La cara oscura de las joyas de San Valent¨ªn
?Ha obsequiado a su pareja con alg¨²n tipo de joya para celebrar su amor? ?Y se ha preguntado si en su proceso de fabricaci¨®n hay un historial de explotaci¨®n y abuso de los derechos humanos?
Es posible que este 14 de febrero, D¨ªa de los Enamorados, reciba un obsequio de su pareja o lo regale usted. Quiz¨¢, una pieza de joyer¨ªa. No queremos amargar la ocasi¨®n especial a nadie, pero s¨ª invitar a pensar. ?Tiene idea del origen de ese anillo, de ese diamante, de esos pendientes de oro? ?Sabe que en su proceso de elaboraci¨®n podr¨ªa haber muerto alguien, incluso? Es posible que nunca se lo haya planteado as¨ª. Le sucede a la mayor¨ªa de la gente. Porque aunque en todo el mundo se gastan miles de millones de euros en joyer¨ªa cada a?o, ni siquiera las propias marcas pueden garantizar si detr¨¢s de sus productos hay un historial de explotaci¨®n laboral y/o violaciones de derechos humanos. Con motivo del D¨ªa de San Valent¨ªn, la organizaci¨®n Human Rights Watch se lo ha preguntado y ha investigado.
La alta joyer¨ªa est¨¢ solo al alcance de unos pocos, pero mueve much¨ªsimo dinero. Por ejemplo, en solo dos d¨ªas de 2017, San Valent¨ªn y el D¨ªa de la Madre, los estadounidenses gastaron cerca de 10.000 millones de d¨®lares. Se calcula que en todo el mundo se extrae cada a?o de las entra?as del planeta unos 90 millones de quilates (18 toneladas) en diamantes en bruto y unas 1.600 toneladas de oro que generan unos beneficios de alrededor de 240.000 millones de euros.
Alrededor de 40 millones de personas trabajan en minas artesanales por el mundo de las que se extrae el 20% de todo el oro que luego se comercializa. Las industriales emplean, por su parte, a otro mill¨®n de trabajadores. No se puede obviar que esta labor proporciona ingresos a much¨ªsimas personas, pero tampoco que detr¨¢s de un collar o un reloj puede existir todo un rosario de abusos, tal y como expone el informe El coste oculto de la joyer¨ªa: derechos humanos en las cadenas de producci¨®n y responsabilidad de las empresas joyeras, que acaba de publicar Human Rights Watch con una finalidad muy concreta: "Esperamos que las empresas revisen sus pol¨ªticas y hagan m¨¢s por mejorarlas", asevera en conversaci¨®n telef¨®nica Jo Becker, coautora del informe.
El documento cita a agencias como la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo para poner de relieve que alrededor de un mill¨®n de ni?os est¨¢n empleados en las minas, algo que contraviene las leyes internacionales. Unos se matan o resultan heridos en accidentes laborales, otros sufren problemas respiratorios por inhalar polvo o dolores cr¨®nicos de espalda al levantar pesadas rocas. As¨ª le pas¨® a Rahim, un adolescente de 13 a?os de Tanzania que tuvo un accidente cuando el agujero en el que estaba metido colaps¨®. Le cost¨® varias lesiones internas y una semana y media de hospital.
Tambi¨¦n pueden estar expuestos a sustancias t¨®xicas como el mercurio, utilizadas en el procesamiento de oro, que causa da?os cerebrales irreversibles. Es el d¨ªa a d¨ªa de Peter, ghan¨¦s de 15 a?os y trabajador en un yacimiento propiedad de una empresa china que no le advirti¨® de ese riesgo. Aunque no tiene otra opci¨®n: "Hago el lavado del oro con mercurio desde hace un par de a?os. Uso el dinero que gano para comprar comida, ropa y le doy una parte a mi madre".
Los adultos tampoco salen bien parados: el informe llama la atenci¨®n sobre los que est¨¢n sometidos a trabajos forzosos o sobre poblaciones ind¨ªgenas desplazadas a la fuerza de sus territorios, tal y como ocurri¨® en Zimbabue cuando el Gobierno fue acusado de expulsar a una comunidad entera en la regi¨®n de Marange para explotar una mina. No se olvidan las consecuencias del comercio ilegal de oro y diamantes que financia a grupos armados en pa¨ªses en conflicto y que perpetran acciones violentas contra la poblaci¨®n, incluyendo masacres y violencia sexual como se ha visto en la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo o la Rep¨²blica Centroafricana.
Existen mecanismos para certificar la salvaguarda de los derechos humanos, pero? son insuficientes o no se aplican bien
No menos importantes resultan los da?os al medioambiente como la contaminaci¨®n, la destrucci¨®n de recursos naturales o el vertido de residuos. Un ejemplo es el desastre de la mina de oro y cobre de Mount Polley de Canad¨¢, ocurrido en 2014.
Todos estos horrores pueden existir detr¨¢s de un anillo.
El informe repasa los pasos dados por los actores clave dentro de la industria de la joyer¨ªa para garantizar que los derechos fundamentales son respetados en su cadena de suministro de oro y diamantes. En concreto, la organizaci¨®n ha publicado el resultado del escrutinio a 13 compa?¨ªas que representan mercados de todo el mundo y que, juntas, ingresan alrededor de 30.000 millones de d¨®lares anuales. Y lo que han encontrado es que la mayor¨ªa de ellas no cumple con los est¨¢ndares internacionales sobre abastecimiento responsable, aunque algunas ponen m¨¢s empe?o que otras porque s¨ª que han dado pasos para verificar la procedencia de sus productos. Otras, simplemente, se f¨ªan de la versi¨®n de sus proveedores sin haberlas comprobado.
Las 13 firmas analizadas son Tiffany and Co, Harry Winston y Signet de Estados Unidos, Boodles de Reino Unido, Bulgari de Italia, Cartier de Francia, Chopard y Rolex de Suiza, Pandora de Dinamarca, Christ de Alemania, Kalyan,?Tanishq y Tribhovandas Bhimji Zaveri Ltd. (TBZ) de India. A todas se les pidi¨® por escrito informaci¨®n sobre sus pol¨ªticas en materia de derechos humanos y una reuni¨®n. Nueve contestaron con informaci¨®n m¨¢s o menos detallada, otra telefone¨® y tres no respondieron: Kaylan, Rolex y TBZ. Este periodico tambi¨¦n ha intentado, sin ¨¦xito, obtener una valoraci¨®n del informe de estas tres empresas citadas.
Con la informaci¨®n proporcionada por las empresas y otra disponible p¨²blicamente, HRW clasific¨® a estas 13 compa?¨ªas seg¨²n su grado de cumplimiento con la adopci¨®n de pol¨ªticas de control de la cadena de abastecimiento, su revisi¨®n del estado de los derechos de los trabajadores y sus posibles violaciones, con el rastreo de los insumos y con la informaci¨®n que hacen p¨²blica sobre sus acciones. "Hemos visto que varias est¨¢n dando pasos para mejorar, pero otras no y, en definitiva, todas tienen que hacer mucho m¨¢s", afirma Becker.
Los hallazgos, efectivamente, indican que ninguna cumple al cien por cien pero una ¡ªTiffany and Co¡ª, es la ¨²nica que ha tomado "medidas significativas" para asegurar un abastecimiento responsable. Otras cuatro,?¡ªBulgari, Cartier, Pandora y Signet¡ª han realizado "algunas acciones importantes" para lograrlo. Cuatro m¨¢s ¡ªBoodles, Chopard, Christ y Harry Winston¡ª han puesto en pr¨¢ctica "pocas medidas" y una, Tanishq, no demostr¨® haber dado ninguno de los pasos requeridos. Las tres que no respondieron no se han incluido en la clasificaci¨®n.
Las medidas m¨¢s aplaudidas y replicables vienen de parte de varias empresas analizadas: Tiffany and Co. ha demostrado que rastrea el oro que utilizan desde la mina de origen y que eval¨²an de manera exhaustiva las consecuencias para los derechos humanos. Cartier adquiere toda su producci¨®n en una mina de oro modelo en Honduras, Chopard trabaja con cooperativas de miner¨ªa a peque?a escala en Am¨¦rica Latina para mejorar las condiciones laborales y Pandora se divulga los riesgos para los derechos humanos que son identificados en sus auditor¨ªas.
La diferencia entre unas y otras no es un problema de falta de regulaci¨®n. Existen mecanismos para certificar la salvaguarda de los derechos humanos en el proceso de producci¨®n de las joyas, pero son insuficientes o no se aplican bien, seg¨²n describe el informe. "Una de las razones puede ser que resulte m¨¢s caro hacer cumplir todos los requisitos en la cadena de abastecimiento, pero por esa raz¨®n estamos pidiendo a la industria entera que mejore", a?ade Becker. Estas responsabilidades est¨¢n recogidas en gu¨ªas como la de la ONU Principios rectores sobre las empresas y los derechos humanos, la gu¨ªa de la OCDE para el suministro responsable de minerales, el Proceso de Kimberley para los diamantes o el certificado del Instituto de Joyer¨ªa Responsable.
Sin embargo, por diversas razones ninguna de estas opciones suponen una garant¨ªa suficiente de que los diamantes y el oro hayan sido extra¨ªdos de manera limpia: el cumplimiento de la gu¨ªa de la OCDE es meramente voluntario y no est¨¢ bien monitorizado, el Proceso de Kimberley se fija en los pa¨ªses de origen, pero no en las minas en concreto (por lo que dar¨ªan por bueno un diamante extra¨ªdo de un yacimiento donde se maltrata a los trabajadores, solo porque est¨¢ en un pa¨ªs con buena reputaci¨®n) y el Instituto de Joyer¨ªa Responsable, que aglutina a mil empresas del sector,?? "cuenta con est¨¢ndares, medidas de gobernanza y sistemas de certificaci¨®n deficientes", reza el informe.
La organizaci¨®n ha lanzado junto a 29 grupos de la sociedad civil y sindicatos un llamamiento a la industria para mejorar sus pr¨¢cticas de abastecimiento, y por ahora, tres de las 13 empresas se han comprometido a hacer mejoras, seg¨²n confirma Becker. El informe, de hecho, se envi¨® a todas las aludidas antes de su lanzamiento y se repiti¨® la solicitud de informaci¨®n a las tres firmas que no hab¨ªan contestado. "Nos comunicamos hace unas semanas con TBZ y Kaylan, pero de Rolex no hemos obtenido ninguna respuesta", a?ade la investigadora.
Las compa?¨ªas captar¨¢n el mensaje si los clientes empiezan a interesarse
Jo Becker, investigadora de HRW
Pero ?qu¨¦ puede hacer un consumidor para asegurarse de que est¨¢ comprando de manera responsable? Para Becker, m¨¢s de lo que se imaginan a priori. "Es importante preguntar al comerciante qu¨¦ sabe del origen de esa joya y en qu¨¦ condiciones se han extra¨ªdo sus materiales. Incluso aunque se lo digas a un dependiente y este no lo sepa, las compa?¨ªas captar¨¢n el mensaje si los clientes empiezan a interesarse", indica.
La investigadora anima a contactar directamente con las grandes firmas a trav¨¦s de sus p¨¢ginas web y tambi¨¦n a adherirse a #BehindTheBling?(detr¨¢s del brillo). Esta es una campa?a difundida en redes sociales que solicitar a las 13 empresas analizadas que publiquen informaci¨®n peri¨®dicamente sobre c¨®mo rastrean el origen de su oro y diamantes, identifiquen a los riesgos de que se violen derechos humanos en sus cadenas de suministro y auditen la conducta comercial de sus proveedores, as¨ª como a buscar oportunidades para incorporar oro y diamantes de minas artesanales y de peque?a escala que respeten los derechos de los trabajadores.
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