1. PUKA PUKA (ISLAS COOK, NUEVA ZELANDA)
Buscando el sue?o de los mares del Sur, el viajero y escritor estadounidense Robert Dean Frisbie recal¨® en 1924 en Puka Puka, un remoto atol¨®n de las islas Cook tambi¨¦n conocido como Danger Island (Isla peligrosa). Bajo un magnolio, hizo buenas migas con una joven belleza polinesia llamada Desire (Deseo). Se cas¨® con ella, tuvo varios ni?os y cont¨® en dos libros su experiencia. En The Island of Desire (La isla del deseo), describe Puka Puka como un para¨ªso donde la desnudez es algo natural, el sexo se vive como un juego y no existe una palabra para referirse a los celos.
2. SOCOTORA (YEMEN)
Envuelta siempre en la bruma y barrida por los vientos, Socotora emerge en el ?ndico, a 400 kil¨®metros de las costas de Arabia, como el humo de la l¨¢mpara de Aladino: es la isla de Simbad el Marino; la de los dragos de los que manan la savia roja con la que se untaban los gladiadores antes de los combates; la del ¨¢rbol del incienso y de la mirra, la de los djins (genios) y el ave Roc, el p¨¢jaro gigante de las Mil y una noches, como cuenta Jordi Esteva en su libro Socotra, la isla de los genios (Atalanta).
3. TRIST?N DA CUNHA (REINO UNIDO)
Que te descubra un marinero llamado Trist¨¢n es casi una premonici¨®n de que nunca ser¨¢s una isla con mucha marcha, una Ibiza, por citar un ejemplo. Que seas casi inaccesible, con acantilados de m¨¢s de 600 metros de altura y figures en el Libro Guinness como el sitio habitado m¨¢s remoto (la poblaci¨®n m¨¢s cercana est¨¢ en la isla de Santa Elena, a 2.110 kil¨®metros al norte), tampoco ayuda, aunque tu capital se llame Edimburgo de los Siete Mares. Seg¨²n Wikipedia, solo ocho apellidos ¡ªGlass, Green, Hagan, Laverello, Repetto, Rogers, Swain y Patterson¡ª y 80 familias se reparten los 200 kil¨®metros cuadrados de este grupo de tres islas (Trist¨¢n da Cunha, Inaccesible y Ruise?or) en el Atl¨¢ntico Sur, a 2.816 kil¨®metros de Sud¨¢frica y a 3.360 kil¨®metros de Sudam¨¦rica, donde, misterios de la endogamia, no conocen los resfriados.
4. KOMODO (INDONESIA)
Isla Nublar, el hogar imaginario de los dinosaurios de Parque Jur¨¢sico, existe. Pero no est¨¢ en Costa Rica, sino en Indonesia, y se llama Komodo. Las leyendas sobre feroces dragones que circulaban sobre esta peque?a isla al este de Bali se hicieron realidad en 1911, cuando la Administraci¨®n colonial holandesa envi¨® una expedici¨®n para comprobar la veracidad de tales rumores y descubri¨® unos monstruosos lagartos carn¨ªvoros que tienen una antig¨¹edad de 200 millones de a?os y pueden alcanzar los seis metros de longitud: los dragones de Komodo. Estas criaturas asombrosas son unos terribles depredadores capaces de zamparse un b¨²falo, un cerdo o a una persona. A Rudolf von Reding Biberegg, un octogenario arist¨®crata suizo, se lo comieron el 18 de julio de 1974 durante un viaje ¡°de aventura¡±; solo se encontr¨® su c¨¢mara con la correa rasgada. En 2009, Muhamad Anwar, de 31 a?os, muri¨® desangrado por los mordiscos de dos dragones mientras recog¨ªa chirimoyas; los varanos le estaban esperando al pie del ¨¢rbol. En la saliva rojiza de estos reptiles se han encontrado m¨¢s de 40 tipos diferentes de bacterias que prometen una muerte lenta por septicemia. Una nueva teor¨ªa sostiene que tambi¨¦n tienen gl¨¢ndulas ponzo?osas, como el monstruo de gila (Heloderma suspectum), un lagarto venenoso de las zonas ¨¢ridas de Estados Unidos y M¨¦xico.
5. ESP?RITU SANTO (BAJA CALIFORNIA SUR, M?XICO)
La Paz, capital de Baja California del Sur, es una tranquila y agradable ciudad que vive de cara a su malec¨®n, asomado al Mar de Cort¨¦s. En uno de sus flancos se encuentran la isla de Esp¨ªritu Santo, reserva de la biosfera, con farallones donde dormitan los leones marinos y estrechas ensenadas que serv¨ªan de abrigo a los corsarios holandeses que acosaban a los galeones espa?oles en la ruta entre Manila (Filipinas) y Acapulco (M¨¦xico), como Boris von Spilbergen, el pirata Pichiling¨¹e. De sus placeres arenosos, donde vive la Pintada mazatlanica, una variedad de madreperla, proceden las famosas perlas negras que lucen en algunos retratos los reyes y reinas espa?oles. El escritor estadounidense John Steinbeck la visit¨® en la primavera de 1940 a bordo de un barco sardinero; de su experiencia naci¨® La perla, un cuento conmovedor sobre los buscadores de madreperlas de la bah¨ªa de La Paz, llevado al cine por el mexicano Emilio Fern¨¢ndez.
6. HENDERSON (PITCAIRN, REINO UNIDO)
En noviembre de 1820, el ballenero Essex fue hundido por un gigantesco cachalote. El buque, un velero de tres palos y 30 metros, zarp¨® del puerto ballenero de Nantucket (EE UU) el 12 de agosto de 1819. El 20 de noviembre, cuando se hallaban a 1.500 millas n¨¢uticas de las islas Gal¨¢pagos, un cet¨¢ceo casi tan grande como el barco embisti¨® dos veces contra el casco y lo destroz¨®. El Essex pesaba 238 toneladas, pero eso no impidi¨® que lo hiciese astillas, abandonando a su suerte a su capit¨¢n, George Pollard, y a otros 20 tripulantes en medio del mar. El 20 de diciembre llegaron a Henderson, una isla deshabitada del Pac¨ªfico Sur a 200 kil¨®metros al noroeste de Pitcairn, la isla donde se refugiaron los amotinados de la Bounty. Tres marineros decidieron quedarse. Los dem¨¢s partieron de nuevo, y al poco una tormenta separ¨® los tres botes balleneros. Cuando se acabaron las provisiones, comenz¨® el canibalismo. Primero se comieron a los muertos. Cuando estos se acabaron, hubo que improvisar: en la barca comandada por Pollard se hizo un sorteo y perdi¨® un joven grumete, Owen Coffin, primo del capit¨¢n. Se lo zamparon. Dos de los botes fueron rescatados a finales de febrero tras recorrer casi 5.000 millas. Los n¨¢ufragos de la isla de Henderson fueron tambi¨¦n hallados con vida. El otro bote se perdi¨®. La tragedia del Essex, con su ballena asesina y sus n¨¢ufragos can¨ªbales, inspir¨® a Melville para su Moby Dick. Ron Howard la recuper¨® en 2015 en la pel¨ªcula In the Heart of the Sea (En el coraz¨®n del mar).
7. SATONDA (INDONESIA)
Tribus ancestrales como los mentawai de Siberut o los toraja de Sulawesi (C¨¦lebes) y especies ¨²nicas como el drag¨®n de Komodo aguardan a los viajeros que se aventuren por las 17.000 islas de Indonesia. Lugares como Satonda, una peque?a isla rodeada de arrecifes con un lago volc¨¢nico en su interior; Sumba, con misteriosas tumbas megal¨ªticas y altas chozas de paja con forma piramidal, o las Togian, un ignoto archipi¨¦lago de islas de coral donde no hay conexi¨®n a Internet y al que solo se puede acceder en barco.
8. HORNOS (CHILE)
El m¨ªtico Cabo de Hornos es en realidad una isla donde solo se puede desembarcar con la mar en calma, saltando desde las lanchas hasta la escalera de madera que trepa por los acantilados. All¨ª se encuentra el aut¨¦ntico faro del fin del mundo (en la novela hom¨®nima, Julio Verne lo sit¨²a al noroeste de la isla argentina de los Estados, m¨¢s al norte), a cargo de un oficial de la Armada chilena que permanece all¨ª con su familia durante un a?o. Entre sus tareas est¨¢ la de orientar a los navegantes que se aventuran por las aguas traicioneras del paso de Drake, que separan el m¨ªtico promontorio de la Ant¨¢rtida. Vientos de hasta 127 nudos (230 kil¨®metros por hora) derribaron en 2014 el albatros de metal que coronaba el islote, un monumento a los marinos ahogados en sus aguas (en ellas han naufragado m¨¢s de 900 barcos).
9. FLOREANA (GAL?PAGOS, ECUADOR)
¡°El nombre de la baronesa Eloise Wehrborn ha desparecido de las p¨¢ginas polvorientas de la historia. Sin embargo, hace poco m¨¢s de un cuarto de siglo, esta voluptuosa dama vienesa escandaliz¨® a la alta sociedad europea, bailando la danza del vientre en los cabarets de varias capitales europeas y luego como autoproclamada emperatriz de una remota isla del Pac¨ªfico que gobern¨® con un rev¨®lver Colt 45 colgado de su curvil¨ªnea cintura. Desde su burdo castillo de piedras, arcilla y troncos de palma, Eloise convirti¨® su para¨ªso tropical en las Islas Gal¨¢pagos en un infierno de asesinato y lujuria¡±. As¨ª retrataba un pulp magazine (revista er¨®tica para hombres) de la d¨¦cada de 1960 a Eloise Wehrborn von Wagner-Bosquet, una supuesta baronesa austriaca que lleg¨® en 1932 a la isla de Floreana, en el archipi¨¦lago de las Gal¨¢pagos, para construir un hotel de lujo, Hacienda Para¨ªso, un sue?o que nunca se concret¨®. La acompa?aban en su empresa sus dos amantes: Robert Philipson y un joven alem¨¢n llamado Rudolf Lorenz. Esta mujer, que se hac¨ªa llamar ¡°Emperatriz de las Gal¨¢pagos¡±, trastoc¨® la vida de los colonos alemanes que viv¨ªan en la isla: el doctor Friedrich Ritter, un dentista berlin¨¦s que se hab¨ªa instalado dos a?os antes en Floreana con Dore Strauch, una de sus pacientes, y el matrimonio alem¨¢n Wittmer con su hijo Harry. Las cosas empeoraron tras la llegada a Floreana de un grupo de pescadores noruegos que se sumaron a la fiesta. Hubo celos, extra?as muertes (al parecer por envenenamiento) y desapariciones. En junio de 1934, Eloise desapareci¨® sin rastro despu¨¦s de amargar la vida a todos los colonos de Floreana, probablemente asesinada, quiz¨¢s por el doctor Ritter. En diciembre de ese mismo a?o, una expedici¨®n cient¨ªfica del museo Smithsonian de Washington encontr¨® en una playa de Marchena, la m¨¢s septentrional de las Gal¨¢pagos, los restos de un esquife con los cad¨¢veres momificados de dos hombres. Fueron identificados como el capit¨¢n Nyggerud, que realizaba traves¨ªas entre las islas, y Rudolph Lorenz, uno de los chicos de la baronesa. Una relaci¨®n de esos hechos est¨¢ en el libro de John Treherne The Galapagos Affair, del que tambi¨¦n existe un documental.
10. M?S ATIERRA (JUAN FERN?NDEZ, CHILE)
Juan Fern¨¢ndez es el nombre de un remoto archipi¨¦lago chileno en el Pac¨ªfico, a 700 kil¨®metros de las costas de Sudam¨¦rica, al que fue a parar Alexander Selkirk, uno de los modelos que utiliz¨® Daniel Defoe para su Robinson Crusoe. Selkirk fue un marino escoc¨¦s que, en 1704, tras pelearse con su capit¨¢n fue abandonado en la isla de M¨¢s Atierra, donde pas¨® cuatro a?os y cuatro meses completamente solo hasta que fue rescatado. En 1966, la isla en la que estuvo Selkirk fue oficialmente rebautizada como Robinson Crusoe, y M¨¢s Afuera, un islote deshabitado al oeste del archipi¨¦lago, pas¨® a llamarse isla Alejandro Selkirk. All¨ª viaj¨® en 2011 el escritor estadounidense Jonathan Franzen, autor de la novela Libertad, ¡°empujado por el aburrimiento, el alcohol y la cafe¨ªna¡±, como cont¨® despu¨¦s en un art¨ªculo publicado en New Yorker. Se llev¨® consigo un extra?o equipaje: ¨²tiles de c¨¢mping y las cenizas de su amigo, el fallecido escritor David Foster Wallace. Los secretos de Juan Fern¨¢ndez tambi¨¦n pasan por el acorazado alem¨¢n Dresden, hundido durante la I Guerra Mundial, y el tesoro que, seg¨²n la leyenda, est¨¢ enterrado en alguna cueva de la isla: 800 barriles de oro, 100 cofres con plata y una rosa de oro y esmeraldas. Obsesionado por el bot¨ªn, Bernard Keiser, un hombre de negocios estadounidense, lleva busc¨¢ndolo sin ¨¦xito desde 1995. Para saber m¨¢s: La isla de Juan Fern¨¢ndez, de Miguel S¨¢nchez Ostiz.
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