Por qu¨¦ la ciencia funciona en EE UU (y no en Espa?a)
Investigadores espa?oles en EE UU reclaman el aumento de la financiaci¨®n, el fomento de la excelencia de nuestros investigadores e instituciones y la implementaci¨®n de una gesti¨®n m¨¢s eficaz para mejorar la ciencia en Espa?a
La fragilidad del actual modelo socioecon¨®mico en Espa?a ha quedado patente en la ¨²ltima d¨¦cada, y cada vez se oyen m¨¢s voces reclamando un papel relevante de la investigaci¨®n y la innovaci¨®n en el modelo productivo. La realidad sin embargo, es que la ciencia en Espa?a est¨¢ en crisis. ?Por qu¨¦? Los cient¨ªficos espa?oles han demostrado estar plenamente capacitados para asumir los retos que la sociedad les asigne. Solo a modo de ejemplo, en Estados Unidos, cuyo liderazgo cient¨ªfico est¨¢ fuera de toda duda, la Asociaci¨®n de Cient¨ªficos Espa?oles en EE UU (ECUSA) cuenta con m¨¢s de mil investigadores espa?oles repartidos en cerca de cien centros de investigaci¨®n a lo largo de todo el territorio estadounidense. Sin embargo, Espa?a no cuenta con un sistema que sepa atraer y retener ese capital humano, de forma que asistimos con impotencia a la salida de gran parte de una generaci¨®n de cient¨ªficos espa?oles que, en numerosas ocasiones en contra de su voluntad, tienen que buscar acomodo profesional en sociedades m¨¢s receptivas, y con mayor n¨²mero de medios y financiaci¨®n para desarrollar su labor.
Desde el grupo de trabajo de pol¨ªtica cient¨ªfica de ECUSA, y como investigadores espa?oles en EE UU, vemos con preocupaci¨®n esta situaci¨®n. Desde la perspectiva que da desarrollar nuestra actividad cient¨ªfica en una sociedad como la estadounidense, hemos tratado de sintetizar algunos de los cambios m¨¢s relevantes que creemos deber¨ªan ponerse en marcha en Espa?a para que la ciencia, la innovaci¨®n y la tecnolog¨ªa generen el conocimiento necesario y sirvan de motor para un nuevo modelo productivo. En nuestra opini¨®n, la mejora del sistema cient¨ªfico en Espa?a deber¨ªa sostenerse en tres pilares: el aumento de la financiaci¨®n, el fomento de la excelencia de nuestros investigadores e instituciones, y la implementaci¨®n de una gesti¨®n m¨¢s eficaz.
La ciencia en Espa?a se encuentra objetivamente infradotada. La inversi¨®n en Espa?a en I+D+i en 2017 fue de 1,19% de su PIB, incluso menor que la del 2015 (1,22%), mientras que la media europea se encuentra en torno al 2,03% y Estados Unidos al 2,7% del PIB. Esto demuestra una clara falta de compromiso por parte de los sucesivos gobiernos con la ciencia y la investigaci¨®n. Por lo tanto, el primer paso en la implementaci¨®n de cualquier reforma del sistema de investigaci¨®n espa?ol tiene que pasar por dotar a la I+D+i espa?ola de una financiaci¨®n mayor, que deber¨ªa converger con la media europea. Este significativo aumento de financiaci¨®n deber¨ªa estar apoyado en un consenso de los principales grupos pol¨ªticos, de forma que no est¨¦ sujeto a cambios de gobierno. Adem¨¢s de la financiaci¨®n p¨²blica, es necesario favorecer la participaci¨®n de financiaci¨®n privada. Esta interrelaci¨®n entre el sector p¨²blico y privado ayuda a crear el contexto adecuado para que la ciencia y la tecnolog¨ªa se desarrollen plenamente, desde su investigaci¨®n m¨¢s fundamental hasta su aplicaci¨®n e impacto social. Sin embargo, es muy importante se?alar que la financiaci¨®n p¨²blica es la base fundamental del desarrollo cient¨ªfico de cualquier pa¨ªs, especialmente en lo que a ciencia b¨¢sica se refiere. Incluso en EE UU, donde la actividad privada tiene una importancia fundamental en el funcionamiento del pa¨ªs, su ciencia, que es l¨ªder mundial, descansa fundamentalmente en fondos p¨²blicos que son entendidos como una prioridad nacional, con gran respaldo de todos los grupos pol¨ªticos.
Una de las diferencias m¨¢s evidentes en las instituciones de investigaci¨®n estadounidenses frente a las espa?olas es el sistem¨¢tico reconocimiento y apoyo al talento y la excelencia investigadora. El sistema estadounidense logra que el talento sea reconocido personal y p¨²blicamente. Esto se lleva a cabo a trav¨¦s de un sistema de investigaci¨®n muy competitivo, que adopta medidas de fomento de la calidad. En Espa?a, sin embargo, el modelo regulatorio de las universidades p¨²blicas espa?olas fue dise?ado con fines diferentes y no favorece la competitividad entre las universidades sino la homogenizaci¨®n. Esto puede ser positivo respecto a la misi¨®n educativa de las universidades p¨²blicas, pero puede estar perjudicando la calidad de la investigaci¨®n. Adem¨¢s, el actual sistema de incentivos a investigadores en Espa?a es insuficiente para reconocer y fomentar la excelencia de forma adecuada. Por lo tanto, respetando la esencia del modelo actual, es necesario profundizar en medidas que permitan un reconocimiento de las instituciones m¨¢s productivas en investigaci¨®n, y fomentar una excelencia cient¨ªfica real, y no simb¨®lica, tanto de investigadores como de las instituciones, mediante un adecuado sistema de incentivos.
Asistimos con impotencia a la salida de gran parte de una generaci¨®n de cient¨ªficos espa?oles que, en numerosas ocasiones en contra de su voluntad, tienen que buscar acomodo profesional en sociedades m¨¢s receptivas, y con mayor n¨²mero de medios y financiaci¨®n para desarrollar su labor
Un paso clave en el fomento de la excelencia de investigaci¨®n es la b¨²squeda y captaci¨®n de talento. Este aspecto es especialmente relevante para la universidad espa?ola, puesto que por su tama?o representa la instituci¨®n con mayor capacidad de contrataci¨®n y generaci¨®n de estabilidad laboral en Espa?a. Si queremos que la calidad de la universidad capte talento y crezca en excelencia es imprescindible revisar profundamente los criterios y los mecanismos de captaci¨®n, y equipararlos en transparencia y flexibilidad con los utilizados en instituciones de otros pa¨ªses. Esto es especialmente importante en el caso de plazas de ayudante o contrato doctor que actualmente representan el paso inicial de entrada hacia una carrera acad¨¦mica m¨¢s estable.
Cuando se compara con instituciones internacionales similares, resulta sorprendente la falta de divulgaci¨®n y publicidad de las plazas abiertas a concurso, as¨ª como el cort¨ªsimo plazo de solicitud para las mismas y, en general, el r¨ªgido sistema altamente burocratizado del proceso de selecci¨®n. Sirva como ejemplo que con el actual sistema, un hipot¨¦tico cient¨ªfico que haya sido galardonado con el premio Nobel no podr¨ªa presentarse a una plaza en la universidad espa?ola al no disponer de la acreditaci¨®n de la Agencia Nacional de Evaluaci¨®n de la Calidad y Acreditaci¨®n (ANECA), tedioso proceso de acreditaci¨®n que puede llevar meses, y que en un contexto internacional resulta inaudito e incluso dif¨ªcil de explicar a investigadores internacionales que quieran venir a Espa?a. En este sentido, es necesario que, a todos los niveles de gesti¨®n de la ciencia en Espa?a, incluido el uso de fondos de investigaci¨®n o la contrataci¨®n de personal, se implementen mecanismos menos burocr¨¢ticos, m¨¢s flexibles y que consideren el funcionamiento real de la actividad cient¨ªfica, as¨ª como las necesidades de los investigadores.
Creemos que nuestro diagn¨®stico coincide a grandes rasgos con los realizados por otras entidades, como la Confederaci¨®n de Sociedades Cient¨ªficas de Espa?a, el Colectivo Carta por la Ciencia, o la comisi¨®n de expertos para la reforma del sistema universitario espa?ol. Todos estamos de acuerdo en que la ciencia es esencial para el desarrollo econ¨®mico y social de Espa?a, as¨ª como para la generaci¨®n de bienestar. Creemos que adem¨¢s existe un consenso entre los ciudadanos para que as¨ª sea. Es hora de que un gran pacto por la ciencia lo haga posible.
Este art¨ªculo recoge ¨²nicamente opiniones, conclusiones y comentarios de los autores firmantes a t¨ªtulo personal, algunas de las cuales se elaboraron tras el debate realizado dentro del grupo de pol¨ªtica cient¨ªfica sobre medidas necesarias para la mejora del sistema espa?ol. Estos temas se expusieron y debatieron en las sesi¨®n de pol¨ªtica cient¨ªfica realizada en el 2 Congreso de ECUSA celebrado en Junio 2017, Boston (MIT). El art¨ªculo completo elaborado por el grupo de trabajo de pol¨ªtica cient¨ªfica de ECUSA se encuentra en la p¨¢gina de ECUSA.
Santiago Cuevas es director del grupo de pol¨ªtica cient¨ªfica de ECUSA y Senior Staff Scientist en el Children¡¯s National Health System en Washington (EE UU).
Jos¨¦ Daniel Anad¨®n es Assistant Professor en el Queens College, City University of New York de Nueva York (EE UU).
Pablo Villoslada MD es Senior Medical Director en el Late Clinical Development Neuroscience Genentech Inc de San Francisco (EE UU).
Francisco Martin-Martinez es presidente de ECUSA. Es investigador cient¨ªfico del Massachusets Institute of Technology de Cambridge (EE UU).
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