¡°?C¨®mo es posible que ¡®alimentos¡¯ da?inos se dejen al libre comercio?¡±
El subdirector general de la FAO, Julio Berdegu¨¦, reflexiona sobre el aumento del hambre y la ¡°epidemia¡± de obesidad en Am¨¦rica Latina y el Caribe antes de la conferencia regional
"La lucha contra el hambre es como andar en bicicleta: si dejamos de pedalear, nos caemos". El ingeniero agr¨®nomo Julio Berdegu¨¦ (M¨¦xico, 1957) es desde el a?o pasado subdirector general para Am¨¦rica Latina ¡ªy el Caribe¡ª de la FAO (la agencia de la ONU para la alimentaci¨®n y la agricultura). Y afronta la reuni¨®n de todos los pa¨ªses de la regi¨®n estos d¨ªas en Montego Bay (Jamaica) con un objetivo: que los Gobiernos recuerden que hay que seguir pedaleando, despu¨¦s de que el a?o pasado el n¨²mero de hambrientos en la regi¨®n subiera significativamente ¡ªsobre todo por la situaci¨®n alimentaria en Venezuela¡ª tras a?os de descensos. "No nos vale con que haya unos poquitos con hambre: ni cinco ni diez millones, sino cero. La meta es cero. Y nos faltan 43 millones para llegar". Berdegu¨¦ espera tambi¨¦n que los pa¨ªses aborden con decisi¨®n la otra cara de la moneda: una creciente epidemia de obesidad "en el sentido estricto del t¨¦rmino".
Pregunta.? Am¨¦rica Latina: una regi¨®n que produce enormes cantidades de alimentos en la que, sin embargo, crece el hambre tras a?os de progresos. ?C¨®mo se explica esta paradoja?
Respuesta. El hambre que nos va quedando en Am¨¦rica Latina se explica fundamentalmente por la desigualdad: es un hambre muy centrada en pueblos ind¨ªgenas, afrodescendientes, en territorios muy rezagados¡ Por eso es mucho m¨¢s dif¨ªcil de erradicar que hace 20 o 30 a?os. Lo que toca ahora es atacar esa desigualdad.?
P. ?Est¨¢n bien identificadas esas bolsas de hambre, esas personas que se van quedando atr¨¢s?
R. Tenemos informaci¨®n m¨¢s que suficiente de d¨®nde no estamos teniendo ¨¦xito. Y parte del problema viene de tratar de aplicar a estos territorios rezagados los mismo remedios que funcionan en otros lados. Por ejemplo, ?c¨®mo promueves la alimentaci¨®n saludable en un lugar que est¨¢ a 14 horas caminando desde la carretera m¨¢s cercana? Por eso, en esta conferencia queremos decir a los Gobiernos que hace falta confeccionar trajes a medida para esas zonas.
P. Hablando de medidas espec¨ªficas para cada lugar: hemos mencionado a Am¨¦rica Latina pero, ?y el Caribe? ?corre el riesgo de que sus problemas, concretos y particulares, queden relegados en el conjunto de la regi¨®n?
R. En esta regi¨®n hay que hacer un esfuerzo por poner atenci¨®n en el Caribe y que no quede como el primo pobre de la boda. All¨ª por un lado est¨¢ el problema de Hait¨ª [uno de cada dos haitianos no come lo suficiente] donde se trata de lucha contra el hambre pura y dura. Y por otro, la mayor¨ªa de las islas, que tienen un nivel de obesidad de Dios es padre. Que en parte viene de que tienen agriculturas m¨ªnimas y lo importan todo. Y no est¨¢n importando alimentos sanos, precisamente.
P. Pero es que muchas veces es la falta de dinero lo que lleva a importar lo m¨¢s barato, aunque no sea saludable...
¡°El hambre en Venezuela pr¨¢cticamente se duplica entre nuestras ¨²ltimas dos mediciones¡±
R. Veamos: si quieres importar armas de fuego de alto poder, seguramente tengas que pasar por un conjunto de regulaciones muy estrictas. Entonces, ?c¨®mo es posible que productos ¨Cque algunos dicen que son alimentos¨C que est¨¢ establecido que causan da?o a la salud se dejen al libre comercio, sin ninguna regulaci¨®n especial? No digo que tengan que regularse igual un arma que puede matar a miles de personas y un producto ultraprocesado, aunque en estos momentos est¨¦ matando a miles de personas. Pero en alg¨²n momento el mundo va a tener que decir: ?se puede comerciar sin ninguna otra consideraci¨®n algo que despu¨¦s el pa¨ªs tiene que pagar una cuenta tremenda en los servicios de salud? Ponemos limitaciones a la venta del tabaco o del alcohol, ?por qu¨¦ no hacer lo mismo? Decir: si t¨² quieres comer esto que est¨¢ repleto de grasas, de sales... respetamos tu libertad. Pero te va a costar m¨¢s caro porque queremos que no lo hagas. En el Caribe tienen que controlar qu¨¦ se est¨¢ importando porque si no ser¨¢ muy dif¨ªcil atajar el problema. Si la gran mayor¨ªa de la oferta de alimentos que hay en un pa¨ªs causa obesidad, te quedas sin mucho margen de maniobra.
P. ?Hay ya consenso cient¨ªfico en que el consumo de ese tipo de productos es la causa principal de la obesidad?
R. Creo que hay suficiente evidencia de que muchos alimentos ultraprocesados ¨Cno todos¨C tienen un efecto pernicioso para la salud. No solo por el lado de la obesidad, sino tambi¨¦n por su contenido en sales, grasas¡ Pero no son el ¨²nico factor: las familias comen mucho menos en sus casas. Comen r¨¢pido en el trabajo. Y comen barato. Tambi¨¦n hay factores culturales: muchos ingieren ciertas cosas porque quieren imitar las dietas del mundo exitoso [Berdegu¨¦ forma unas comillas con sus manos]. Si yo quiero demostrar que soy clase media o emergente, puede que coma ciertas hamburguesas porque crea que eso me da un estatus. Al final, tenemos una epidemia de obesidad en el sentido estricto del t¨¦rmino porque hemos cambiado lo que comemos.
P. ?Qu¨¦ responsabilidad tienen las grandes empresas alimentarias en encontrar una soluci¨®n?
R.? El sector privado puede ser parte de la soluci¨®n, pero solo si quiere. Y hasta ahora creo que, en general, las empresas no quieren: esa es la realidad. Hay algunas a las que hay que felicitar, pero la mayor¨ªa est¨¢n a la defensiva. Y esa es una estrategia perdedora, porque el mundo no va a tolerar mucho m¨¢s tiempo un sistema alimentario que causa m¨¢s muertes que cualquier otra cosa y tiene reventados los sistemas de salud.
P. Pero, ?ve usted a los Gobiernos dispuestos a embridar a esas compa?¨ªas y regular el asunto?
¡°En general, las empresas no quieren ser parte de la soluci¨®n a la obesidad¡±
R. Lo que est¨¢ claro es que no podemos resolver los problemas de sobrepeso, obesidad y otras formas de malnutrici¨®n sin que la empresa privada cambie su conducta y estrategias. Yo espero que muchos de esos cambios sean voluntarios. Pero tambien hay que usar las pol¨ªticas p¨²blicas para conseguir mejoras en las empresas. Cuando el mundo dijo: ¡°No puede haber gasolina con plomo¡±, a las empresas de petr¨®leo no les gust¨®, pero se adaptaron. Y ah¨ª est¨¢, les va muy bien. Siguen siendo buenos negocios. Aqu¨ª va a pasar lo mismo. Las empresas van a poder producir productos mucho m¨¢s sanos y les va a ir muy bien. No van a perder dinero, van a ganarlo. Y adem¨¢s est¨¢ bien que sea as¨ª.
P. ?Cabe entonces esperar m¨¢s medidas al respecto?
R. Los Gobiernos de la regi¨®n han despertado ahora a la gravedad del problema. Algunos pa¨ªses est¨¢n actuando ya: algunos con pol¨ªticas p¨²blicas interesantes, como es el caso de Chile. Y otros con medidas todav¨ªa t¨ªmidas. En parte, por la acci¨®n de las empresas, que intentan que la cosa vaya muy despacio.
P. Volviendo al hambre, hemos mencionado Hait¨ª, donde pese a la enormidad del problema se han conseguido peque?os avances en el ¨²ltimo a?o. Pero ?y Venezuela??
R.? En nuestro ¨²ltimo informe regional hemos reportado un aumento muy importante del hambre en Venezuela. De acuerdo con nuestros datos, pr¨¢cticamente se duplica entre las ¨²ltimas dos mediciones. Pero nos hace falta m¨¢s informaci¨®n: las estad¨ªsticas oficiales son pocas y nos cuesta caracterizar el problema. Aun as¨ª, no cabe duda de que hay una subida muy fuerte y de que, efectivamente, como lo dice uno de los documentos de la conferencia, el aumento del hambre en Venezuela explica cerca del 80% del aumento en el conjunto de la regi¨®n. Claramente nos preocupa, y estamos a disposici¨®n del Gobierno venezolano.
Sin ausencias
Por primera vez, todos los Gobiernos de la regi¨®n de Am¨¦rica Latina y el Caribe (33 pa¨ªses) han enviado representantes a la conferencia que la FAO celebra estos d¨ªas en Montego Bay (Jamaica).
El hambre en la regi¨®n creci¨® en 2,4 millones de personas entre 2015 y 2016, rompiendo as¨ª la tendencia de a?os de descensos. Y el crecimiento de otras formas de malnutrici¨®n, como el sobrepeso o la obesidad (24 pa¨ªses de la zona tienen tasas de obesos superiores al 20% de la poblaci¨®n) presenta un problema alimentario de dos caras.
Los pa¨ªses, junto a los expertos en alimentaci¨®n, ONG, grupos como asociaciones de campesinos o ind¨ªgenas y, por primera vez, representantes de empresas privadas, analizar¨¢n este reto, as¨ª como la necesidad de fomentar el desarrollo rural y crear empleo para acabar con el hambre y el desaf¨ªo clim¨¢tico en la agricultura. Especialmente en un ¨¢rea cada vez m¨¢s afectada por sequ¨ªas (como el Corredor seco de Centroam¨¦rica) o huracanes (el Caribe).
"Calculamos que har¨¢n falta 100.000 millones de d¨®lares de inversiones adicionales para adaptarse al cambio clim¨¢tico en esta regi¨®n", ha dicho Berdegu¨¦ a los medios.
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