?Qu¨¦ necesitan los refugiados para integrarse en Espa?a?
El 41% de quienes solicitaron asilo desde 2010 siguen esperando una respuesta. El atasco adminstrativo y el escaso apoyo tras la primera fase de acogida les dificulta rehacer sus vidas
A estas alturas casi nadie duda de que supone toda una proeza cruzar un mar en patera, ponerse en manos de mafias para atravesar pa¨ªses clandestinamente o, simplemente, tener aplomo para dejar tu casa y tu pa¨ªs. Este es el mal trago por el que hab¨ªan pasado 65 millones de personas a finales de 2016, seg¨²n la agencia de la ONU para los refugiados (Acnur). Pero las complicaciones no acaban cuando ya se ha logrado dar este paso: surgen otras nuevas relativas a la integraci¨®n de esa persona o familia en un pa¨ªs y una cultura nueva. Duran m¨¢s y afectan a muchos individuos, m¨¢s que los que los Gobiernos pueden o quieren asumir. El resultado es que las condiciones en las que este colectivo trata de rehacer sus vidas empeoran.
Este atasco se vive en Espa?a. La ley maca un periodo de entre tres a seis meses para tramitar una solicitud, pero en la pr¨¢ctica, el veredicto se hace esperar mucho m¨¢s. Entre los a?os 2010 y 2016 llegaron 47.810 personas que solicitaron asilo. Seg¨²n Eurostat, a finales de este periodo, un 41% segu¨ªa esperando una respuesta, casi 20.000 personas. Ahora, el informe ?Acoger sin integrar? de la C¨¢tedra de Refugiados y Migrantes Forzosos de la Universidad Pontificia Comillas ICAI-ICADE, el Servicio Jesuita Migrante y el Instituto de Derechos Humanos Pedro Arrupe de la Universidad de Deusto que se ha presentado esta ma?ana en Madrid ofrece informaci¨®n sobre las circunstancias en las que se desenvuelven los solicitantes de asilo de Espa?a debido a "la ausencia sistem¨¢tica de investigaciones sobre esta cuesti¨®n", dicen los autores.
La investigaci¨®n, que tuvo lugar entre 2016 y 2017 en las principales comunidades de recepci¨®n de poblaci¨®n refugiada (Andaluc¨ªa, Madrid, Catalu?a, Pa¨ªs Vasco y Comunidad Valenciana), se ha centrado en los cinco primeros a?os de estancia en la sociedad espa?ola y recoge los testimonios de hombres y mujeres de diversos or¨ªgenes. "Cuando sales del centro de alojamiento comienzan los problemas. Problema del idioma, problemas con los papeles, problemas con las ayudas de las organizaciones, problemas de trabajo, problemas de leyes, problemas de comunicarte... Es muy dif¨ªcil". Este es el primero, el de una mujer de nacionalidad siria cuyo nombre no se facilita. Ella resume el primer encontronazo con la realidad despu¨¦s de pasar por los centros de primera acogida: problemas de acceso y permanencia en alojamientos, desempleo, precariedad laboral, falta de adaptaci¨®n sociocultural, pobreza...
Espa?a cuenta con un Sistema de Acogida e Integraci¨®n (SAI) que permite que un solicitante de asilo permanezca entre seis y nueve meses en un centro o piso de acogida. All¨ª su nivel de protecci¨®n personal y material es muy alto porque tambi¨¦n reciben una ayuda econ¨®mica que luego se prolonga hasta 18 meses e incluso 24 en caso de personas vulnerables. Pero, despu¨¦s, cuando cesa este apoyo, los refugiados siguen necesit¨¢ndolo y ven c¨®mo sus proyectos de vida se vuelven a desestabilizar. As¨ª lo cuenta otra mujer siria: "Ninguno de los dos tenemos trabajo; ni mi marido ni yo. La ayuda se acaba el 15 de junio, no sabemos qu¨¦ va a pasar. Estamos buscando empleo, pero no encontramos".
Los solicitantes de asilo suelen alternar periodos de desempleo con trabajos temporales de baja cualificaci¨®n
- Pobre acceso al mercado laboral: En cuanto a su integraci¨®n socioecon¨®mica, y a pesar de que un 20% de los encuestados tiene estudios universitarios y que desde los seis meses se concede un permiso de trabajo, los solicitantes de asilo suelen alternar periodos de desempleo con trabajos temporales de baja cualificaci¨®n.
- Demasiada movilidad: Tampoco ayuda a su inserci¨®n el hecho de que la mayor¨ªa se concentre en barrios m¨¢s humildes ¡ªacorde a lo que se pueden permitir¡ª que suelen contar con parques residenciales deteriorados y que han sido fuertemente castigados por la crisis econ¨®mica. Estos suelen distintos de aquellos donde vivieron durante la fase de acogida, lo que implica reiniciar el proceso de asentamiento. Tambi¨¦n viven en habitaciones de pisos compartidos que a veces se encuentran muy sobreocupados, lo que afecta al descanso, la convivencia y la actividad. Adem¨¢s, su inestabilidad econ¨®mica se traduce en una alta itinerancia de piso, barrio, ciudad, etc., lo que alarga a¨²n m¨¢s su proceso de integraci¨®n.
- Peor organizaci¨®n dom¨¦stica: La precariedad laboral provoca que sus ingresos sean inestables y bajos, lo que obliga a ajustar el presupuesto dom¨¦stico. En este campo la situaci¨®n de las mujeres suele ser peor porque ellas cargan con las tareas dom¨¦sticas y de cuidado del hogar. Si lo hacen a tiempo completo, no pueden acceder al mercado laboral, y si las compatibilizan con un empleo, tienen much¨ªsima carga de trabajo.
- Menor posici¨®n: El cuarto rasgo del colectivo de solicitantes de asilo y protecci¨®n es el descenso de su condici¨®n social y cultural. "Empleada de hogar siempre, seas lo que seas. Es como que te ponen este camino y es tu trabajo. En Espa?a todav¨ªa no he podido validar mi curr¨ªculo y ya son seis a?os que vivo aqu¨ª", protesta una enfermera iran¨ª. Esta asegura durante su entrevista que el documento que acredita su formaci¨®n es v¨¢lido en toda Europa, pero de momento no se lo han convalidado.
- Redes sociales fr¨¢giles: En el informe se considera que las redes sociales son las que facilitan los procesos de incorporaci¨®n social: proporcionan ayuda rec¨ªproca en aspectos como el acceso a alojamiento y a trabajo. Pero tambi¨¦n ocurre que cuando una persona ha de migrar a la fuerza, se ve obligada a romper con sus relaciones sociales m¨¢s significativas y rehacerlas en el pa¨ªs de acogida que, muchas veces, ni siquiera ha elegido. As¨ª, las redes sociales de este colectivo presentan una serie de debilidades: escasa presencia de familiares, que son los que m¨¢s apoyan y cuidan, v¨ªnculos d¨¦biles con las personas nuevas que se conocen o escasa presencia de personas nativas.
- Discriminaci¨®n: Los investigadores destacan que las personas refugiadas no viven un ambiente de hostilidad o rechazo por parte de la poblaci¨®n espa?ola. Al contrario, relatan experiencias de hospitalidad y acogida. Sin embargo, muchos entrevistados dieron cuenta de experiencias cotidianas de discriminaci¨®n ¨¦tnica en ¨¢mbitos como el transporte p¨²blico, el acceso a la vivienda o a un empleo, en la atenci¨®n social, en el vecindario y en las actuaciones policiales. "La poblaci¨®n refugiada sufre un fuerte estigma por su origen ¨¦tnico, nacional y religioso", aseguran los investigadores. Este se traduce en prejuicios y estereotipos que acaban repercutiendo en su inclusi¨®n desigual en la sociedad, o incluso derivando en un proceso de exclusi¨®n social.
Despu¨¦s de analizar todas estas circunstancias, los autores del informe se preguntan si el Sistema de Acogida e Integraci¨®n espa?ol falla en su cometido. Y la respuesta es que no. Al menos, no del todo. "Parece m¨¢s acertado pensar que los solicitantes se incorporan a una sociedad cuyo modelo estructural, pol¨ªtico y social les conduce hacia esas posiciones sociales bajas y deterioradas", sostienen los autores. Los problemas vienen, principalmente, cuando se acaba esa primera protecci¨®n, pero quiz¨¢ si los solicitantes de asilo tuvieran una atenci¨®n m¨¢s personalizada y acorde a sus necesidades particulares cuando llegan a Espa?a, a la hora de seguir solos, les ir¨ªa mejor.
Siguiendo este planteamiento, los autores de la investigaci¨®n proponen una serie de medidas a la administraci¨®n p¨²blica encaminadas a que los refugiados vivan una transici¨®n menos dura y m¨¢s gradual, entre las que destacan las siguientes.
La inestabilidad econ¨®mica se traduce en una alta itinerancia, lo que alarga su proceso de integraci¨®n
- Distribuir las plazas de acogida en funci¨®n de los criterios que m¨¢s ayuden a la integraci¨®n de los refugiados: redes familiares, comunidad de referencia, dinamismo del mercado de trabajo, etc..
- Reforzar los procesos de transici¨®n de la poblaci¨®n refugiada entre las plazas de acogida y la vida aut¨®noma y, en segundo lugar, cuando finalizan las ayudas econ¨®micas y se incorporan sin apoyos. Esto se har¨ªa realizando acompa?amiento e intermediaci¨®n a la hora de buscar empleo y vivienda, impulsando redes de confianza con el tejido p¨²blico y empresarial local para gestionar bolsas de vivienda, de empleo, etc., y prolongando las ayudas econ¨®micas cuando exista un riesgo alto de desestabilizaci¨®n.
- Potenciar las redes sociales de la poblaci¨®n refugiada mediante programas y espacios de encuentro entre dicha poblaci¨®n y la poblaci¨®n inmigrante y nativa.
- Fomentar y acelerar los procesos de reagrupaci¨®n y extensi¨®n familiar.
- Agilizar e impulsar los procesos de homologaci¨®n de estudios y proteger las trayectorias educativas de la poblaci¨®n refugiada mediante la creaci¨®n de un fondo?espec¨ªfico de becas de estudios y manutenci¨®n.
- Dise?ar un marco y una estrategia de colaboraci¨®n entre las pol¨ªticas p¨²blicas de acogida e integraci¨®n y las iniciativas solidarias de la sociedad civil.
- Crear nuevos modelos de control de las ayudas econ¨®micas, m¨¢s flexibles, que den una mayor autonom¨ªa a las organizaciones y a las propias personas refugiadas.
- Evaluar la pol¨ªtica p¨²blica de acogida e integraci¨®n de personas refugiadas a trav¨¦s de una investigaci¨®n sobre la realidad de integraci¨®n de los solicitantes de asilo.
- Desarrollar un modelo de financiaci¨®n m¨¢s estable de las ONG colaboradoras del sistema, que permita desarrollar mejores modelos de intervenci¨®n y tambi¨¦n un marco reglamentario que recoja la pol¨ªtica de acogida e integraci¨®n en Espa?a, sus l¨ªmites y obligaciones
- Revisar los procedimientos de asilo, con el fin de cumplir con los plazos legales y alcanzar unas tasas de aceptaci¨®n semejantes a las de la UE y ofrecer alternativas para la regularizaci¨®n a quienes sean rechazados por el sistema de protecci¨®n internacional.
Solicitantes de asilo en Espa?a
Entre los a?os 2007 y 2016, las personas refugiadas en Espa?a representaban el 1,22% del total de solicitantes de la Uni¨®n Europea, una proporci¨®n que apenas ha variado en estos dos ¨²ltimos a?os. En 2016, Espa?a acogi¨® a 1,29%, una cifra que contrasta con el 34,41% de nuestros vecinos alemanes.. Adem¨¢s, entre 2011 y 2016 Espa?a acogi¨® a 11.165 refugiados sirios, el 0,16% de todos los que han salido del pa¨ªs durante la guerra. Los solicitantes en Espa?a proceden de m¨¢s de 120 pa¨ªses, y las principales nacionalidades son la siria (26%), ucraniana (16%) y venezolana (11%).
El incremento del n¨²mero de solicitantes de asilo provoc¨® la crisis del sistema de protecci¨®n internacional espa?ol en 2015.A finales de ese a?o, la Adminsitraci¨®n la afront¨® con diferentes mejoras: inversi¨®n presupuestaria, incremento del personal y de las plazas de acogida... Pero esto no se ha traducido en el desarrollo de un marco legislativo ni en el cumplimiento de los programas de reubicaci¨®n y reasentamiento promovidos por la UE: en septiembre de 2017 Espa?a solo hab¨ªa reasentado al 44% de las personas acordadas.
La tendencia revirti¨® en 2016: se procesaron m¨¢s expedientes (10.255 frente a los 3.245 de 2015) y se incrementaron las resoluciones positivas hasta un 69% frente al 31% del a?o anterior. No obstante, la mayor¨ªa de ellas beneficiaron a nacionales sirios mientras que la poblaci¨®n subsahariana solo obtuvo un 3%.
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