Comer como un pajarito nos ayuda a vivir m¨¢s
Ya se hab¨ªa estudiado en otras especies y ahora dos ensayos lo comprueban en humanos
En el caso de que mejorar la salud y lucir un cuerpo de buen ver no le resulten est¨ªmulos lo suficientemente atractivos, aqu¨ª va otro argumento m¨¢s para dejar de comer a lo bestia. M¨¢s que una raz¨®n de peso ¡ªque tambi¨¦n¡ª es un incentivo para alargar sus expectativas de vida (dando por hecho que esto deber¨ªa interesarle, s¨ª o s¨ª).
Seg¨²n dos investigaciones realizadas por cient¨ªficos de varias instituciones estadounidenses (*) recogidas en Nature, la ingesta de una dieta baja en calor¨ªas redunda en la ralentizaci¨®n del envejecimiento humano. Esa conclusi¨®n ya hab¨ªa sido evidenciada de forma experimental con seres vivos de otras especies, como gusanos, moscas y ratones.
Tambi¨¦n qued¨® claro tras un estudio a largo plazo realizado entre 1998 y 2009 con macacos Rhesus (Macaca mulatta) en el Centro Nacional de Investigaci¨®n de Wisconsin, Madison, Estados Unidos: los macacos que comieron lo que les dio la gana ten¨ªan casi el doble de probabilidades de morir antes que aquellos a los que se les redujo la ingesta de calor¨ªas en un 30%. Los individuos sometidos a restricci¨®n cal¨®rica acabaron presentando una esperanza de vida un 10% mayor que los dem¨¢s ¡ªunos 3 a?os¡ª, adem¨¢s de un estado f¨ªsico mucho m¨¢s saludable.
Primera vez que se prueba en humanos
Ahora, la acci¨®n positiva de esa restricci¨®n cal¨®rica sobre el metabolismo humano ha sido tambi¨¦n demostrada, gracias al programa CALERIE (por las siglas en ingl¨¦s de Evaluaci¨®n Exhaustiva de los Efectos a Largo plazo de la Reducci¨®n de la Ingesta de Energ¨ªa), patrocinado por los Institutos Nacionales de Salud de EE UU, y en el que participaron 200 adultos sanos y no obesos a los que se les control¨® a lo largo de dos a?os.
"Este nuevo informe proporciona la evidencia m¨¢s s¨®lida hasta la fecha de que todo lo que hemos aprendido en otros animales se puede aplicar a nosotros mismos", dice Rozalyn Anderson, experta en envejecimiento e investigadora en la Universidad de Wisconsin-Madison. Ella dirigi¨® uno de los dos estudios sobre la restricci¨®n cal¨®rica en monos Rhesus, y antes hab¨ªa hecho lo propio con organismos tan simples como la levadura.
Usaron habitaciones que miden cu¨¢nto se gasta el organismo
En una de las ¨²ltimas fases del estudio, cuyos resultados se publicaron el mes pasado, se examin¨® a 53 participantes del programa CALERIE en el Centro de Investigaci¨®n Biom¨¦dica Pennington en Baton Rouge, Luisiana, donde hay cuatro c¨¢maras metab¨®licas de ¨²ltima generaci¨®n. "Son como habitaciones de hotel peque?as y selladas que miden, minuto a minuto, la cantidad de ox¨ªgeno que usan los ocupantes y la cantidad de di¨®xido de carbono que exhalan. Esto permite a los investigadores controlar c¨®mo los ocupantes usan la energ¨ªa con una precisi¨®n sin precedentes", explica Anderson. La relaci¨®n entre el O2 y el CO2, combinada con el an¨¢lisis de nitr¨®geno de la orina, indica si la persona est¨¢ quemando grasas, carbohidratos o prote¨ªnas.
Los participantes del ensayo, de entre 21 y 50 a?os, fueron asignados en dos grupos al azar. Treinta y cuatro de ellos conformaron el grupo de prueba y redujeron su ingesta de calor¨ªas en un promedio del 15%, y otros 19 constituyeron el grupo de control y comieron como de costumbre.
Al final de cada uno de los dos a?os, todos se sometieron a una serie de pruebas relacionadas con el funcionamiento general del metabolismo y los marcadores biol¨®gicos del envejecimiento, como los da?os asociados a los radicales libres. Los datos evidenciaron que las personas que hab¨ªan seguido la dieta hipocal¨®rica empleaban la energ¨ªa de forma m¨¢s eficiente mientras dorm¨ªan que los integrantes del grupo de control. Es decir, requer¨ªan de menos energ¨ªa para mantener el organismo en reposo, porque su masa corporal era menor. Su organismo "se gastaba menos".
Lo ideal, seg¨²n la fisi¨®loga de este centro de Luisiana y autora principal de uno de los estudios, Leanne Redman, ser¨ªa que el estudio se prolongara durante d¨¦cadas, para poder valorar exactamente de qu¨¦ forma redunda esa restricci¨®n cal¨®rica en la esperanza de vida de una persona. Pero pocas personas, a?ade, estar¨ªan dispuestas a seguir esa severa dieta tant¨ªsimo tiempo.
La dieta intermitente puede tener los mismos resultados que la restructiva
Una alternativa ser¨ªa seguir una dieta restrictiva solo unos pocos d¨ªas al mes, lo que ya se est¨¢ estudiando, por ejemplo, en la Universidad del Sur de California en Los ?ngeles y que parece que podr¨ªa dar los mismos resultados, seg¨²n afirma el investigador de esta instituci¨®n, el geront¨®logo Valter Longo, un bioqu¨ªmico italiano al que llaman "el gur¨² de la longevidad", que aboga por una dieta basada en verduras y la pr¨¢ctica de ayunos peri¨®dicos, seg¨²n explic¨® a Nature.
Tambi¨¦n es partidario de esa medida intermedia el doctor en medicina Francisco Mora, catedr¨¢tico de Fisiolog¨ªa Humana en la Universidad Complutense de Madrid, y autor de libros como el reciente Ser viejo no es estar muerto: la emoci¨®n como sentido a una larga vida humana, o el anterior ?Se puede retrasar el envejecimiento del cerebro?: 12 claves. En este ¨²ltimo dedica todo un cap¨ªtulo a las bondades de comer menos, al menos algunos d¨ªas, como v¨ªa para lentificar los procesos degenerativos del cerebro.
"En el cerebro, comer menos tiene como resultado toda una serie de cambios gen¨¦ticos, moleculares y celulares que lo protegen del aumento de los radicales libres que se producen durante el envejecimiento", dice Mora. Entre otras muchas cosas, comer menos tambi¨¦n activa genes que estaban dormidos, relacionados con una mayor agilidad en los procesos mentales, conducta motora, aprendizaje y memoria¡
Y nos protege frente a la incidencia de enfermedades t¨ªpicas de la vejez, en especial las de tipo neurodegenerativo. "Un patr¨®n de ingesta de alimentos alternativo, consistente en comer un d¨ªa la media de la cantidad que se ha ingerido en los ¨²ltimos tres a?os y al siguiente el 20%¨C30% de esa cantidad, puede ser una buena regla para mantener el organismo y el cerebro activos", dice. Unos patrones que pueden adoptarse a cualquier edad y que nos ayudar¨¢n a interiorizar aquello de que hay que comer para vivir, y no a la inversa. Un consejo que, por cierto, se viene dando desde los albores de los tiempos y que recogen muchas religiones. Como dec¨ªa el sabio Cicer¨®n, que la moderaci¨®n sea tu gu¨ªa.
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