La necesidad del sentido
HE AQU? un mercado de p¨¢jaros.?Los hay en todo el mundo. En algunas ciudades constituyen un atractivo tur¨ªstico importante. La relaci¨®n entre la jaula y el p¨¢jaro es semejante a la de la palabra con el objeto que nombra. La palabra, o significante, es la jaula; el objeto, o significado, el p¨¢jaro. Cuando el p¨¢jaro huye, la jaula deja de significar. De acuerdo, me estoy haciendo un l¨ªo. Lo cierto es que de peque?o iba al Rastro de Madrid a ver p¨¢jaros con mi padre. Los miraba de izquierda a derecha y de arriba abajo, como si leyera un texto, como si cada una de aquellas peque?as jaulas fuera una palabra cargada de contenido sem¨¢ntico. El contenido sem¨¢ntico lo proporcionaban las aves: palomas, periquitos, cuervos, canarios, jilgueros, loros, cotorras, verderones¡ As¨ª agrupados, formaban frases que hablaban del placer que proporcionaba a los hombres cortarles las alas: metaf¨®ricamente hablando, se las hab¨ªan arrancado puesto que no pod¨ªan volar.
Siempre le ped¨ªa a mi padre que me comprara un p¨¢jaro y ¨¦l siempre me dec¨ªa que lo que en realidad deseaba era la jaula.
¡ªEl p¨¢jaro es la excusa ¡ªa?ad¨ªa.
Aquello me desconcertaba, como si fuera posible amar las palabras por su sonido m¨¢s que por lo que significaban. Aunque quiz¨¢ ten¨ªa raz¨®n. Observen las jaulas de la foto, formando tambi¨¦n frases y p¨¢rrafos, due?as de una sintaxis que articula algo que no sabemos expresar. Las jaulas constituyen por s¨ª mismas un alfabeto antiguo, por descifrar en parte. Y f¨ªjense en los p¨¢jaros, pobres, pagando el pato de la necesidad que tenemos de darle sentido a los barrotes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.