Un rascacielos tropical
El estudio espa?ol que capitanea Ferm¨ªn V¨¢zquez (B720) inaugura en S?o Paulo un rascacielos ventilado que apuesta por dividir la vida entre el espacio interior y el exterior tambi¨¦n en las alturas
Los rascacielos recientes se cierran al espacio exterior. Al tiempo que acercan las vistas, separan el cuerpo. Sus muros cortina de vidrio los blindan contra los vientos, los protegen frente a los accidentes y favorecen la rotundidad de su huella, su marca arquitect¨®nica. Pero se pierden las brisas, la expresi¨®n fragmentada y la historia: no siempre fue as¨ª.
Es cierto que las alturas han aumentado y que levantar s¨®lidos prismas resuelve con un ¨²nico gesto y pocos materiales muchas cuestiones estructurales, de seguridad, mantenimiento y de marca formal. Sin embargo, los primeros rascacielos levantados en S?o Paulo abr¨ªan sus ventanas a refrescar sus interiores. El edificio Martinelli, que fue el primer rascacielos levantado en Brasil, lleva el nombre de su due?o y arquitecto y aument¨® de 12 a 30 plantas tras una primera inauguraci¨®n en 1929. Tambi¨¦n el Altino Arantes, conocido como Banespa, deja pasar las brisas aunque, en 1947, fuera el rascacielos m¨¢s alto del mundo fuera de EE UU, y viera c¨®mo Pl¨ªnio Botelho do Amaral alteraba sus planos para asemejarse al Empire State de Nueva York. Ambas torres pioneras de S?o Paulo, hablan de un idioma m¨¢s cercano a las viviendas habituales, con una parte interior y otra exterior, o a una arquitectura permeable, de pa¨ªs tropical, simplemente apilada en altura. ?Es eso posible? ?Se puede vivir en altura sin habitar enclaustrado? ?Cu¨¢l ser¨¢ el modelo para densificar las viviendas urbanas? Las 25 plantas del primer edificio que ha levantado Ferm¨ªn V¨¢zquez en S?o Paulo demuestran que la idea de apilar ordenadamente lo mejor de la vivienda a ras de suelo no es una mala opci¨®n de futuro.
Diez a?os han tardado V¨¢zquez y su equipo en poder inaugurar su primer edificio en Brasil. Tuvieron la corazonada de que en ese pa¨ªs estaba su futuro cuando ganaron el concurso (todav¨ªa no construido) para rehacer el frente mar¨ªtimo de Porto Alegre. No ha sido f¨¢cil resistir el paso del tiempo, aceptar el cambio de encargos y ganarse la confianza de un mercado sembrado de brillantes arquitectos locales. V¨¢zquez explica que ha sido m¨¢s bien una lecci¨®n continua y cotidiana de c¨®mo reaprender la manera de pensar la arquitectura y la propia profesi¨®n de arquitecto. El caso es que la Torre Forma se ha inaugurado en S?o Paulo, en el seno de Itaim, un barrio en profunda transformaci¨®n que est¨¢ cambiando un tejido de viviendas unifamiliares bajas por un skyline que tambi¨¦n quiere ser dom¨¦stico. ?C¨®mo se vive bien en altura en Brasil? El rascacielos de V¨¢zquez parece indicar que apilando viviendas y respetando el orden urbano.
Es la pr¨®spera clase media alta de la capital econ¨®mica de Brasil la que demanda densificar los centros y no alejarse a vivir en la periferia. Por eso, en las 25 alturas de esta torre caben 123 apartamentos y un z¨®calo con zonas comunes donde se aloja la recepci¨®n, un gimnasio, una sala social, una piscina cubierta y un restaurante.
V¨¢zquez apost¨® por las grandes terrazas para lidiar con las limitaciones volum¨¦tricas que impon¨ªa la normativa. No quer¨ªa un rascacielos mon¨®tono ni estridencias gratuitas para construirle un car¨¢cter artificioso a su torre. Quer¨ªa que esa ¡°personalidad¡± naciera del propio edificio. Por eso recurri¨® al color y busc¨® dibujar una torre esbelta. ¡°Quer¨ªa la singularidad de los buenos modales¡±, explica.
Por eso, en las fachadas norte y sur, los balcones son profundos para evitar la excesiva radiaci¨®n solar, mientras que las que dan a este y oeste, las m¨¢s expuestas en el clima de S?o Paulo, est¨¢n protegidas por una fachada ventilada de piezas cer¨¢micas esmaltadas (el color) de gran formato. Ese revestimiento se convierte en celos¨ªa al llegar a los balcones laterales preservando la intimidad, manteniendo la ventilaci¨®n y conservando la forma homog¨¦nea del edificio.
El cliente pidi¨® una torre expresiva y coloreada. Y el equipo de V¨¢zquez supo complacerle y darle sentido al color y a las decisiones arquitect¨®nicas en un ejercicio marcado por ambos, el lugar y el conocimiento arquitect¨®nico.
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