La portentosa voz de Malala
La ni?a castigada por los talibanes por querer estudiar reivindica el valor de la educaci¨®n
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Ten¨ªa 17 a?os, la persona m¨¢s joven que sub¨ªa a recoger un Premio Nobel, aupada en sus altos tacones, gracias a los cuales consigui¨® medir cinco pies y dos pulgadas. Ni un murmullo en el auditorio al escuchar la decidida voz de Malala, la ni?a paquistan¨ª a quien los talibanes hab¨ªan descerrajado el cr¨¢neo por su empecinamiento en querer estudiar. Escuch¨¢ndola, entre el ilustre p¨²blico, tambi¨¦n estaban Shazia y Kainat Riaz, disparadas junto a ella en el valle de Swat. Y Kainat Somro, otra amiga del alma cuyo hermano fue asesinado por los terroristas. ¡°Sobrevivimos. Y desde aquel d¨ªa nuestras voces no han hecho m¨¢s que crecer¡±. La ni?a cont¨® su historia porque, dijo, era la de muchas otras.
Sus padres le llamaron Malala porque en past¨²n significa ¡°inmersa en la pena¡±, ¡°triste¡±. Quiz¨¢s se quedaron cortos ante la desesperanza que sinti¨® cuando, reci¨¦n cumplidos los 10 a?os, los talibanes arrasaron 400 escuelas, prohibieron a las ni?as ir a las aulas y devastaron sus grandes sue?os de alcanzar la educaci¨®n reservada para los chicos. Inmersa en la pena porque ya no pod¨ªa pintarse en las manos las ecuaciones matem¨¢ticas con henna, en el aula, junto a sus amigas. Los terroristas quisieron borrarle el mundo de los colores y el aroma del tinte a hojas secas, flores olorosas, racimos de frutos. Las aldeas al norte de Pakist¨¢n ol¨ªan a destrucci¨®n y metralla. Con la ayuda de su padre, un gran profesor y mejor hombre, protector de un colegio de ni?as, comenz¨® a escribir en urdu un blog en la BBC. ¡°Ten¨ªa dos opciones: una era callarme y esperar a que me matasen; la otra, hablar alto y que me matasen. Decid¨ª hablar alto¡±. A los 12 a?os, aquel 9 de octubre de 2012, el estruendo del disparo que le atraves¨® la cabeza le pint¨® la vida en negro. Despert¨® en Reino Unido, y salv¨® la vida ante la conmoci¨®n mundial.
Su amiga siria Mezun tuvo que huir de Siria a un campo de refugiados de Jordania. Su amiga nigeriana Amina conoci¨® c¨®mo Boko Haram secuestra a ni?as de las escuelas, las viola, las hace desaparecer, las mata por el delito de querer estudiar. Malala dice que matan a estudiantes y maestras porque el poder de la voz de las mujeres les asusta. Es cierto que su af¨¢n es apartarlas de la educaci¨®n. Sucede con millones de ni?as que no van a la escuela. Otras, en muchas partes del mundo, son expulsadas del saber sin ni siquiera conocer c¨®mo escribir su nombre, porque sus padres, hermanos, tribus, soldados, manadas de animales, deciden traficar con ellas. Pienso en las peque?as de nueve o diez a?os obligadas a contraer matrimonios forzosos, sufridoras de maridos-amos y embarazos prematuros. Eso le pas¨® a la gran amiga de Malala que so?aba con ser m¨¦dica y fue entregada a un hombre a los 12 a?os. A mi mente vienen tambi¨¦n las peque?as ni?as embarazadas cuyos diminutos cuerpos revientan con dolorosas f¨ªstulas, lo que les supone el repudio marital y familiar. Ninguna de estas peque?as sabe lo que es cumplir un sue?o.
Las ni?as representan el mayor grupo de exclusi¨®n del planeta, discriminadas con el? silencio de reg¨ªmenes pol¨ªticos o religiosos?
Las ni?as representan el mayor grupo de exclusi¨®n del planeta, dram¨¢ticamente discriminadas con el c¨®mplice silencio de los reg¨ªmenes pol¨ªticos o religiosos en los que viven. Por eso, hoy, me reconforta saber que Malala se ha sentido feliz y emocionada al visitar su tierra natal de Pakist¨¢n, pero ha vuelto a la Universidad de Oxford a seguir estudiando Econom¨ªa, Filosof¨ªa y Ciencias Pol¨ªticas. All¨ª tuvo que formarse tambi¨¦n Benazir Bhutto, la primera mujer que se convierte en primera ministra de Pakist¨¢n. En los d¨ªas previos a su elecci¨®n, el l¨ªder isl¨¢mico Mohammed Amin Minhas afirm¨® que ¡°una naci¨®n que escoge a una mujer para liderar su Gobierno no prosperar¨¢¡±. De los dos primeros cap¨ªtulos del Cor¨¢n, Malala aprendi¨® dos palabras: la primera fue iqra, que significa lee, y la segundawal-qalam,</CF> con la pluma.
Un a?o antes de recibir el Nobel, el d¨ªa en que cumpl¨ªa 16 a?os, Naciones Unidas la acogi¨® para conmemorar el D¨ªa de Malala. La debilidad, el miedo y la desesperanza hab¨ªan muerto ¡ªafirm¨® ella¡ª, porque en su lugar hab¨ªan nacido el poder y el coraje. Si podemos llegar a la Luna, y aterrizaremos en Marte, este siglo XXI debe convertir en realidad el sue?o de una educaci¨®n de calidad para todos, es la ¨²nica soluci¨®n. Fue como argument¨® que ¡°un ni?o, un maestro, un libro y un l¨¢piz pueden cambiar el mundo¡±. Ella es el caso.
Gloria Lomana es periodista y analista pol¨ªtica. Acaba de publicar Juegos de poder.
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