutres https://t.co/OsfS432Vc7 pic.twitter.com/F8uIaF5E69
— Saferworld (@Saferworld) December 26, 2017
A pesar de todo, las elecciones no estuvieron exentas de protestas, tanto en la capital, Hargeisa, como en las ciudades de Burao y Erigavo, despu¨¦s de que el principal partido de la oposici¨®n, Waddani, acusara a la comisi¨®n electoral de fraude. Dos personas fallecieron en un brote de violencia poselectoral y Facebook, WhatsApp o Twitter quedaron bloqueados durante varias horas, aunque el Gobierno lo justific¨® diciendo que se trataba de una estrategia de seguridad para prevenir noticias falsas.
M¨¢s all¨¢ de la discutible libertad de expresi¨®n y de los medios de comunicaci¨®n, el pa¨ªs es considerado una isla de paz y prosperidad dentro de la regi¨®n, con Ej¨¦rcito, moneda y gobierno propios, como cualquier Estado soberano. Recientemente, tambi¨¦n ha empezado a dar muestras de progreso en materia de derechos humanos aprobando la primera ley nacional que sentencia a 30 a?os de prisi¨®n a los violadores, norma que no existe en Somalia. Publicaciones como The Economist la han definido como "la democracia m¨¢s fuerte del ?frica Oriental" y su crecimiento econ¨®mico se ha mostrado estable en los ¨²ltimos a?os, a pesar de la preocupante sequ¨ªa que azota la regi¨®n y que ha acabado con el 80% del ganado del pa¨ªs o de lo que ha sido descrito por la ONU como "una de las emergencias humanitarias m¨¢s grandes desde 1945".
Las voces cr¨ªticas hacia la Uni¨®n Africana o la comunidad internacional, que se niegan desde hace casi tres d¨¦cadas a reconocer Somaliland como un pa¨ªs independiente y la mantienen en un limbo legal, coinciden en que el hecho de que las agencias internacionales se coordinen y dirijan desde Mogadishu, capital somal¨ª devastada por la guerra a m¨¢s de 1.400 kil¨®metros de distancia, no hace m¨¢s que agravar la catastr¨®fica crisis provocada por el cambio clim¨¢tico.
Dado que Somaliland queda aislada de la mayor parte de la asistencia externa que llega v¨ªa Mogadishu, y no puede acceder a pr¨¦stamos dirigidos a Estados como los que otorga el Banco Mundial, el contrato social entre Gobierno y ciudadan¨ªa se ha vuelto muy fuerte. La democracia somalilandesa se ha fundamentado en una serie de consultas p¨²blicas masivas o conferencias de clanes, que le otorgan un grado inusual de legitimidad. La caracter¨ªstica m¨¢s llamativa de su sistema pol¨ªtico es la c¨¢mara alta de los ancianos de los clanes, conocida como Guurti, una sociedad de clanes que garantiza un gobierno ampliamente representativo y respalda gran parte de la cultura pol¨ªtica consensual del pa¨ªs.
#Somaliland Hajji Abdi Warabe, the oldest house of #Guurti member endorsed to elect Muse Bihi Abdi a new somaliland's President.#KULMIYE pic.twitter.com/Klt9LjoGRR
— KULMIYE Party (@XISBIGAKULMIYE) October 17, 2017
Somaliland, un enclave estrat¨¦gico para la regi¨®n
El optimismo y la esperanza de futuro no abandonan a su poblaci¨®n, y la di¨¢spora somal¨ª est¨¢ regresando para invertir en el pa¨ªs. As¨ª lo muestran datos del Banco Mundial, que revelan que el 90% de su PIB proviene de inversiones privadas. A principios de 2017, los actores del Golfo ya empezaron a mostrar su inter¨¦s en Somaliland a nivel geo-estrat¨¦gico. Los Emiratos ?rabes Unidos decidieron invertir 366 millones de euros para modernizar el puerto de Berbera, donde tambi¨¦n planean construir una criticada base militar y un aeropuerto. EAU se ha comprometido, asimismo, a crear una Zona de Libre Comercio internacional para convertir la ciudad de Berbera en un centro log¨ªstico multimillonario en el Cuerno de ?frica y ha invertido 166 millones m¨¢s para desarrollar el llamado Corredor de Berbera, que conectar¨¢ el puerto con la frontera con Etiop¨ªa.
Ad¨ªs Abeba, sin acceso propio al Mar Rojo, tambi¨¦n se ha dado cuenta de la importancia de invertir en Somaliland, y financia el 19% de este proyecto con el objetivo de reducir su dependencia de las exportaciones v¨ªa Yibuti, que hasta ahora han monopolizado el 95% del tr¨¢fico mar¨ªtimo et¨ªope. Esto puede representar un golpe nefasto para Yibuti, despu¨¦s de que Etiop¨ªa firmara un Memorando de Entendimiento?con Somaliland en 2016 que permitir¨ªa desviar hasta el 30% de su comercio al puerto de Berbera. Sin embargo, representa una oportunidad de desarrollo ¨²nica para la nueva administraci¨®n del presidente Behi, que le posibilitar¨ªa la inversi¨®n extranjera directa, a falta de ayuda externa debido al no-reconocimiento internacional.
De esta forma, Somaliland podr¨ªa ver disminuir sus altas tasas de desempleo y compensar el enorme coste de ser una Rep¨²blica no reconocida, el 70% de la cual tiene menos de 30 a?os. Los somalilandeses, cuya esperanza de vida es de tan solo 50 a?os, sufren de unas tasas de alfabetizaci¨®n muy inferiores que las del resto de pa¨ªses del ?frica subsahariana y un sistema sanitario d¨¦bil, que requiere urgentemente de un reconocimiento internacional del pa¨ªs para poder empezar a construirse de una vez para siempre. Poca es la voluntad internacional de reconocer Hargeisa como la quincuag¨¦simo sexta capital africana. Aunque su gobierno, establecido en la ciudad, bien funciona como tal y de forma m¨¢s eficaz que muchos Estados reconocidos, como Sud¨¢n de Sur.
?Qu¨¦ hacer en Hargeisa?
Con una poblaci¨®n de aproximadamente 800.000 habitantes, Hargeisa es la capital y el centro financiero de Somaliland. Tanto el sector de la construcci¨®n como el de las telecomunicaciones est¨¢n en auge, y la modernizaci¨®n es obvia en su mercado central, rebosante de cencerros de madera, dhiil (recipientes de leche tradicionales) o baati, un vestido de algod¨®n recientemente popularizado por la revista de moda internacional Vogue.
A solo una hora de distancia de la capital, Laas Geel exhibe impresionantes pinturas rupestres que datan de hace 6.000 a?os, contando historias de ganaderos con t¨²nicas ceremoniales y hasta perros dom¨¦sticos. La capital tambi¨¦n ofrece la posibilidad de visitar el Museo Saryan, un espacio donde conocer la historia del pa¨ªs y de la regi¨®n. Adem¨¢s, la vida nocturna de la ciudad hace honores a la explosi¨®n del Funk de los 70 en la regi¨®n, y resuena al pop contempor¨¢neo africano. En el pub y restaurante Hiddo Dhowr se puede escuchar m¨²sica en vivo todos los jueves, donde los estilos del Dhaanto y el Buraanbur son los m¨¢s aclamados.
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