Se puede decir no

El consumo de alcohol en j¨®venes, junto con la posici¨®n de liderazgo en el consumo de drogas ilegales en Europa, es algo que debe preocuparnos. El abuso concentrado en un fin de semana, o en un d¨ªa en particular, hace que las intoxicaciones et¨ªlicas se hayan convertido en el eje del ocio; hay quien no entiende que divertirse no pasa por estar bajo los efectos del alcohol. La ingesti¨®n de altas dosis de alcohol, o la mezcla de alcohol y drogas, ha hecho que los menores pierdan la percepci¨®n de riesgo de futuros trastornos. De entrada, el abuso empieza a tener como consecuencia una disminuci¨®n de la concentraci¨®n, alteraci¨®n de su conducta cuando no se est¨¢ bajo los efectos del alcohol, falta de motivaci¨®n, baja autoestima y un estado de infelicidad que les lleva a esperar el d¨ªa en que cogerse otra borrachera. La sociedad espa?ola no parece alarmada ante este consumo en adolescentes, ni tampoco con el de drogas. Se ha llegado a una normalizaci¨®n y se entiende que no hay un da?o aparente. La responsabilidad es de cada familia, todo pasa por una buena educaci¨®n y una preparaci¨®n del adolescente para que sepa decir no y sea consciente del problema que tendr¨¢ si cae en las redes de las drogas y el alcohol. Hay salida, pero a veces ya es muy tarde y no hay marcha atr¨¢s.¡ª Claudia Garc¨ªa. Alcorc¨®n (Madrid).

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