La lucha contra el pescado podrido de Aquin
Los medios artesanales y la falta de electricidad para conservar el g¨¦nero impiden sacar el m¨¢ximo partido a la pesca en Hait¨ª. Comenzamos una serie de reportajes para conocer la realidad del pa¨ªs menos desarrollado de Am¨¦rica
Excepto basura y pobreza, en Hait¨ª no sobra casi nada. Comida, desde luego, no. Y mucho menos pescado, una valiosa fuente de prote¨ªnas para un pa¨ªs en una emergencia cr¨®nica que tiene a la mitad de su poblaci¨®n desnutrida. No le sobra a Figaso Lecede, que cada ma?ana sale a las seis en su precaria canoa a capturar peces en Aquin, al sur de la isla. Cada jornada en las turquesas aguas que ba?an esta localidad es una inc¨®gnita. Y lo que pasar¨¢ con el g¨¦nero una vez que regresen, tambi¨¦n. Porque otra cosa que escasea es la electricidad y, con ella, las c¨¢maras frigor¨ªficas para preservarlo durante unos d¨ªas; a menudo tiene que malvenderlo o fiarlo antes de que se le pudra.
El potencial pesquero de Hait¨ª, con 1.700 kil¨®metros de costa, es inmenso, pero las artes que emplean son tan artesanales que solo capturan alrededor de una d¨¦cima parte de lo que podr¨ªan. Los haitianos consumen 17.000 toneladas de pescado al a?o, de las que tan solo producen 5.000, el resto es importado. Mientras la plataforma continental est¨¢ sobreexplotada, en altamar pr¨¢cticamente no se pesca. Canoas como la de Lecede, que no deja de ser un tronco vaciado en su parte central, son la embarcaci¨®n predominante para salir a faenar. Algunos cuentan con otras algo m¨¢s sofisticadas, construidas a base de tablones. La fuerza motriz en ambos casos son los remos o las velas confeccionadas con pl¨¢sticos, lo que no da para aventurarse en las profundidades del Caribe.
Y cuando llegan a la costa, normalmente con pescados peque?os, los que se encuentran a esta distancia, se topan con el problema de la electricidad. Solo un tercio de la poblaci¨®n de Hait¨ª tiene acceso a ella, y nunca es continua. Quien quiera asegurarse el suministro tiene que tirar de generadores, lo que hacen los hoteles y restaurantes que frecuentan sobre todo los cooperantes que viajan por el pa¨ªs.
¡°En Aquin hay electricidad uno o dos d¨ªas al mes¡±, explica Syles Choumont, presidente de la asociaci¨®n de pescadores. Cuenta que en los a?os noventa pusieron en marcha un sistema que se fue deteriorando. Hoy, la ¨²nica forma que tienen para alargar la vida del pescado es comprar bloques de hielo, que son ¡°caros y poco eficientes y no siempre est¨¢n disponibles¡±.
Solo un tercio de la poblaci¨®n de Hait¨ª tiene acceso a electricidad, y nunca es continua
Esta comuna, como buena parte del pa¨ªs, donde no existe la recogida de residuos ni su tratamiento, est¨¢ rociada con envases y pl¨¢sticos. Lo que desde el mar parece un para¨ªso tropical rodeado por un manglar va convirti¨¦ndose, seg¨²n se va acercando la costa, en un pueblo de construcciones precarias, cuando no destruidas, sin luz (por supuesto), ba?os ni agua potable. Nada extraordinario en Hait¨ª, por otro lado, donde solo seis de sus 11 millones de habitantes tienen una fuente potable a menos de 500 metros de su casa. Es una de las razones por las que es, con diferencia, el pa¨ªs menos desarrollado de Am¨¦rica y ocupa el lugar 163? de 188 en el mundo, seg¨²n el PNUD.
La pesca genera alrededor de 77.000 empleos a tiempo completo (52.000 directos y 25.000 indirectos) en el pa¨ªs. En 420 localidades (en nueve de sus diez departamentos) se practica de forma artesanal, seg¨²n datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que facilit¨® la log¨ªstica para este reportaje. Revitalizar y modernizar este sector es una de las ¨¢reas donde se est¨¢ concentrando este organismo, el mayor donante en Hait¨ª. ¡°El objetivo es mejorar las ganancias de los pescadores de manera sostenible trabajando con sus asociaciones, fortaleci¨¦ndolas, construyendo infraestructuras y ofreciendo subsidios para equipamiento¡±, explica Sebastien Gachot, especialista del banco en el sector.
Una de las estrategias es facilitar barcas de fibra de vidrio y motor a las asociaciones de pescadores, pero no de forma totalmente gratuita, sino implicando a los trabajadores en su compra para que tomen mayor responsabilidad con ellas. Gracias a ellas se puede navegar m¨¢s seguro y m¨¢s lejos. Otra de las formas para quitar presi¨®n sobre la plataforma continental es instalar lo que se conoce como FAD, siglas de Fish Aggregating Devices, unos dispositivos de material biol¨®gico que se anclan con un cable al fondo del mar para que la vida surja en torno a ellos: es una forma de atraer a todo tipo de especies de paso. ¡°Cuando se instalan, los pescadores pueden ir mucho m¨¢s all¨¢ de lo que normalmente pescan, y extraer grandes ejemplares que no encuentran en las cercan¨ªas de la costa; adem¨¢s, reparten mejor el esfuerzo de pesca en recursos actualmente menos amenazados, como los mahi mahi y algunas especies de at¨²n¡±, explica Gachot.
El potencial pesquero de Hait¨ª, con 1.700 kil¨®metros de costa, es inmenso, pero las artes que emplean son tan artesanales que solo capturan alrededor de una d¨¦cima parte de lo que podr¨ªan
El problema es que son aparatos caros, de unos 10.000 d¨®lares por unidad, que no siempre resisten las embestidas de los fen¨®menos meteorol¨®gicos que azotan estas costas. Algo totalmente fuera del alcance de los pescadores, por lo que tiene que ser la cooperaci¨®n internacional la que se encargue de instalarlos. Este proyecto para mejorar las ganancias de los pescadores tendr¨¢ una inversi¨®n de 16,5 millones de d¨®lares (15 del BID y 1,5 del Gobierno haitiano), de los cuales todav¨ªa solo se han ejecutado un par de ellos.
De momento, incluso mejorando las artes de pesca, sus equipamientos y aumentando la cantidad y calidad de las capturas, a la vuelta a la costa el problema sigue ah¨ª. Incluso magnificado, pues conservar y vender estos grandes ejemplares resulta todav¨ªa m¨¢s complicado que los peque?os.
En una reuni¨®n de los pescadores de Aquin con un representante del gobierno haitiano encargado de implantar el proyecto, Lecede se queja de esta carencia: ¡°Es frustrante. Estamos atrapados en la pobreza y pidiendo limosnas, pero podr¨ªamos sacar mucho m¨¢s dinero con nuestros propios medios si tuvi¨¦ramos electricidad para una c¨¢mara frigor¨ªfica. Podr¨ªamos mantener el pescado y congelarlo, de forma que no depender¨ªamos tanto de la temporalidad, podr¨ªamos negarnos a vender si no nos ofrecen buenos precios y guardar el excedente para tiempos mejores¡±.
Este problema ejemplifica muy bien los retos a los que se enfrenta este pa¨ªs castigado por la pobreza y las cat¨¢strofes. No hay proyecto que se saque adelante con facilidad; no hay iniciativa que no dependa de decenas de factores sist¨¦micos ¡ªfalta de electricidad, infraestructuras¡ª para salir adelante. Pero por alg¨²n lado hay que empezar. Empoderar a los pescadores para que cooperen y se movilicen por lo que consideran necesario es un punto de arranque. Los nuevos equipamientos ayudan, solo falta electricidad para que el pescado de Aquin no se pudra.
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