Devermut, las 'YouTubers' ¡°bolleras de cuna¡± que luchan por visibilizar el colectivo LGTBI+
A golpe de humor y clicks, Marta y Sara favorecen con su canal la visibilidad l¨¦sbica que avanza con lentitud en Espa?a
YouTube se ha convertido en la red social en la que los haters despliegan con mayor agresividad las alas de su odio. Como era de esperar, los comentarios de los v¨ªdeos se llenan de insultos y de insinuaciones subidas de tono cuando es una mujer la protagonista del mismo. Si subimos la apuesta y contamos con dos mujeres -nos hab¨ªamos prometido no poner adjetivos, pero las promesas est¨¢n para incumplirlas y vamos a sumar ¡®atractivas¡¯ a la ecuaci¨®n- que encima son pareja, ?c¨®mo responde el universo online? Marta (29) y Sara (25) saben bien c¨®mo es la respuesta.
Esta pareja, conocida en las redes como Devermut, lucha por dar visibilidad al colectivo LGTBI desde YouTube -donde tienen 177.074 suscriptores- e Instagram -con 108.4 mil seguidores-. ¡°En realidad, nuestra audiencia est¨¢ compuesta en un 85% por mujeres, y los hombres que nos siguen lo hacen porque realmente est¨¢n interesados en nuestro contenido. Cuando publicamos alg¨²n v¨ªdeo que se viraliza y llega a los confines del universo online, entonces es cuando aparecen estos ¡°machirulos¡± (que no nos conoc¨ªan previamente), diciendo lo primero que se les pasa por la cabeza (o por la entrepierna)¡±, explican.
Lo cierto es que la visibilidad l¨¦sbica avanza con lentitud en Espa?a. Mientras que cada vez son m¨¢s los presentadores, colaboradores televisivos e incluso actores se declaran homosexuales, parece que al colectivo l¨¦sbico todav¨ªa le queda mucho por andar hasta lograr la m¨¢s que necesaria visibilidad. ?Cu¨¢l es el problema? En una sociedad heteropatriarcal, ser mujer es per se complicado, por lo que ser mujer y lesbiana hace que el camino se llene de baches. ¡°Poco a poco parece que la ¡°visibilidad l¨¦sbica¡± empieza a ser de verdad eso: visible. Cada vez hay m¨¢s caras conocidas (actrices, modelos, cantantes...) que se atreven a decir que son lesbianas o bisexuales. Es cierto que a¨²n nos falta un largo camino por recorrer, pero vamos despacito hacia adelante. El machismo tambi¨¦n trata de perpetuar el modelo social impuesto cisheterosexual, as¨ª que en nuestro caso lo sufrimos el doble: por mujeres, y por lesbianas¡±, afirman las chicas de Devermut.
¡°Poco a poco parece que la ¡°visibilidad l¨¦sbica¡± empieza a ser de verdad eso: visible. Cada vez hay m¨¢s caras conocidas que se atreven a decir que son lesbianas o bisexuales.
Si los piropos hacen que en muchas ocasiones dar un simple paseo por la calle resulte molesto, aguantar los comentarios procedentes de hombres que creen que una pareja de mujeres camina de la mano o se besa con el ¨²nico fin de excitarlo no pone las cosas m¨¢s f¨¢ciles. ?Acaso no les ha ocurrido nunca el que un hombre se ofrezca a ¡°ayudar¡± a la pareja, como si dos mujeres juntas necesitaran siempre la presencia de un falo para alcanzar el placer? ¡°Nos sucede a menudo. De hecho, una de las ¨²ltimas veces que nos pas¨® algo as¨ª est¨¢bamos esperando para cruzar en un sem¨¢foro en el centro de Barcelona y nos dimos un beso. Un tipo apareci¨® haci¨¦ndonos gestos con la mano, insinuando que hici¨¦ramos lo mismo los tres juntos, mientras nos gritaba ¡°guapas¡± a unos escasos dos metros. Sacamos el tel¨¦fono, lo grabamos y lo subimos a nuestras redes sociales; as¨ª naci¨® @machismocallejero, una cuenta de Instagram donde publicamos los acosos que las mujeres sufren d¨ªa a d¨ªa, y que ellas mismas nos env¨ªan. No s¨®lo se trata de hacer una denuncia social, sino tambi¨¦n de tejer una red de mujeres que quieren cambiar las cosas, y que saben que juntas somos m¨¢s fuertes¡±, aseguran.
Cuando coment¨¦ a unos amigos que iba a entrevistar a Marta y a Sara y les mostr¨¦ uno de sus v¨ªdeos, la mayor¨ªa se sorprendi¨® al verlas. ¡°No parece lesbianas¡±, me dijeron. ¡°?Qu¨¦ demonios es ¡°parecer lesbiana¡±?¡± ¡°Ya sabes¡ con el pelito corto, camisa de cuadros¡¡± ¡°?Acaso necesit¨¢is que lleven un hacha como accesorio para que pod¨¢is reconocerlas como tal?¡±, pregunt¨¦ con iron¨ªa. Silencio. Lo realmente triste es que ese silencio, m¨¢s que verg¨¹enza, escond¨ªa un ¡°s¨ª¡±. Hablamos con Devermut acerca de los estereotipos que a¨²n hoy rodean a las lesbianas. ¡°Generalmente la lesbiana se asocia a una mujer que presta poco inter¨¦s a su est¨¦tica en general, con el pelo m¨¢s bien corto, o quiz¨¢ sin depilar, y no siempre es as¨ª. Hay lesbianas con pluma y lesbianas sin pluma, igual que hay mujeres heterosexuales que se rapan la cabeza o que han decidido dejar de depilarse. Solemos tener la necesidad de etiquetarlo todo y de encasillarnos, y esto ¨²nicamente nos limita¡±.
Precisamente en uno de sus v¨ªdeos aparece Daniela Blume, a la que intentan meter, entre risas, dentro de una categor¨ªa concreta. Pero un segundo, ?acaso hay tribus l¨¦sbicas? ?Por qu¨¦ nadie nos lo hab¨ªa contado? ?Vivimos en el ostracismo? ¡°Las categor¨ªas ser¨ªan las mismas que para cualquier persona que no forma parte del colectivo LGTBI+: estereotipos asociados a unas determinadas ¡°tribus urbanas¡±, con sus h¨¢bitos, su est¨¦tica, etc¨¦tera. En las lesbianas es exactamente igual: est¨¢ la pija, la hipster, la ecologista, la intelectual¡¡±, explica. Vamos, como ocurre con las Spice Girls o con tu grupo de amigas de toda la vida.
Les comento que el otro d¨ªa un amigo escrib¨ªa en su estado de Facebook que la frase que m¨¢s hab¨ªa o¨ªdo el pasado a?o era ¡°Y ahora le gustan las chicas¡±. ¡°Ser lesbiana est¨¢ de moda¡±, le respond¨ªan muchos. ?Podemos hablar del lesbianismo como de la nueva dieta Atkins, es decir, algo que vive el hype del momento y que termina por ser abandonado? Lo curioso es que cuando un hombre se acuesta con otro hombre, jam¨¢s he escuchado ese ¡°ya volver¨¢ con las mujeres¡± que s¨ª que es habitual o¨ªr cuando es una mujer la que se acuesta con otra. ¡°La gente tiene que saber que la bisexualidad existe. No hay lesbianas ¡°que vuelvan¡± a los hombres, sino mujeres que se pueden sentir atra¨ªdas por personas de uno y otro sexo, indistintamente y en mayor o menor grado (no tiene por qu¨¦ ser al 50% ), y que seg¨²n el momento de su vida en el que est¨¦n, o seg¨²n les apetezca, pueden estar con uno u otra. Si la mujer es lesbiana, dif¨ªcilmente estar¨¢ con un hombre una vez haya dado el paso para salir del armario. En cualquier caso, el hombre no deber¨ªa sentirse menospreciado. Que las lesbianas no queramos acostarnos con ellos no significa que ninguna mujer lo quiera hacer¡±, explican. ¡°De moda puede estar te?irse el pelo de verde, pero no ser o dejar de ser heterosexual. La bisexualidad u homosexualidad no es una conducta aprendida, no se contagia ni se activa por resorte. Hay quien afirma que las mujeres somos todas bisexuales, pero que es el condicionante social el que nos empuja hacia la heterosexualidad.
El caso es que, seguramente, haya varios factores que favorezcan que una mujer se replantee su supuesta heterosexualidad con la madurez; por un lado, que nos sentimos mucho m¨¢s libres al hacernos adultas, y aprendemos a querernos m¨¢s: somos seres sexuados y queremos disfrutar de nuestro cuerpo. Adem¨¢s, la sociedad cada vez m¨¢s acepta estas diferencias en cuanto a orientaci¨®n sexual se refiere. Digamos que hay menos miedo a experimentar.
Y, por otro lado (y esto no lo decimos nosotras, que somos ¡°bolleras de cuna¡±), las mujeres est¨¢n aburridas del falocentrismo. Absolutamente todo lo relacionado con el sexo y la sexualidad humana gira en torno al miembro viril, por lo cual los hombres no han tenido que esforzarse demasiado por comprenderlas y complacerlas a ellas, como s¨ª sucede al rev¨¦s. La cuesti¨®n es que nosotras tenemos el ¨²nico ¨®rgano del cuerpo humano cuya ¨²nica funci¨®n es proporcionar placer (el cual se estimula perfectamente sin necesidad de penetraci¨®n) y a¨²n hay un gran n¨²mero de hombres que siguen intentando averiguar c¨®mo funciona¡±, relatan.
¡°La gente tiene que saber que la bisexualidad existe. No hay lesbianas ¡°que vuelvan¡± a los hombres, sino mujeres que se pueden sentir atra¨ªdas por personas de uno y otro sexo"
En se af¨¢n por saber c¨®mo funciona y dada la mentalidad faloc¨¦ntrica que rige en la actualidad, ?es habitual que los hombres se dirijan a ellas para preguntar c¨®mo es el sexo entre dos mujeres, dada a imposibilidad de que conciban que exista sexo sin un falo mediante? ¡°El problema es que existe muy poca educaci¨®n sexual, y lo que los hombres han aprendido de la sexualidad femenina es lo que han visto en el porno. Ni el sexo entre mujeres que ver¨¢n en las webs tipo ¡°xvideos¡± es sexo l¨¦sbico de verdad, ni el sexo heterosexual que se representa ah¨ª deber¨ªa ser replicado en la vida real. Es ese androcentrismo existente el que les hace creer que sin ellos nuestras relaciones sexuales son secundarias, menos importantes, o incompletas, y nada m¨¢s lejos de la realidad. De hecho, los estudios confirman lo que algunas ya sospech¨¢bamos: ?las mujeres que m¨¢s orgasmos tienen son las lesbianas!¡±.
Ahora que llegamos al momento org¨¢smico, nos dejamos llevar por la emoci¨®n y preguntamos a las chicas de Devermut a qu¨¦ feministas invitar¨ªan a un vermut.¡°?Invitar¨ªamos a un vermut a tantas! Nos encantar¨ªa charlar con Emma Watson, Lena Dunham, Chimamanda¡ Y si nos qued¨¢ramos m¨¢s cerca, con Barbijaputa, Leticia Dolera o Amelia Valc¨¢rcel, por nombrar algunas¡±.
Marta y Sara han comentado en alguna ocasi¨®n que el colectivo LGTBI+ ha nacido sin referentes. Si naciera hoy una ni?a lesbiana, ?qui¨¦nes ser¨ªan, en su opini¨®n, buenos referentes para ella? ¡°Ahora es m¨¢s f¨¢cil que cuando nosotras ¨¦ramos ni?as; tienen a Ellen DeGeneres, a Miley Cyrus, a Dulceida... No sabemos qu¨¦ cualidades debe tener una mujer lesbiana o bisexual para convertirse en un buen referente para las generaciones venideras, pero cualquiera que viva su sexualidad con normalidad y luche por la igualdad, ser¨¢ suficiente¡±. Y nosotros nos tomamos un buen vermut a su salud y brindamos por ello.
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