Cuesti¨®n de cabezas
DONALD TRUMP ha decidido hacer reformas en su patria y ah¨ª lo tienen, como el que desea cambiar el cuarto de ba?o y se acerca a una tienda de sanitarios para elegir la ba?era o el plato de ducha. El presidente de Estados Unidos se halla en el trance de escoger el tipo de muro que separar¨¢ a su pa¨ªs de M¨¦xico. Observen la variedad de estos muros. No habr¨ªamos podido imaginar que existieran tantos modelos, la verdad. Da pena acordarse del de Berl¨ªn, que desde la perspectiva actual era una chapuza. La industria, en este sector, ha evolucionado much¨ªsimo, casi al mismo ritmo de las inteligencias represoras. Pero tambi¨¦n el que separa Marruecos de Espa?a, que es m¨¢s moderno, nos parece, al ver esta foto, un poco antiguo. Cada d¨ªa descubre uno cosas nuevas. Es posible que exista una asociaci¨®n de fabricantes de muros, incluso que se re¨²nan en un congreso anual para intercambiar experiencias.
¡ªEn mi muro han fracasado 18 alpinistas.
¡ªEn el m¨ªo han perecido 10 asaltantes, porque la parte superior est¨¢ electrificada.
¡ªMe gusta ese ¡ªparece decir Trump¡ª, pero ?podr¨ªan alicat¨¢rmelo hasta el v¨¦rtice?
El se?or que sostiene una especie de cat¨¢logo entre sus manos mira hacia donde se?ala el presidente y parece dudar. Quiz¨¢ est¨¢ a punto de decir que alicat¨¢ndolo, sin ganar en eficacia, se elevar¨ªan los costes. De momento, prefiere callar porque el cliente siempre tiene la raz¨®n y porque no le ha ense?ado a¨²n todo el muestrario, que se extiende m¨¢s all¨¢ de los l¨ªmites de la imagen. Hay cabezas-muro y cabezas-puente, pero parece que van ganando las primeras.?
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