A esta receta contra el hambre le faltan fondos y atenci¨®n a los rezagados y le sobran az¨²car y huracanes
Los Gobiernos de Am¨¦rica Latina y el Caribe necesitan financiaci¨®n para recuperar el pulso de la lucha contra la malnutrici¨®n y protegerse de los efectos del cambio clim¨¢tico
Esta semana se han reunido en Jamaica algunos de los pa¨ªses m¨¢s grandes y que m¨¢s alimentos producen del mundo, como Brasil. Y otros de los m¨¢s peque?os, como Santa Luc¨ªa o Dominica, que importan la gran mayor¨ªa de lo que comen. Grandes y peque?os, m¨¢s o menos desarrollados, por primera vez (todos) los 33 pa¨ªses de Am¨¦rica Latina y el Caribe han acudido a la llamada de la FAO (la agencia de la ONU para la alimentaci¨®n y la agricultura) para analizar los retos alimentarios de la regi¨®n.
En anteriores ocasiones, una reuni¨®n as¨ª fue objeto de celebraci¨®n. De acuerdo con las cuentas oficiales, la regi¨®n redujo a la mitad el hambre en 2015 respecto a 1990, cumpliendo as¨ª con los Objetivos de Desarrollo del Milenio de Naciones Unidas. Este a?o, sin embargo, las noticias no eran tan buenas. Los descensos se han estancado a lo largo y ancho de la regi¨®n, y en varios pa¨ªses ¡ªsobre todo Venezuela con un 46% m¨¢s, pero tambi¨¦n otros como Argentina o Per¨²¡ª hay m¨¢s hambrientos que en la ¨²ltima medici¨®n.
La explicaci¨®n m¨¢s repetida ha sido, de largo, la desigualdad. La falta de oportunidades en muchas ¨¢reas rurales o el abandono (cuando no la discriminaci¨®n) que sufren determinadas comunidades, especialmente los pueblos ind¨ªgenas, est¨¢ detr¨¢s de la existencia de grandes bolsas de pobreza y hambre. Tambi¨¦n se ha festejado la salida del conflicto colombiano, como saludaba el director general de la FAO, Jos¨¦ Graziano da Silva. Pero apenas se ha mencionado el efecto de la violencia que azota determinados pa¨ªses, en especial en Centroam¨¦rica. Y Hait¨ª (donde dos de cada dos personas no comen lo suficiente) sigue siendo el principal foco de preocupaci¨®n. "Queremos reducir la pobreza rural incrementando los ingresos agr¨ªcolas", ha anunciado Carmel Andr¨¦ Baillard, el ministro de Agricultura haitiano.
¡°Nuestros pocos recursos se dedican a combatir enfermedades evitables¡±
Y si la persistencia del hambre preocupaba estos d¨ªas en la antigua Bah¨ªa Manteca (que la pronunciaci¨®n inglesa transform¨® en Montego Bay), a¨²n m¨¢s la "epidemia" de sobrepeso y obesidad (y otras enfermedades como la diabetes y la hipertensi¨®n). Al menos, a juzgar por el espacio que ha ocupado en los debates. A las islas caribe?as, principalmente porque hace agujeros en sus limitad¨ªsimos presupuestos. "Nuestros pocos recursos se dedican a combatir enfermedades evitables", dec¨ªa Nicolette Henry, ministra de Educaci¨®n de Guyana. Y eso limita tambi¨¦n el alcance de iniciativas contra la subalimentaci¨®n, como los elogiados programas de alimentaci¨®n escolar. La malnutrici¨®n por exceso tambi¨¦n preocupa a otros pa¨ªses m¨¢s grandes, como M¨¦xico, porque el tama?o del problema no para de crecer.
Para Mario Montero, representante de la industria ¡ªpresente por primera vez en este tipo de reuniones¡ªa trav¨¦s de la agrupaci¨®n empresarial Alaiab, el hecho de que el problema no se reduzca prueba que pol¨ªticas como gravar la venta de bebidas azucaradas (lo que ha hecho M¨¦xico) o adoptar etiquetados disuasorios (como Chile) no funciona. El modelo chileno, que entre otras cosas proh¨ªbe vender en escuelas los alimentos con demasiado az¨²car, sal, grasas o calor¨ªas y limita su publicidad, ha sido alabado por varios conferenciantes, casi en la misma medida en que han sido criticados los productos ultraprocesados. ¡°Pero el hecho es que no hay evidencia cient¨ªfica que diga que esos productos son perjudiciales por s¨ª mismos¡±, aduce Montero, que se indigna ante las comparaciones ¡ªque se han escuchado¡ª con el tabaco.
La semana tambi¨¦n ha dejado tiempo para analizar los problemas y oportunidades del comercio de alimentos, sobre todo ante las corrientes proteccionistas partidarias de limitarlo, que cobran peso en Estados Unidos. ¡°Es un tema muy sensible¡±, dec¨ªa Graziano, el jefe de la FAO. ¡°Si nos adentramos en el camino del ¡®ojo por ojo', al final todos ciegos¡±.
El anfitri¨®n, el ministro jamaicano Karl Samuda, ped¨ªa "un terreno de juego nivelado", en el que los m¨¢s peque?os no tengan que correr cuesta arriba. ¡°Los pa¨ªses m¨¢s grandes muestran un excesivo inter¨¦s en penetrar en nuestros peque?os mercados y nos dejan en una posici¨®n muy d¨¦bil¡±, denunciaba. Sus colegas de los dem¨¢s Estados insulares presentaban sus programas para relanzar la agricultura y la producci¨®n propia de alimentos, como respuesta comercial y alimentaria.
¡°Los pa¨ªses m¨¢s grandes muestran un inter¨¦s excesivo? en penetrar en nuestros peque?os mercados y nos dejan en una posici¨®n muy d¨¦bil¡±
En este punto se han visto tambi¨¦n las grandes diferencias ideol¨®gicas y de visi¨®n pol¨ªtica. Mientras algunos defend¨ªan la ¡°soberan¨ªa alimentaria¡±, como la capacidad de un Estado para poder alimentarse por s¨ª mismo, otros insist¨ªan en matizar el t¨¦rmino. ¡°En Rep¨²blica Dominicana lo entendemos como la capacidad de producir y/o comprar todos los alimentos que necesitamos para garantizar la seguridad alimentaria de nuestra poblaci¨®n¡±, argumentaba Mario Arvelo, representante dominicano y presidente del Comit¨¦ de Seguridad Alimentaria mundial.
Y de fondo, en el horizonte, aparec¨ªa continuamente el cambio clim¨¢tico. Ese que asola Centroam¨¦rica con escasez de agua o env¨ªa cada vez m¨¢s tormentas y tifones al Caribe. ¡°El siglo pasado, en El Salvador hab¨ªa uno o dos eventos clim¨¢ticos extremos por d¨¦cada¡±, se?alaba el delegado salvadore?o, Hugo Mart¨ªnez. ¡°Y solo en la primera d¨¦cada de este siglo tuvimos 8 eventos clim¨¢ticos extremos con impacto directo en la agricultura¡±.
Prepararse para esos huracanes, inundaciones o sequ¨ªas, predecirlos y aguantarlos, costar¨¢ mucho dinero, coincid¨ªan todos. Lo mismo que dejar de contribuir al calentamiento (algo que algunos hacen mucho menos que otros, aunque solo sea por tama?o). La factura, seg¨²n se ha comentado, se estima en torno a los 80.000 millones de euros. Y muchos pa¨ªses, aunque clasificados como de renta media, piden ayuda de otros. Un primer paso lo ha dado M¨¦xico, al comprometer la cantidad de 3,5 millones de euros en cinco a?os para ayudar a las islas del Caribe. La cifra da una medida de lo que queda por hacer.
"En el mundo multilateral las cosas no cambian de un d¨ªa para el siguiente¡±, reflexiona Arvelo. ¡°Pero hemos venido todos, hemos discutido una agenda com¨²n. Hemos coincidido en muchos puntos, pero sobre todo en uno: hay que involucrar a los ministerios de Finanzas".
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