El primer CIS sobre pseudoterapias revela una preocupante desinformaci¨®n de los espa?oles
Los expertos critican la inacci¨®n de las autoridades y avisan: ¡°Se nos viene encima algo muy grave¡±
Los espa?oles est¨¢n instalados en una confusi¨®n importante sobre las pseudoterapias, las llamadas terapias alternativas. Y los expertos alertan de que se trata de una laguna grave, m¨¢s de lo esperado, que puede convertirse en un problema mayor en el futuro.?El ¨²ltimo bar¨®metro del CIS de febrero inclu¨ªa una serie de preguntas sobre la salud de los espa?oles, sus visitas al m¨¦dico y, por primera vez, una docena de cuestiones en torno a t¨¦cnicas y productos como la homeopat¨ªa y el reiki. Aunque las pseudoterapias no han probado su utilidad frente a ninguna enfermedad, las respuestas de los encuestados reflejan un importante desconocimiento entre la sociedad espa?ola de la diferencia que existe entre los tratamientos m¨¦dicos y los falsos remedios.
Por ejemplo, cuando preguntan a los espa?oles por las razones para no usar pseudoterapias (ver gr¨¢fico) como la reflexolog¨ªa o la sanaci¨®n espiritual, las respuestas delatan desconocimiento en el mejor de los casos y muy poco rechazo hacia t¨¦cnicas y productos que no curan. Al agrupar las respuestas que muestran cierto grado de escepticismo hacia estas pr¨¢cticas ¡ª"no sirven", "la medicina es suficiente", "hay mucho timo", "efectos secundarios"¡ª se quedan 27 puntos por detr¨¢s de aquellas respuestas que abren la puerta a usarlas si se dieran las circunstancias ¡ª"las desconoce", "no tiene necesidad", "son caras"¡ª. En la encuesta, muchos espa?oles dicen conocer estas t¨¦cnicas, pero no parece que sepan realmente lo que son y que no funcionan.
"Se confirma en estos datos una clara confusi¨®n; no parece que lo vean como algo ajeno a la ciencia", asegura Josep Lobera, investigador de la Universidad Aut¨®noma de Madrid. Lobera ya trabaj¨® sobre este asunto en el Estudio de Percepci¨®n de la Ciencia, de Fecyt, donde observaron este mismo problema de confusi¨®n y desinformaci¨®n. "Ve¨ªamos gente muy a favor de estas terapias y de la ciencia, a la vez", explica el soci¨®logo, que pone como ejemplo a la homeopat¨ªa: "La mayor¨ªa est¨¢ confundida, piensa que es un medicamento porque se vende en farmacias, con su cajita, su prospecto, hasta se receta...".
Este ¨²ltimo aspecto, el del papel de los profesionales sanitarios, tambi¨¦n se resalta en el bar¨®metro: hasta el 18,4% de los que practican estas pseudoterapias lo hacen con el apoyo de m¨¦dicos o enfermeros y el 14% se informa sobre ellas en centros de salud.
"La gente acude a un profesional porque se supone que te va a ayudar a curarte y con esto te pueden estar alejando de tu oportunidad terap¨¦utica", lamenta Elena Campos, presidenta de la Asociaci¨®n para Proteger a los Enfermos de la Terapias Pseudocient¨ªficas (APETP). "Se pone de relieve la necesidad de informar a la poblaci¨®n en general y tambi¨¦n de realizar cursos de formaci¨®n a los profesionales para que sepan a qu¨¦ se est¨¢n enfrentando. No puedes dar por buena una decisi¨®n que parece informada, pero que en realidad nace de la confusi¨®n", critica Campos.
Este problema que muestra el CIS ya se apuntaba en aquella encuesta de Fecyt, en la que el 53% de los espa?oles se identificaba mucho, bastante o algo con la afirmaci¨®n de que los productos homeop¨¢ticos funcionan. Aunque solo el 7% estaba muy convencido de que funciona, y seg¨²n este CIS rondan el 5% los que la consumen cada a?o, Lobera considera que todas estas respuestas destilan una sensaci¨®n de batiburrillo en la cabeza de los espa?oles. "Las conocen e incluso conf¨ªan, no las usan porque en este momento no tienen necesidad... Me inquieta porque creo que no hay informaci¨®n, la gente no sabe lo que es el m¨¦todo cient¨ªfico, que los medicamentos tienen que probar su eficacia, etc.".
Mujeres y de Podemos
Este CIS muestra datos interesantes sobre el uso real que los espa?oles hacen de muchas de estas pseudoterapias, como que el porcentaje de espa?oles que usan alguna vez al a?o la homeopat¨ªa rondar¨ªa el 5% de la poblaci¨®n. En general, solo un tercio de los espa?oles habr¨ªa usado una de estas terapias alternativas en el ¨²ltimo a?o, pero porque el 20% de ellos habr¨ªan recibido un "masaje terap¨¦utico", que es una denominaci¨®n bastante ambigua. Aunque en la encuesta se mezclan t¨¦cnicas como el yoga, m¨¢s cercanas al bienestar, con falsas t¨¦cnicas sanatorias como el reiki, por lo general son las mujeres las que m¨¢s dicen usarlas. Tambi¨¦n muestra que el consumo de estas t¨¦cnicas y productos no est¨¢ en absoluto re?ido con una buena educaci¨®n, al contrario: el perfil m¨¢s habitual ser¨ªa una mujer con estudios y buen nivel socioecon¨®mico, como tambi¨¦n mostraba la encuesta de Fecyt. Adem¨¢s, destacan los votantes de Podemos. Desde el CIS aseguran que escogieron esta tem¨¢tica para incluir por primera vez varias preguntas en detalle por su intenci¨®n de recoger "aspectos de actualidad de la realidad espa?ola" y que para dise?arla "se consultaron fuentes relativas a la informaci¨®n oficial existente en el Ministerio de Sanidad, y se utiliz¨® tambi¨¦n la encuesta dise?ada para Europa por la Encuesta Social Europea". Carolina Moreno explica que es probable que se hayan mezclado pseudociencias con terapias con cierta base cient¨ªfica y pr¨¢cticas de bienestar para tratar de encontrar patrones distintos.
Cuando se pregunta a los usuarios de estas t¨¦cnicas y al p¨²blico en general por las razones por las que se utilizan (gr¨¢fico), asoma la idea de que son buenas para mantener una vida sana y que llegan all¨ª donde la medicina se queda corta, que destacan como las respuestas m¨¢s repetidas. "Esa percepci¨®n del adjetivo natural, complementario, alternativo como algo beneficioso confunde a la gente. Y los charlatanes se aprovechan, porque dicen que "no hace da?o", que hace sentir bien...", explica Jer¨®nimo Fern¨¢ndez, responsable del Observatorio contra las Pseudociencias de la Organizaci¨®n M¨¦dica Colegial. Fern¨¢ndez, que se me muestra "bastante preocupado" por el papel de su gremio en este problema, alerta de que est¨¢ "calando el discurso de la ineficacia de los tratamientos m¨¦dicos". "La desinformaci¨®n, el desconocimiento, se mezcla todo, aquellas pr¨¢cticas que tienen una base de bienestar, como el yoga, con el reiki que es simplemente un enga?o", lamenta. Y a?ade: "Lo m¨¢s preocupante es la gente que cree, que ya se mueve en el ¨¢mbito de la fe, y deber¨ªa haber tenido una informaci¨®n fiable".
Lobera est¨¢ realizando un estudio a fondo sobre estos creyentes en las pseudoterapias en su grupo de la UAM y se muestra "muy preocupado" por las sensaciones que le transmiten los datos del CIS sumado a la experiencia de su investigaci¨®n. "El problema es mayor de lo que pod¨ªamos pensar, porque en algunos grupos sociales es muy fuerte, como entre universitarios. Cuando hablamos de grupos demogr¨¢ficos con un 15% o un 20% de usuarios, ya es mucha gente", advierte. Adem¨¢s, el nivel de satisfacci¨®n de los usuarios de estas t¨¦cnicas que no curan es por lo general tan elevado como el de los pacientes de m¨¦dicos de cabecera o especialistas, seg¨²n el CIS, lo que da otra pista de que se juzgan desde el ¨¢mbito de las creencias.
"Lo que me preocupa es que nos estamos encontrando con gente que tiene una narrativa propia muy s¨®lida, que ya es casi religioso", alerta Lobera. No est¨¢n en contra de ir al m¨¦dico, no son anticiencia, pero lo ven muy limitado y buscan t¨¦cnicas m¨¢s "iluminadas", explica este soci¨®logo, a quien le ha sorprendido que los usuarios de estas pseudociencias forman redes personales y tejidos argumentales muy firmes, que incluyen muchas ideas en el mismo paquete. "Se nos viene encima algo muy potente, muy grave", advierte.
En la encuesta de Fecyt, se pregunt¨® a los 6.300 encuestados qu¨¦ har¨ªan en caso de tener que operarse por una enfermedad grave. Solo el 1,8% dijo como primera opci¨®n que buscar¨ªa un tratamiento alternativo a la medicina, pero hasta un 17% mencion¨® esta opci¨®n entre todas sus posibilidades. Y aunque el 70% mencion¨® que se fiar¨ªa en exclusiva de los m¨¦dicos, hasta un 26% asegur¨® que se informar¨ªa por su cuenta, un 37% dijo que la opini¨®n de los m¨¦dicos no ser¨ªa determinante y un 33% tendr¨ªa en cuenta la recomendaci¨®n de amigos y familiares. Todas estas respuestas abren la puerta a las pseudoterapias: seg¨²n este bar¨®metro del CIS, el 64% de los usuarios de pseudoterapias accedieron a informaci¨®n sobre ellas entre su c¨ªrculo ¨ªntimo de amigos y conocidos.
"Desde Sanidad ni han hecho una campa?a de concienciaci¨®n, que es algo que venimos pidiendo desde hace un a?o", critica Campos
"Desde hace dos a?os estamos viendo que el consumir estas terapias no tiene que ver ni con el nivel de estudios ni con la influencia de los medios, sino por el boca a boca", explica Carolina Moreno, catedr¨¢tica de la Universidad de Valencia especialista en percepci¨®n social de la salud. Moreno, que coordina el proyecto ESTENAS para el estudio de las terapias alternativas, a?ade que el acceso surge a partir de c¨ªrculos inmediatos y muy en menor media de internet (22%), y que est¨¢ m¨¢s vinculado a factores emocionales que racionales y a la confianza.
"La mayor¨ªa de la gente no tiene clara la diferencia entre la medicina y estas terapias", asegura Moreno. "Deber¨ªa haberse gestionado desde la gobernanza, empezando por Sanidad, que no informa, y que tiene un informe que es un desprop¨®sito con 139 terapias todas mezcladas, sin distinciones claras, una lista largu¨ªsima que no se entiende", critica. Coincide con ella la presidenta de APETP, Elena Campos: "Desde Sanidad ni han hecho una campa?a de concienciaci¨®n, que es algo que venimos pidiendo desde hace un a?o. Por ejemplo, ahora la UE ha tenido que promover una campa?a en favor de las vacunas, porque se ha disparado el sarampi¨®n por los recelos hacia la vacunaci¨®n".
Los datos sociol¨®gicos y el an¨¢lisis de los especialistas recuerdan a casos reales, como el del joven Mario Rodr¨ªguez, que muri¨® tras abandonar la quimio durante semanas por un tratamiento alternativo. Este estudiante de F¨ªsica, que l¨®gicamente no ten¨ªa nada contra la ciencia, lleg¨® a las pseudoterapias por recomendaci¨®n de su entorno, su madre, y el curandero que le trat¨® aseguraba que las vitaminas que le recetaban mejorar¨ªan su bienestar. Estaba tan convencido de la utilidad de estos remedios que los estuvo administrando casi hasta su muerte, que fue cuando se dio cuenta de que se hab¨ªa equivocado al confiar en falsos remedios. Tambi¨¦n recuerda a lo sucedido en Granada en 2010, cuando un brote de sarampi¨®n evidenci¨® una red s¨®lida de familias contrarias a la vacunaci¨®n que oblig¨® a intervenir a un juez para obligarlas. Son situaciones reales, advertencias que muestran que no se han establecido los cortafuegos necesarios para evitar que se extienda la desinformaci¨®n pseudocient¨ªfica. "Gracias al CIS ya tenemos los datos", apunta Campos, "espero que ahora act¨²en los pol¨ªticos".
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