La pesca industrial llega a m¨¢s de la mitad del oc¨¦ano
La flota de cinco pa¨ªses, entre ellos Espa?a, acapara el 85% de la pesquer¨ªa en alta mar
Cada mes de septiembre, a mediados, miles y miles de pesqueros zarpan de los puertos de China. Llevaban varados desde junio, esperando el fin de la veda anual. La mayor¨ªa no van muy lejos, los m¨¢s peque?os se dedican a la pesca de bajura. Pero m¨¢s de 10.000 barcos, los m¨¢s grandes, se adentran en alta mar, donde se encuentran con otros 60.000 nav¨ªos de decenas de pa¨ªses, entre ellos unos 1.000 espa?oles. Son algunos de los datos de un estudio que ha cuantificado como ninguno hasta ahora las dimensiones y el alcance de la pesca comercial.
El trabajo, impulsado por la organizaci¨®n Global Fishing Watch (GFW), desvela que la flota pesquera industrial ha llegado al 55% de la superficie oce¨¢nica del planeta. Eso son, grosso modo, m¨¢s de 200 millones de kil¨®metros cuadrados. En comparaci¨®n, esa cifra supone cuadruplicar la extensi¨®n dedicada a pastos y agricultura.
Aunque la mayor¨ªa de los barcos faenan dentro de las 200 millas de la llamada zona econ¨®mica exclusiva de sus pa¨ªses (ZEE), hay una veintena de naciones cuyos pescadores se aventuran por todos los oc¨¦anos. Las cinco flotas con mayor presencia son, ordenadas por horas de pesca, las de China, Espa?a, Taiwan, Jap¨®n y Corea del Sur. Mas lejos aparecen las flotas de Italia, Rusia o EE UU, estados con muchos barcos pero en las que pocos se alejan demasiado de su puerto.
A partir de un tonelaje, todos los barcos llevan un sistema que los identifica y posiciona cada pocos segundos
Este trabajo, publicado en la revista Science, tambi¨¦n ha calculado desde la distancia total recorrida por toda la flota pesquera (460 millones de kil¨®metros al a?o) hasta las horas dedicadas solo a pescar (37 millones anuales) pasando por la energ¨ªa consumida por tanto barco (20.000 millones de kilovatios hora cada a?o). Toda esta informaci¨®n ha sido posible gracias una poderosa combinaci¨®n de tecnolog¨ªas que hacen que, esta vez, el m¨¦todo sea casi tan importante como los resultados de la investigaci¨®n.
Desde 2005 la Organizaci¨®n Mar¨ªtima Internacional obliga a los barcos de m¨¢s de 300 toneladas de registro bruto y a todos los de pasajeros a llevar instalado el sistema de identificaci¨®n autom¨¢tica (AIS, por sus siglas en ingl¨¦s). Cada pocos segundos, un barco con AIS emite un mensaje con su identidad, posici¨®n, velocidad y rumbo, entre otros. Dise?ado para evitar colisiones con los barcos de alrededor, los datos AIS, que son de acceso p¨²blico, se han convertido en una herramienta poderosa para los gestores de la navegaci¨®n o el sector pesquero y tambi¨¦n para los cient¨ªficos.
"Esta serie de datos proporciona una resoluci¨®n tan elevada de la actividad pesquera que podemos incluso ver patrones culturales como, por ejemplo, cu¨¢ndo los pescadores de cada regi¨®n se toman tiempo libre", afirma el investigador del proyecto Pristine Seas de National Geographic Society, el colombiano Juan Mayorga, que ha participado en la investigaci¨®n. En efecto, pudieron comprobar que los pescadores occidentales reduc¨ªan su actividad durante el fin de semana y, en especial, en el periodo navide?o. Mientras, la flota china apenas para, salvo en las fechas cercanas al A?o Nuevo chino.
El estudio, que se inicia en 2012, recopil¨® 22.000 millones de mensajes AIS. A tan ingente cantidad de informaci¨®n le aplicaron inteligencia artificial (redes neuronales convolucionales) para determinar las caracter¨ªsticas del barco (eslora, tonelaje, motor), el arte de pesca (si lo hace con palangre, cerco o arrastre) e incluso si est¨¢ faenando o en traves¨ªa. "Un arrastrero tiene un patr¨®n de movimiento diferente del de un palangrero, con su t¨ªpico desplazamiento en zigzag, echando o recogiendo los anzuelos", explica Mayorga, cient¨ªfico tambi¨¦n del Grupo de Pesca Sostenible de la Universidad de California en Santa B¨¢rbara, EE UU.
Con tanta informaci¨®n, al algoritmo le result¨® sencillo identificar las zonas donde se concentra la pesca comercial en alta mar. Los pescadores europeos pescan en especial en el nordeste del Atl¨¢ntico, mientras que las flotas chinas, japonesa y rusa lo hacen en la parte occidental del norte del Pac¨ªfico. Las otras dos grandes concentraciones de pesqueros se producen frente a las costas del golfo de Guinea, en el Atl¨¢ntico, y en las aguas del Pac¨ªfico central que miran a Am¨¦rica, ambas con corrientes de aguas fr¨ªas y ricos bancos de peces.
Los investigadores estudiaron si la actividad pesquera se ve¨ªa afectaba por otras variables como las condiciones clim¨¢ticas, los ciclos biol¨®gicos o la estacionalidad. Salvo un ligero impacto del precio del combustible, parece que la pesca comercial es independiente de los ciclos naturales. "El presente estudio muestra la pesca como un proceso industrial en el que los buques operan m¨¢s bien como f¨¢bricas flotantes que tienen que funcionar de forma ininterrumpida para ganar dinero", opina el bi¨®logo de la Universidad Dalhousie (Canad¨¢) y coautor del trabajo, Boris Worm.
"La pesca es un proceso industrial en el que los buques operan m¨¢s bien como f¨¢bricas flotantes que tienen que funcionar de forma ininterrumpida"
Sin embargo, la investigaci¨®n tiene varios puntos d¨¦biles, algunos reconocidos por los propios investigadores. Uno es cuantitativo: la muestra de 70.000 barcos palidece ante la cifra de los 1,2 millones de pesqueros con motor que, seg¨²n la FAO, hay en los oc¨¦anos y mares del planeta. Pero, la inmensa mayor¨ªa son peque?as embarcaciones. De hecho, la muestra del estudio incluye al 75% de los barcos con una eslora mayor de 36 metros, que est¨¢n obligados a llevar el AIS.
Otra debilidad es tecnol¨®gica: la cobertura de los sat¨¦lites o la tenencia o no del AIS, hace que el trabajo obtenga sus mejores resultados en determinadas zonas y en alta mar. Pero mucha de la pesca se hace en la costa. "De hecho, el 85% del total de la pesca es costera y no est¨¢ cubierta por GFW", recuerda el profesor del Instituto para los Oc¨¦anos y la Pesca de la Universidad de la Columbia Brit¨¢nica (Canad¨¢), Daniel Pauly, que no ha participado en el estudio. Sin embargo, reconoce que "el trabajo muestra que la vigilancia por sat¨¦lite de los oc¨¦anos y la pesca es viable, lo que podr¨ªa ayudar a reducir la pesca ilegal y mejorar la transparencia de la pesca en alta mar".
Lo que tampoco pretend¨ªa esta investigaci¨®n era determinar si tantos barcos pescando en tantos sitios tanto tiempo es sostenible o no. Eso lo dejan para otros estudios que quieran usar tanto la informaci¨®n como la tecnolog¨ªa que ellos han utilizado. Pero un dato invita a la reflexi¨®n: seg¨²n la FAO, todo el pescado capturado apenas supone el 1,2% de la producci¨®n de calor¨ªas para consumo humano, aproximadamente unas 34 kcal por persona y d¨ªa.
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