Municipios morosos

La pol¨ªtica de estabilizaci¨®n financiera del Gobierno ha ofrecido hasta ahora resultados manifiestamente mejorables. Es verdad que, por fin, se ha conseguido controlar el d¨¦ficit p¨²blico en los l¨ªmites fijados (generosamente ampliados) por Bruselas, despu¨¦s de una evoluci¨®n de las cuentas p¨²blicas que ha da?ado los par¨¢metros de protecci¨®n social y de haber incumplido sistem¨¢ticamente los objetivos desde 2012. Pero tambi¨¦n es cierto que la gesti¨®n presupuestaria ha debilitado la posici¨®n financiera en t¨¦rminos generales; el volumen de la deuda espa?ola, duplicado en los ¨²ltimos cinco a?os, ser¨ªa un grave h¨¢ndicap para el conjunto de la econom¨ªa en caso de una nueva crisis global de los mercados.

La advertencia del Ministerio de Hacienda a 14 entidades locales (13 ayuntamientos m¨¢s la Diputaci¨®n de C¨¢diz) permite entrever que por debajo de la euforia oficial por el control del d¨¦ficit aparecen grietas en la coordinaci¨®n financiera de las instituciones p¨²blicas. Catorce ayuntamientos es una cantidad ¨ªnfima en relaci¨®n con el total de municipios, pero ratifica que los efectos del despilfarro p¨²blico anterior a la crisis no se han superado todav¨ªa. Es probable que algunos de ellos no puedan remontarlos y tengan que entrar en programas especiales de ayuda.

Pero lo m¨¢s llamativo en el requerimiento perentorio de Hacienda (intervendr¨¢ los ingresos de los ayuntamientos se?alados para pagar directamente a los proveedores si no corrigen su morosidad) es la pertinacia de Hacienda en tratar los s¨ªntomas (lo cual est¨¢ bien) y olvidarse de las causas (lo cual est¨¢ mal). La seca advertencia a los ayuntamientos deber¨ªa ir acompa?ada de una mejora en los sistemas de financiaci¨®n municipal. Los municipios necesitan fuentes estables de ingresos que, a pesar de su esfuerzo en la reducci¨®n del d¨¦ficit, no tienen. De hecho, esa mejora deber¨ªa haberse producido, o al menos negociado, ya.