Las ense?anzas sobre la diabetes de un pez sin ojos acostumbrado a morirse de hambre
El tetra mexicano desarrolla resistencia a la insulina, un problema que en humanos conduce a la diabetes, pero que a ellos no les da?a
Hace dos o tres millones de a?os, cuando nuestros ancestros africanos comenzaban a utilizar utensilios artificiales y a convertirse en humanos, otra especie vivi¨® tambi¨¦n un cambio revolucionario. Los antepasados del tetra mexicano, un pez que habita en los r¨ªos y charcas de Norteam¨¦rica, colonizaron ¡ªo m¨¢s bien quedaron atrapados¡ª en varias cuevas del norte de M¨¦xico. Aunque hoy siguen manteniendo una cercan¨ªa suficiente para poder tener cr¨ªas con sus parientes de la superficie, las necesidades de supervivencia convirtieron a los subterr¨¢neos en animales bastante distintos.
Lejos de la luz del sol y de las plantas y algas que la convierten en alimento, los peces de las cavernas pasan largos periodos de hambruna. Mostrando una capacidad de adaptaci¨®n asombrosa, desarrollaron una mayor capacidad para acumular grasa, un ritmo metab¨®lico m¨¢s lento e incluso un ritmo circadiano reducido. En esa lucha desesperada por ahorrar energ¨ªa y sobrevivir llegaron incluso a perder los ojos, in¨²tiles bajo tierra. Todos estos cambios hacen que, cuando no tienen nada que echarse a la boca, pierdan menos peso que los tetras que viven en la superficie.
Estos peces tienen mayor capacidad para acumular grasa, un ritmo metab¨®lico m¨¢s lento y un ritmo circadiano reducido
En un art¨ªculo publicado recientemente en la revista Nature, un equipo estadounidense de cient¨ªficos ha indagado en los misterios de la biolog¨ªa de estos tetras y ha observado una caracter¨ªstica peculiar que podr¨ªa ayudar a entender una de las enfermedades humanas m¨¢s extendidas. Visto desde nuestro punto de vista, tienen el sistema que regula los niveles de glucosa en sangre averiado y sufren resistencia a la insulina, un problema que al cabo del tiempo provoca la diabetes.
Para los humanos, el mecanismo que regula los niveles de glucosa en sangre dentro de unos par¨¢metros adecuados es fundamental para la supervivencia. Cuando comemos, la sangre se inunda de glucosa y el p¨¢ncreas reacciona produciendo insulina. Esta hormona se engancha al h¨ªgado y a las c¨¦lulas de m¨²sculo y grasa, y les empuja a absorber glucosa hasta que vuelva a los niveles normales. Despu¨¦s, cuando hace tiempo que no comemos y la cantidad de glucosa en sangre desciende, el p¨¢ncreas reacciona produciendo otra hormona, el glucac¨®n, que informa al h¨ªgado de la necesidad de liberar las reservas energ¨¦ticas que guarda en forma de gluc¨®geno para que devuelvan la glucosa a los par¨¢metros adecuados.
Los investigadores, liderados por Nicolas Rohner, del Instituto Stowers para la Investigaci¨®n M¨¦dica en Kansas City (EE UU) observaron que despu¨¦s de comer, los niveles de glucosa en sangre en los tetras de las cavernas eran muy superiores a los de los que viven en la superficie. Esto se puede explicar por otro hallazgo de los autores del estudio: un gen de un receptor de insulina mutado que les har¨ªa resistentes a esta hormona. Esa resistencia a la insulina deber¨ªa darles problemas. ¡°En humanos, la misma mutaci¨®n provoca el s¨ªndrome Rabson-Mendenhall, una forma grave de resistencia a la insulina que acorta la vida¡±, se?ala Joaqu¨ªn Guti¨¦rrez, catedr¨¢tico de la Universidad de Barcelona y experto en fisiolog¨ªa de los peces. ¡°En estos peces, el receptor hormonal que tienen en los tejidos, y al que se une la insulina para actuar y transmitir sus ¨®rdenes dentro del m¨²sculo para que asimile la glucosa, no funciona bien¡±, a?ade.
Sin embargo, pese a mantener unos niveles de glucosa en sangre muy altos durante mucho tiempo, los peces mexicanos no generaban productos glucosados, la sustancia causante de los da?os en muchos ¨®rganos y el envejecimiento asociados a la diabetes. Rohner y sus colegas consideran que encontrar el mecanismo que evita el da?o podr¨ªa ayudar a mejorar el tratamiento de la diabetes.
Guti¨¦rrez, que no ha participado en este proyecto, plantea que estos peces pueden servir para la comprensi¨®n de la diabetes en humanos. ¡°El estudio de la resistencia a la insulina es complicado y este modelo experimental puede permitir estudios para su tratamiento, m¨¢s dif¨ªciles de hacer en rat¨®n o en modelos de mam¨ªfero¡±, explica. Estos animales, transformados al verse atrapados en un entorno de escasez sobrevenida, ayudar¨¢n as¨ª a entender una enfermedad que afecta a los humanos por el cambio contrario de circunstancias: surgir en un mundo de escasez y vivir ahora en un entorno donde la abundancia es una amenaza.
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