No todos los d¨ªas se descubre un ¨®rgano humano
El hallazgo del intersticio, un sistema de amortiguadores distribuido por el cuerpo, abre caminos a la medicina
Descubrir una nueva estrella, o incluso un nuevo c¨²mulo gal¨¢ctico, forma parte del paisaje cotidiano de la ciencia y, aunque la velocidad de hallazgo de nuevas part¨ªculas se ha ralentizado sensiblemente desde mediados del siglo XX ¡ªcuando Robert Oppenheimer propuso darle el premio Nobel a quien no encontrara una¡ª, los f¨ªsicos est¨¢n convencidos de que cada acelerador m¨¢s potente seguir¨¢ engrosando el censo de la urbe subat¨®mica. Nadie duda de que quedan especies animales y vegetales por descubrir, y estamos positivamente seguros de que los virus que conocemos son solo una peque?a fracci¨®n de los que existen en los h¨¢bitats oce¨¢nicos, donde basta meter un cubo de agua y secuenciar en masa todo lo que salga para hallarlos por millones. La ciencia, suele decirse, tiene m¨¢s que ver con lo desconocido que con lo que ya conocemos. Bien. Pero eso es una cosa y otra es que a estas alturas del siglo XXI todav¨ªa nos quedara por descubrir un ¨®rgano humano. Y eso es exactamente lo que acaba de ocurrir con el intersticio, como puedes leer en Materia.
?C¨®mo es posible que se nos hubiera escapado un ¨®rgano humano? El intersticio no es un ¨®rgano al estilo del h¨ªgado o el pulm¨®n, sino m¨¢s bien al estilo de la piel
?C¨®mo es posible que se nos hubiera escapado un ¨®rgano humano? El intersticio no es un ¨®rgano al estilo del h¨ªgado o el pulm¨®n, sino m¨¢s bien al estilo de la piel: est¨¢ por todas partes y no tiene una forma compacta y discreta, sino difusa y distribuida. Una forma f¨¢cil de pensar en ¨¦l es como un sistema de amortiguadores l¨ªquidos con col¨¢geno y elastina (resistencia y elasticidad, como esas cremas antiedad que venden en las droguer¨ªas y parafarmacias). Este sistema de c¨¢maras amortiguadoras protege del estr¨¦s mec¨¢nico a los ¨®rganos y tejidos que m¨¢s lo sufren: la dermis, las arterias, el tracto gastrointestinal, la vejiga urinaria, el ¨¢rbol bronquial de los pulmones y las fascias del sistema muscular. Ocurre que las t¨¦cnicas de fijaci¨®n tradicionales, las que los hist¨®logos han usado desde hace siglos para examinar sus muestras al microscopio, extraen el agua de los tejidos, desecan por completo el intersticio y lo presentan al ojo del investigador como un material desestructurado que solo reviste inter¨¦s como molestia. Han hecho falta nuevas t¨¦cnicas, y hasta algo de suerte, para revelar el intersticio en toda su (hidratada) gloria.
Es improbable que el nuevo ¨®rgano se quede en una mera curiosidad erudita para los libros de histolog¨ªa. El l¨ªquido del intersticio est¨¢ en contacto directo con la linfa, y por tanto es muy probable que sea un medio para la propagaci¨®n de las met¨¢stasis. Los m¨¦dicos y cient¨ªficos que lo han descubierto ven probable que este sistema de amortiguadores tenga tambi¨¦n relaci¨®n con el edema, la fibrosis y, en general, el funcionamiento mec¨¢nico de casi todos los ¨®rganos. Ha nacido una nueva estrella de la investigaci¨®n m¨¦dica. Bienvenida sea.
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