Las pira?as rojas se reproducen por primera vez en cautividad en Espa?a
Los bi¨®logos del acuario de Zaragoza cr¨ªan 1.000 ejemplares de este pez carn¨ªvoro propio del Amazonas
Los grandes depredadores del Amazonas se han reproducido por primera vez en cautividad en Espa?a. Un equipo de bi¨®logos del acuario de Zaragoza ha logrado criar a 1.000 ejemplares de pira?a roja (Pygocentrus nattereri), una especie de pez carn¨ªvoro propio de las aguas amaz¨®nicas que se caracteriza por su voracidad y agresividad. Las 1.000 larvas miden menos de dos cent¨ªmetros y ya comienzan a ser can¨ªbales.
El proyecto empez¨®, como muchas veces sucede, por accidente. Durante m¨¢s de dos a?os, los t¨¦cnicos del acuario intentaron sin ¨¦xito que estos peces de grandes dientes y vientre rojo se reprodujeran en las instalaciones del Acuario de Zaragoza. En el caso de las pira?as, los machos, que son pol¨ªgamos, preparan el nido ¡ªun agujero de unos 25 o 30 cent¨ªmetro de di¨¢metro en la arena¡ª y con una danza, atraen a las hembras hasta ese lugar para que depositen los entre 2.000 y 3.000 huevos que ponen cada vez. Despu¨¦s, son ellos los que cuidan de los huevos hasta el momento de su eclosi¨®n.
?Por qu¨¦ criar pira?as en Zaragoza?
La reproducci¨®n de pira?as rojas en cautividad es un hecho "extraordinario", destaca Javier Gonz¨¢lez, director t¨¦cnico del acuario de Zaragoza. En Europa, la informaci¨®n sobre la cr¨ªa de estos peces carn¨ªvoros es escasa. Para Gonz¨¢lez, este avance es importante porque?son animales que se usan para el consumo humano en sus pa¨ªses de origen y el exceso de pesca puede vulnerar su poblaci¨®n.
Gonz¨¢lez tambi¨¦n se?ala el alcance pedag¨®gico del logro: "El acuario es un centro educativo para los visitantes". El bi¨®logo explica, adem¨¢s, que algunas de las 1.000 larvas ser¨¢n enviadas a otros acuarios de Europa, para evitar que esos animales se recogan de su h¨¢bitat natural.
Hace tres meses, los bi¨®logos observaron que dos de los machos del cardumen de 30 pira?as que viven en el acuario se comportaban de manera extra?a. Estaban separados del resto de animales, y proteg¨ªan una peque?a zona deprimida del fondo de la instalaci¨®n. Entonces, pudieron diferenciar una gran masa de diminutos huevos amarillentos. Los recogieron con un salabre (una especie de cazamariposas, pero para peces)?y los llevaron a las instalaciones de cuarentena, donde fueron depositados en un tanque aislado con cuidados especiales.
Dos d¨ªas despu¨¦s, empezaron a nadar peque?as larvas de unas 800-900 micras, que a las 72 horas ya com¨ªan diminutos alimentos suministrados por el equipo de biolog¨ªa. Ahora, cerca de 1.000 ejemplares componen el cardumen de juveniles que habitan en las instalaciones. Para Javier Gonz¨¢lez, director t¨¦cnico del acuario de Zaragoza, ha sido un "¨¦xito". "En estado natural, la mortalidad es alt¨ªsima", se?ala Gonz¨¢lez.
Las larvas ya miden m¨¢s de un cent¨ªmetro y se encuentran, seg¨²n explica Gonz¨¢lez, en una fase cr¨ªtica de engorde. Su crecimiento es r¨¢pido y est¨¢n en buen estado de salud. Los cuidadores alimentan a los peces con larvas de nauplio de Artemia, un crust¨¢ceo similar a una peque?a gamba, de entre 300 y 400 micras. Cuando alcancen los tres o cuatro cent¨ªmetros, y ya tengan un aspecto similar al de los peces adultos, la mayor¨ªa ser¨¢ enviada a acuarios de Europa. Gonz¨¢lez advierte de que en Zaragoza se quedar¨¢n con unas 30 porque les "hace ilusi¨®n".
Ahora, las peque?as pira?as empiezan a ser can¨ªbales, seg¨²n indica Gonz¨¢lez. Por eso, los bi¨®logos separar¨¢n a los peces seg¨²n tama?o para que no se coman entre s¨ª. Estos animales se alimentan casi de cualquier cosa y un cardumen de entre 300 y 500 peces podr¨ªan comerse una cabra o un perro en cuesti¨®n de segundos?si cayeran al agua. Por eso, los cuidadores, tambi¨¦n, extremar¨¢n sus precauciones.?
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