Mejorar el modelo constitucional
Con discreci¨®n, PP, PSOE y Ciudadanos deber¨ªan empezar un di¨¢logo sobre la reforma de la Constituci¨®n. Ser¨ªa aconsejable introducir un art¨ªculo que permita al Gobierno adoptar medidas extraordinarias en caso de crisis como la de Catalu?a
En las sesiones que celebra la Comisi¨®n del Congreso sobre la reforma del modelo auton¨®mico se percibe que los comparecientes m¨¢s pr¨®ximos al Partido Popular rechazan reformar la Constituci¨®n invocando la inexistencia de consenso para esa reforma. Nada nuevo porque el partido conservador lleva muchos a?os difundiendo lo que es una profec¨ªa autocumplida.
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Adem¨¢s de un pacto pol¨ªtico, una Constituci¨®n es una norma jur¨ªdica que, como todas las disposiciones normativas, debe adaptarse a los cambios sociales de cada momento. Si todav¨ªa est¨¢ vigente el C¨®digo Civil que data de 1889 es porque ha sido reformado m¨¢s de cincuenta veces y la propia Ley Org¨¢nica del Tribunal Constitucional de 1979 ya ha sido modificada en siete ocasiones. Es lo propio de cualquier ordenamiento jur¨ªdico din¨¢mico: la Constituci¨®n francesa se ha reformado m¨¢s de veinte veces, la italiana en diecisiete ocasiones y la Ley Fundamental de Bonn en m¨¢s de cincuenta.
?Tiene sentido considerar intocable la Constituci¨®n como si fuera el cuerpo incorrupto de un santo? Hace algunos a?os, en 2011, ?scar Alzaga se refiri¨® a la notoria incapacidad de lograr en treinta a?os la reforma constitucional y en 2018 seguimos igual. Digamos de entrada que nuestra Constituci¨®n es un buen texto jur¨ªdico y contiene un mejor acuerdo pol¨ªtico. Por eso no ser¨ªa necesaria una reforma completa porque al ¡°r¨¦gimen del 78¡± le queda mucha vida y, sobre todo, sigue descansando en un consenso s¨®lido. Hay t¨ªtulos como el II (la Corona), el IV (el Gobierno) o V (relaciones Cortes-Gobierno) que necesitan muy pocos cambios. Por ejemplo, el T¨ªtulo II es un muy buen T¨ªtulo en el que se debe cambiar la preferencia del var¨®n sobre la mujer en la sucesi¨®n al Trono y poco m¨¢s. Y en el T¨ªtulo IV s¨®lo se deber¨ªa reformar el ¨²ltimo apartado del art¨ªculo 99 para que no haya que disolver las Cortes si no hay candidato a presidente o todos fracasan en la investidura, atribuyendo quiz¨¢ la presidencia del Gobierno al candidato del grupo parlamentario m¨¢s numeroso.
El Gobierno aduce que no hay consenso para la reforma; pero lo habr¨ªa si el PP aceptara negociar
Pero sin necesidad de cambiarla de arriba abajo, la Constituci¨®n precisa algunas reformas: la citada preferencia del var¨®n en el orden de sucesi¨®n; las atribuciones y composici¨®n del Senado; la referida posibilidad de atribuir la presidencia del Gobierno al partido que disponga de m¨¢s esca?os sin necesidad de celebrar nuevas elecciones. Adem¨¢s, un art¨ªculo que permita al Gobierno adoptar medidas extraordinarias si se da una crisis constitucional, como el art¨ªculo 16 de la Constituci¨®n francesa, pues el art¨ªculo 155 no est¨¢ pensado para las grandes crisis del Estado (Javier Garc¨ªa Fern¨¢ndez: Crisis constitucional y art¨ªculo 155, EL PA?S, 3 de octubre de 2017), etc¨¦tera. Y por supuesto, un nuevo T¨ªtulo VIII que cierre definitivamente el sistema auton¨®mico y reordene las competencias estatales y auton¨®micas, lo que no significa atribuir m¨¢s competencias a las comunidades aut¨®nomas, como piden algunos l¨ªderes locales que hablan de agotamiento del modelo. Tambi¨¦n habr¨ªa que retomar los restantes temas que conten¨ªa la fracasada reforma suscitada en tiempos de Rodr¨ªguez Zapatero (referencia a las comunidades aut¨®nomas existentes y a la Uni¨®n Europea).
El Gobierno y su partido aducen que no se puede intentar una reforma sin consenso, pero habr¨ªa ese consenso si el Partido Popular aceptara hablar de la reforma. Sabemos que Podemos quiere cambiar el ¡°r¨¦gimen del 78¡± y s¨®lo aceptar¨ªa una nueva Constituci¨®n conforme a su ideolog¨ªa populista mientras que los independentistas catalanes s¨®lo van a aceptar la secesi¨®n. Luego, hay que plantearse un nuevo consenso constitucional que pasa por quienes desean mejorar la Constituci¨®n, no con quienes quieren destruirla. Ese consenso pasa por el Partido Popular, PSOE, Ciudadanos y quiz¨¢s por el PNV. Con eso es suficiente. No se puede buscar el consenso de 1977-1979 porque entonces se trataba de crear un sistema pol¨ªtico de la nada (hasta hubo que traducir precipitadamente el t¨¦rmino consensus que en la ciencia pol¨ªtica anglosajona ten¨ªa un sentido algo diferente) y ahora se trata de reformar un sistema leg¨ªtimo, plenamente asentado dejando extramuros a quienes quieren liquidarlo (Podemos y los secesionistas que convergen en el mismo objetivo).
En las comparecencias parlamentarias se ha llegado a sugerir la idea de una mutaci¨®n constitucional, conforme a la doctrina compendiada por el jurista chino, doctorado en la Alemania de Weimar, Hs¨¹ Dau-Lin. Pero lo caracter¨ªstico de las mutaciones constitucionales es que s¨®lo se reconocen cuando se han producido, siendo dif¨ªcil programarlas y acordarlas. Adem¨¢s, sin ser muy numerosos, los preceptos constitucionales necesitados de reforma est¨¢n dispersos a lo largo de todo el articulado, por lo que es imposible aplicar tantas mutaciones como preceptos a reformar.
Es necesario modificar la preferencia del var¨®n en el orden de sucesi¨®n y las atribuciones del Senado
Un problema adicional que comporta la reforma constitucional es la necesidad del refer¨¦ndum. Reformar los art¨ªculos del T¨ªtulo Preliminar, de parte del T¨ªtulo Primero y del T¨ªtulo Segundo (protegidos por el procedimiento agravado de reforma), requiere disoluci¨®n de las C¨¢maras, nuevas elecciones y refer¨¦ndum. Pero Podemos exige refer¨¦ndum aunque no sea una reforma agravada y tiene diputados suficientes para solicitarlo. Luego, el horizonte temporal es el final de la legislatura, pues de no hacerse as¨ª nos pondr¨ªamos en 2024.
La crisis del independentismo catal¨¢n tardar¨¢ en resolverse porque costar¨¢ tiempo que dos millones de personas comprendan que el Estado democr¨¢tico es m¨¢s s¨®lido que sus quimeras. Por eso, mientras prosigue la guerra de guerrillas de los secesionistas, conviene mejorar el modelo constitucional que solo necesita reformas parciales y no sustanciales. Porque si en el contexto de una reforma constitucional cerramos definitivamente el modelo auton¨®mico, el Estatuto de autonom¨ªa catal¨¢n podr¨¢ acomodarse a un modelo m¨¢s pensado, menos coyuntural y quiz¨¢ menos fr¨ªvolo que el vigente.
Se podr¨ªa haber hecho en 2006, cuando se aprob¨® el Estatuto actual, pero entonces nadie par¨® los experimentos estatutarios de un grupo de iluminados que quisieron crear un nuevo orden jur¨ªdico catal¨¢n sin cambiar la Constituci¨®n. Ahora tenemos tiempo hasta 2020: con discreci¨®n, deben empezar a dialogar Partido Popular, PSOE y Ciudadanos. P¨®nganse de acuerdo en cuestiones que no transmutan el modelo pol¨ªtico de convivencia y, una vez acordadas, ofr¨¦zcase la reforma a los ciudadanos.
Javier Garc¨ªa Fern¨¢ndez es catedr¨¢tico de Derecho Constitucional de la Universidad Complutense de Madrid.
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