Natasha Lamb, el azote de la brecha salarial

En Manchester-by-the-Sea, un peque?o pueblo de la costa de Nueva Inglaterra que se ha hecho famoso gracias a la pel¨ªcula del mismo nombre protagonizada por Casey Affleck, se encuentra la oficina de Arjuna Capital, una particular firma de inversi¨®n que se dedica a presionar a compa?¨ªas como Google, Facebook o JPMorgan para que aborden cuestiones sociales y medioambientales. Arjuna es un fondo inversor activista, como se conoce en el mundo de las finanzas a las sociedades que entran en el accionariado de una compa?¨ªa y usan su voz y su voto para exigir cambios.

El proceso es el siguiente: en representaci¨®n de sus clientes, registran una propuesta y solicitan que se vote en la junta de accionistas. En 2014 Arjuna ¡ªque por entonces apenas ten¨ªa un a?o de vida¡ª sali¨® victoriosa de su tira y afloja con Exxon, la mayor compa?¨ªa de petr¨®leo y gas del mundo, para que presentase un informe sobre el impacto ambiental derivado de su actividad. Para ?Natasha Lamb, directora de Arjuna, los datos siempre son una palanca para que las compa?¨ªas se vean obligadas a hacer algo. ¡°La luz es el mejor desinfectante¡±, asegura.

Lamb ha peleado con Exxon, una compa?¨ªa notoriamente esc¨¦ptica con el cambio clim¨¢tico, o m¨¢s recientemente con Facebook, para ?pedirles que tomasen medidas contra las fake news, pero si por algo se conoce en el mundo financiero a Lamb (Marblehead, Massachusetts, 1982) es por encarnar el azote de la desigualdad salarial.

¡°Muchos ven la igualdad como una amenaza, pero con ella todos ganan. Los beneficios de las empresas aumentan¡±

¡°[La comediante] Sarah Silverman lo expres¨® muy bien en la pasada gala de los Oscar. Dijo: ¡®Solo es igualdad, no hay nada que temer¡­¡¯. Pero lo temen. Muchos lo ven como una amenaza a su poder personal, y es la forma equivocada de verlo porque todo el mundo gana con la igualdad. La toma de decisiones mejora, la compa?¨ªa va mejor y los beneficios suben. Es beneficioso para todos. Ese es el argumento que siempre damos¡±, explica.

Lamb, casada y con dos hijos, creci¨® en un pueblo costero de Massa?chusetts, de esos en los que todos los vecinos se saludan y salen a navegar, hasta que su familia se mud¨® a una de las zonas m¨¢s pobres de Maine, algo que, cuenta, le marc¨®. Tom¨® conciencia de las diferencias de clase. Licenciada en Relaciones Internacionales, complet¨® su formaci¨®n con un m¨¢ster en direcci¨®n de empresas y siempre ha trabajado en el sector de la inversi¨®n sostenible.

La oficina de Arjuna es una coqueta casa baja en una calle cercana, como no podr¨ªa ser de otro modo, al mar. Lamb sirve t¨¦ y cita los estudios que demuestran que la falta de diversidad es enemiga del negocio.

Pero quiz¨¢ esa reacci¨®n defensiva masculina sea m¨¢s pragm¨¢tica de lo que parece. El inversor y fil¨¢ntropo Warren Buffett dijo una vez que entre las razones de su enorme ¨¦xito estaba el hecho de que, en su d¨ªa, solo hab¨ªa tenido que competir con la mitad de la poblaci¨®n. ¡°Es un enfoque miope, que cree: ¡®Si yo gano, t¨² pierdes¡±.

¡ªPero es generoso y feminista admitir que las mujeres no tuvieron las mismas oportunidades que ¨¦l.

¡ªS¨ª, est¨¢ reconociendo su propio privilegio. Buffett gan¨® mucho dinero invirtiendo en empresas. Y si las mujeres progresan y obtienen un sueldo justo, la econom¨ªa se expandir¨¢, y el negocio de esas empresas, tambi¨¦n.

Lamb empez¨® a dar la batalla con la brecha salarial en 2014 y es consciente del impulso que la ola feminista del ¨²ltimo a?o est¨¢ brindando a sus reivindicaciones, pero a¨²n queda camino por recorrer. En cada uno de los casos que Arjuna ha librado ¡ªde Google a Apple, pasando por Amazon o Walmart¡ª, cuenta, siempre hay un momento en el que se topa contra un muro. En 2017 lanzaron una campa?a para que seis instituciones financieras ¡ªBank of America, MasterCard, American Express, ?JPMorgan, Wells Fargo y Citi¡ª publicasen la diferencia salarial entre hombres y mujeres. Y apareci¨® el muro. Todas rechazaron revelar cualquier tipo de dato interno e incluso la posibilidad de implementar pol¨ªticas que pusieran fin a la desigualdad. Un a?o despu¨¦s volvi¨® a la carga. Esta vez se lo pidieron a nueve. Para entonces hab¨ªan surgido algunas leyes a nivel estatal de igualdad salarial, y Citi fue el primero en ceder a la presi¨®n y comprometerse con el cambio. ¡°Y luego vinieron Bank of America, Wells Fargo, JPMorgan, MasterCard¡­¡±, precisa.

Los datos de Citi pusieron de manifiesto que las mujeres cobraban solo un 1% menos que los hombres, un porcentaje sorprendentemente peque?o. ¡°Hemos logrado que las compa?¨ªas publiquen la brecha del salario por mismo trabajo, misma antig¨¹edad y mismo lugar¡±, aclara Lamb. ¡°En algunas compa?¨ªas, como Apple, salieron con que estaban pagando a las mujeres el 99% de lo que pagaban a los hombres por el salario base, pero nosotros presionamos para ir m¨¢s all¨¢: quer¨ªamos que revelasen los bonus, las acciones¡­ En el sector tecnol¨®gico esta es una parte muy importante del puzle¡±, a?ade.

Hay quienes argumentan que, si fuera cierto que una mujer hace el mismo trabajo que un hombre por menos dinero, las empresas solo querr¨ªan contratar a mujeres. ¡°Ese es el motivo por el que las mujeres acaparan puestos de cajeras u otros trabajos de salarios bajos. Hace a?os, en una reuni¨®n de inversores en Boston, conoc¨ª al due?o de una firma de inversi¨®n con sede en Londres que me dijo: ¡®Yo solo contrato a mujeres y madres porque les puedo pagar menos y hacen toda la investigaci¨®n que necesito¡¯. Y yo, que quer¨ªa tener flexibilidad, que quer¨ªa tener hijos, por entonces pens¨¦: ¡®Quiz¨¢ deber¨ªa trabajar para ¨¦l¡­¡¯. Lo cual es una estupidez, pero demuestra lo que estamos dispuestas a aceptar¡±.

¡ª?Menos sueldo?

¡ªTendr¨ªamos que aceptar el mismo sueldo y seguir subiendo en el escalaf¨®n. Estamos acostumbrados a o¨ªr: ¡°Un 20% de mujeres en el consejo de administraci¨®n¡±, y ?no! Deber¨ªa haber un 50% de mujeres en el consejo porque somos el 50% de la poblaci¨®n. Esta inercia se mantiene porque los hombres son mayor¨ªa en la toma decisiones de contrataci¨®n o de promoci¨®n, y la psicolog¨ªa nos dice que la gente tiende a gravitar hacia sus semejantes.

Las gigantescas dimensiones de las empresas con las que lidia Arjuna Capital contrastan con el humilde tama?o de esta firma fundada por Lamb junto a dos socios m¨¢s, Farnum Brown y Adam Seitchik: tan solo tiene nueve empleados y gestiona 200 millones de d¨®lares de inversores, entre los que figuran personas del mundo de la educaci¨®n y de la industria musical, incluidas algunas celebridades. Todas ellas cubiertas por un manto de confidencialidad, matiza, con la excepci¨®n de Krist Novoselic, bajista de Nirvana, que form¨® parte del grupo de inversores que pidieron a Facebook que explicara qu¨¦ medidas estaba tomando para luchar contra el acoso sexual, el discurso de odio o la desinformaci¨®n.

Con un equipo de nueve, por tanto, no puede haber paridad exacta. ¡°Mis socios son hombres, pero las empleadas son todas mujeres en este momento. No fue deliberado¡±.

¡ª?Fue solo meritocracia?

¡ªS¨ª, pero no quiere decir que vaya a ser siempre as¨ª. Es una rareza ver a tantas mujeres en una empresa financiera.