Bachar el Qu¨ªmico
El uso de gas sar¨ªn contra la poblaci¨®n civil es una exhibici¨®n de impunidad y un desaf¨ªo
Bachar es peor que Al¨ª, el qu¨ªmico de Sadam Hussein. M¨¢s peligroso que Abu Bakr, el falso califa del falso califato terrorista. En dimensiones globales, anda a la zaga y quiz¨¢s supera a Osama, el ¨²nico de los cuatro de quien no se conoce que haya usado armas qu¨ªmicas, aunque lo hubiera hecho a gusto de tenerlas.
Al talento genocida de Al¨ª Hassan al Mayid, primo de Sadam y destacada figura del r¨¦gimen, se debe la matanza de Halabja, en 1988, donde murieron entre cuatro y cinco millares de civiles kurdos atacados con gas mostaza. Sobre las espaldas de El Asad recae la responsabilidad de decenas de ataques qu¨ªmicos desde que empez¨® la revuelta siria en 2011, cuyas v¨ªctimas forman parte del medio mill¨®n de vidas perdidas en la guerra civil de la que ¨¦l es el primer y principal responsable.
La Organizaci¨®n para la Prohibici¨®n de las Armas Qu¨ªmicas, que recibi¨® el Nobel de la Paz en 2013, ha documentado 85 ataques qu¨ªmicos en Siria, aunque tiene constancia de que han sido muchos m¨¢s. Solo tres son imputables al Estado Isl¨¢mico, uno a una guerrilla de la oposici¨®n al r¨¦gimen y m¨¢s de 50 han sido s¨®lidamente acreditados como obra de Bachar el Asad.
A la perversi¨®n de estas armas se a?ade la perversi¨®n del gas sar¨ªn, utilizado al menos en dos ocasiones por El Asad, la ¨²ltima este pasado fin de semana en Duma. Este agente qu¨ªmico no tiene doble uso y su fabricaci¨®n est¨¢ expresamente prohibida puesto que se encarga estrictamente con fines b¨¦licos.
El uso de este tipo de armas no es una casualidad o un descuido. Al contrario, es toda una exhibici¨®n de impunidad y un desaf¨ªo, despu¨¦s de que Barack Obama obtuviera en 2013 el compromiso de Vlad¨ªmir Putin de su total eliminaci¨®n en Siria y de que Donald Trump intentara restaurar, con el lanzamiento de 59 misiles, la capacidad disuasiva de Estados Unidos hace un a?o cuando El Asad volvi¨® a utilizarlas en Jan Sheijun en 2016.
Los agentes qu¨ªmicos pertenecen a la temible segunda divisi¨®n de las armas de destrucci¨®n masiva, a cuya primera clase pertenecen las nucleares. Ambas son instrumentos y emblemas m¨¢ximos de una soberan¨ªa nacional que se sit¨²a por encima de organizaciones y legislaciones internacionales. Putin y El Assad usan las de segundo rango ¡ªen Salisbury para liquidar al agente traidor Sergu¨¦i Skripal o en Duma para echar a la poblaci¨®n civil y culminar la victoria sobre los rebeldes¡ª ante la imposibilidad de acudir directamente a las de mayor capacidad destructiva.
La verborrea de Trump no esconde la dificultad de una respuesta adecuada. La pasada semana quer¨ªa retirarse de Siria y esta se estrena John Bolton como consejero de Seguridad, un halc¨®n que se equivoc¨® en todas las guerras anteriores. De ah¨ª que, en un mundo desgobernado como el actual, Bachar el Qu¨ªmico sea m¨¢s peligroso que Bin Laden. Si me tocan, est¨¢ dici¨¦ndonos, voy a mandar m¨¢s refugiados hacia Europa. Tambi¨¦n lo va a hacer si no se le asegura su futuro ni se le paga la reconstrucci¨®n. Si hay misilazos estadounidenses, algunos evocar¨¢n la cortina de humo. Pero que nadie cometa errores de bulto. El Assad tambi¨¦n es mucho peor que Trump.
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