¡°Si yo escalo el Everest con una pierna, mi escuela podr¨¢ seguir abierta¡±
Jarah Alhawamdeh es un escalador palestino al que amputaron con 15 a?os por un c¨¢ncer ¨®seo. Ahora lucha para que los recortes de Trump no supongan el cierre de la escuela de refugiados donde creci¨®
Cuando ten¨ªa 15 a?os, Jarah Alhawamdeh, refugiado palestino, fue diagnosticado con c¨¢ncer de huesos y tuvieron que amputarle una pierna. Durante las noches en las que dur¨® su tratamiento sufri¨® insomnio y en su cabeza, siempre se repet¨ªa el mismo pensamiento: quer¨ªa escalar monta?as. "Y cuando tienes ese sue?o, siempre tienes el Everest en mente", apunta el joven de 22 a?os. Cuenta su historia v¨ªa mail, en uno de los pocos momentos en los que ha conseguido encontrar un hilo de conexi¨®n a la red, porque finalmente est¨¢ cumpliendo esa meta con la que so?¨® tantas noches. Se ha propuesto llegar al campamento base de la monta?a m¨¢s alta del mundo, que se encuentra a m¨¢s de 5.000 metros de altura.
Detr¨¢s de esta historia de empe?o por alcanzar algo por imposible que parezca, hay un segundo objetivo: salvar la escuela del campo de refugiados en el que creci¨®, en Jordania. El colegio gestionado por la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Pr¨®ximo (UNWRA) est¨¢ en peligro "debido a la crisis financiera a la que se enfrenta la entidad tras la dr¨¢stica reducci¨®n de fondos de la administraci¨®n de Trump". Estados Unidos sostiene con 360 millones de d¨®lares un tercio del presupuesto anual de la UNRWA y en enero anunci¨® que congelaba una sexta parte de su aportaci¨®n.
La agencia y Jarah se han unido para pedir donaciones con el fin de mantener el centro abierto y ¨¦l ha decidido cumplir este reto para llamar la atenci¨®n sobre la campa?a. "Con mi ejemplo quiero inspirar, ense?ar que nada es imposible. Si yo puedo escalar el Everest, podemos conseguir dinero para mantener la escuela abierta", afirma. La meta es llegar hasta el mill¨®n de euros para que las puertas del colegio no cierren y m¨¢s de 700 ni?os puedan seguir recibiendo una educaci¨®n.
Jarah pertenece a una familia de refugiados de Palestina, que se instal¨® en al-Jofeh, en Jordania. Creci¨® escuchando las historias de c¨®mo sus abuelos se vieron obligados a abandonar su hogar y c¨®mo siempre tuvieron la esperanza de poder regresar. Tras su operaci¨®n, Jaran necesitaba una silla de ruedas para moverse y no pod¨ªa subir las escaleras de su escuela, as¨ª que el colegio traslad¨® a toda su clase al primer piso para que ¨¦l pudiera asistir. El deporte se convirti¨® para Jarah en una v¨ªa de escape para enfrentarse a las adversidades y solo dos a?os despu¨¦s de su amputaci¨®n, ya se hab¨ªa convertido en alpinista.
Para cumplir su prop¨®sito Jarah se ha sometido a un duro entrenamiento de cinco horas diarias para soportar la altura y las largas sesiones de escalada que pueden durar hasta 12 horas por d¨ªa. En 2015, Jarah ya ascendi¨® el Kilimanjaro (5,100 metros), en Tanzania. Su aventura comenz¨® el 2 de abril y aprovecha cada ocasi¨®n para relatar sus avances a trav¨¦s de sus redes sociales.
"La educaci¨®n lo es todo para m¨ª. El cierre de las escuelas crear¨¢ toda una generaci¨®n de ni?os sin acceso a la educaci¨®n", se?ala el escalador. Seg¨²n los ¨²ltimos datos aportados por la agencia en 2016, en los cinco a?os previos casi la mitad de las 692 escuelas de UNRWA "se hab¨ªan visto afectadas, atacadas o inutilizadas por el conflicto o la violencia". En Jordania, UNRWA dirige 172 colegios para m¨¢s de 119.000 estudiantes. El pa¨ªs acoge a m¨¢s de dos millones de refugiados palestinos.
Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter y Facebook e Instagram, y suscribirte aqu¨ª a nuestra newsletter.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.