10 novelas sobre maternidad para regalar el D¨ªa de la madre
Y es que no hay maternidad m¨¢s real que la que ilustran las propias mujeres en sus obras con palabras y reflexiones que las alejan de los clich¨¦s y de esa imagen beat¨ªfica
?ltimamente, ll¨¢menlo inter¨¦s o deformaci¨®n profesional, me ha dado por leer mucha literatura sobre maternidad y escrita por mujeres. Y es que no hay maternidad m¨¢s real y madre m¨¢s ver¨ªdica que la que ilustran las propias mujeres en sus obras con palabras y reflexiones que las alejan de los clich¨¦s y de esa imagen beat¨ªfica, blanca impoluta, de perfecci¨®n, con la que las suelen almibarar los escritores al rememorar su yo ni?o.
¡°La verdad, como casi siempre, es gris, de un gris con un v¨¦rtigo de matices¡±, suele decir y escribir Javier Cerc¨¢s. Y no hay un personaje m¨¢s gris (en su huida del blanco y del negro) y con m¨¢s matices que una madre, aunque desde la literatura (dominada por los hombres) y desde otras artes, como el cine, siempre nos hayan querido vender esa imagen un¨ªvoca e incorruptible de la MADRE. En may¨²sculas.
¡°Las madres no escriben, est¨¢n escritas¡±, escrib¨ªa Susan Rubin Suleiman. ¡°Para los hijos, para los hombres ausentes y para nosotras mismas, solo somos madres¡±, redactaba por su parte Jane Lazarre. Ambas reflexiones explican por s¨ª solas la ausencia hist¨®rica del yo materno en la literatura. Una ausencia que escritoras y editoriales se han encargado en los ¨²ltimos a?os de atenuar. Por el bien de una figura, la de la madre, que se aprecia mucho mejor en sus matices.
El yo materno
Maternidad y creaci¨®n (Alba editorial): ¡°Tuve mi primer hijo a los 38 a?os, un beb¨¦ con c¨®licos que no dorm¨ªa de noche. Al no estar preparada para los rigores de la crianza, ni siquiera para los del beb¨¦ ¡°bueno¡±, me vi sumida en una crisis (¡) Le¨ª para romper con el aislamiento, para inspirarme, seguir adelante y sentirme mejor; para vivir la gratificante experiencia de ver mi propia existencia reflejada de manera v¨ªvida en un espejo¡±, escribe en la introducci¨®n la fot¨®grafa Moyra Davey. De esas lecturas surgi¨® Maternidad y creaci¨®n, una recopilaci¨®n de textos, extractos de autobiograf¨ªas, memorias y novelas, publicada originalmente en 2001, que recoge fragmentos dedicados a la maternidad de una veintena de las mejores escritoras del siglo XX como Doris Lessing, Margaret Atwood, Annie Ernaux o Adrienne Rich. Un imprescindible.
El nudo materno (Las afueras): Maternidad y creaci¨®n incluye en sus p¨¢ginas un fragmento de El nudo materno, las desgarradoras memorias maternales de la escritora norteamericana Jane Lazarre. Moyra Davey lo define como un libro ¡°fundamental¡± ya que, dice, le ayud¨® ¡°a articular y a dar autenticidad al sentimiento de ambivalencia y a la lucha de las mujeres escritoras con hijos¡±. Publicado en 1976 y considerado por la cr¨ªtica uno de los mayores hitos del feminismo americano y de la literatura testimonial sobre maternidad, hemos tenido que esperar hasta este 2018 para tenerlo traducido al castellano, en una apuesta que hay que agradecer a la joven editorial Las afueras. Escribe Jane Lazarre con una prosa que embelesa, llenando sus p¨¢rrafos de reflexiones que te obligan a marcar las p¨¢ginas para volver a ellas m¨¢s tarde. Pocos libros han reflejado tan bien, con tanta plenitud y con tan poco reparo los sentimientos extremos y encontrados que provoca la experiencia de la maternidad.
No, mama, no (Alba editorial): ¡°Lo mejor que se puede decir de un libro cuando te preguntan es: ¡°No s¨¦ qu¨¦ decir, l¨¦elo¡±. Yo no s¨¦ qu¨¦ decir: es una novela impresionante, algo superior. L¨¦anla¡±, escrib¨ªa Manuel Jabois sobre No, mama, no, la novela publicada por la brit¨¢nica Verity Bargate en 1978 y que Alba editorial recuper¨® el a?o pasado dentro de su colecci¨®n rara avis. ¡°Lo que m¨¢s me impresion¨® cuando me dieron a mi segundo hijo y lo cog¨ª en brazos fue la total ausencia de sentimientos. Ni amor. Ni c¨®lera. Nada¡±, arranca Bargate , que cede la voz a Jodie, una antihero¨ªna, una mujer con el poder de seducci¨®n suficiente como para conseguir que nos identifiquemos con ella pese a los claroscuros de su personalidad. Es No, mama, no un viaje a la locura de la maternidad, a sus rincones m¨¢s oscuros y menos visitados, a espacios considerados tab¨². Como dec¨ªa Jabois, L¨¦anla.
El beb¨¦ (Anagrama): ¡°No existen beb¨¦s en Nathalie Sarraute, no son tema suyo; tampoco aparecen en Virgina Wolf. No recuerdo qu¨¦ periodista se escandalizaba, en la muerte de Duras, de que su hijo nunca hubiera ocupado un lugar en sus libros, como si una madre tuviera necesariamente¡ La estupidez es una larga fatiga¡±, reflexiona Marie Darrieussecq en El beb¨¦. Ella, sin embargo, s¨ª hace un lugar en sus libros a su hijo. Es m¨¢s, le dedica un libro entero, un breve texto autobiogr¨¢fico publicado en 2002 y que recoge a modo de diario, de ideas en apariencia inconexas que uno intuye escritas entre toma y toma de pecho, los nueve primeros meses de vida de su primer hijo, Mathieu, que le hizo descubrir un amor del que ella no ten¨ªa, ¡°literalmente¡±, ni idea: ¡°Lo hab¨ªa o¨ªdo contar, lo descubr¨ªa a veces a mi alrededor, me lo imaginaba y era capaz de concebirlo ¨Chabr¨ªa podido escribirlo-, pero no sab¨ªa que me concern¨ªa¡±.
Relaci¨®n madre-hija: el apego m¨¢s feroz
Apegos feroces (Sexto Piso): Una de los libros de 2017 en Espa?a fue sin duda Apegos Feroces, las memorias que la escritora neoyorkina Vivian Gornick public¨® en 1987 y que, por primera vez, tres d¨¦cadas despu¨¦s, eran traducidas al castellano y publicadas en nuestro pa¨ªs por Sexto Piso. Apegos feroces son realmente unas memorias de la relaci¨®n de la autora con su madre, llenas de recuerdos que Gornick, ya superado el medio siglo, rescata mientras pasea con su madre anciana por las calles de Nueva York, convertidas en un personaje m¨¢s de la novela. No he conocido mujer que las haya le¨ªdo que no se haya emocionado y se haya sentido interpelada por la brillante escritura de Gornick y, sobre todo, por esa relaci¨®n de amor feroz entre madre e hija que no tiene nada de rom¨¢ntico, pero s¨ª mucho de verdad, de grises y de matices.
Me llamo Lucy Barton (Duomo Nefelibata): En la misma l¨ªnea que Apegos feroces, solo que con una habitaci¨®n de hospital en pleno centro de Manhattan desde cuya ventana se ve el edificio Chrysler como escenario, se mueve Me llamo Lucy Barton, la novela publicada en 2016 por la Premio Pulitzer Elizabeth Strout. En esa habitaci¨®n descansa tras una operaci¨®n una mujer de edad media, madre de dos hijas. Y en ella, durante cinco d¨ªas con sus cinco noches, la acompa?a su madre, una mujer a la que hace mucho que no ve y con la que nunca tuvo una relaci¨®n f¨¢cil. Durante todo ese tiempo madre e hija conversan, rememoran, callan. Y, sobre todo y por encima de todo, incluso de los reproches y las heridas del pasado, recuerdan lo mucho que les une y el amor que se profesan mutuamente, aunque eso sea algo dif¨ªcil de manifestar y de verbalizar tras a?os de silencios.
Un amor imposible (Anagrama): La escritora francesa Christine Angot vuelve de forma recurrente en su literatura a una figura que marc¨® para siempre su biograf¨ªa, la de su padre, que mantuvo con ella, durante su adolescencia, una relaci¨®n incestuosa, sodom¨ªa incluida. En Un amor imposible, ganadora del Prix D¨¦cembre 2015, Angot retoma esta vivencia personal, pero en esta ocasi¨®n lo hace para centrarse en su madre, protagonista por omisi¨®n, por desvincularse cuando ella, acostumbrada a una vida provinciana, se dej¨® seducir por el mundo culto y cosmopolita que le ofrec¨ªa su padre. Dura, conmovedora y desasosegante, Un amor imposible nos adentra en una compleja relaci¨®n madre-hija, durante tanto tiempo indestructible y ahora convertida en un amasijo de hierros que ambas se esfuerzan por levantar.
Otras visiones maternas
Parece que fuera es primavera (Anagrama): La periodista y escritora italiana Concita de Gregorio remueve corazones y conciencias con esta novela basada en hechos reales que desprende dureza, pero que est¨¢ escrita con la mayor de las sensibilidades. De Gregorio pone con sus palabras poes¨ªa a un hecho dram¨¢tico: a principios de 2011 la abogada Irina Lucidi, divorciada y madre de dos mellizas, ve¨ªa como su exmarido, antes de suicidarse en Italia, hac¨ªa desaparecer de la faz de la tierra a sus hijas dejando escrita una nota en la que dec¨ªa que Irina jam¨¢s las iba a volver a ver. Y as¨ª ha sido. Parece que fuera es primavera es la reconstrucci¨®n de aquellos hechos y, tambi¨¦n, la reconstrucci¨®n de la vida de una madre que tras experimentar el dolor m¨¢s grande (¡°hay que decir que la p¨¦rdida de un hijo es la piedra de toque, la medida ¨¢urea del dolor. El rasero. Todas las dem¨¢s dificultades de la vida -una enfermedad, un dolor f¨ªsico lancinante, un abandono, una pobreza extrema- est¨¢n contenidas en ese per¨ªmetro¡±), tras luchar contra la burocracia y la indiferencia, tiene que aceptar la p¨¦rdida de sus hijas (aunque siga so?ando con su regreso) y volver a sentir la primavera.
La primera mano que sostuvo la m¨ªa (Libros del Asteroide): No es un libro de maternidad en s¨ª, pero la maternidad y los cuidados del beb¨¦ est¨¢n muy presentes y marcan la vida de las dos mujeres protagonistas (Lexie Sinclair y Elina) de la magn¨ªfica historia escrita por la irlandesa Maggie O¡¯Farrell y ambientada en el Soho londinense; una novela de vidas cruzadas que une los caminos de dos mujeres separadas en el tiempo por d¨¦cadas, pero que tienen en com¨²n el amor por el arte, la maternidad y la figura de un hombre que las une para siempre de forma irremediable
Las manos de la madre: deseo, fantasmas y herencia de lo materno (Anagrama): El rara avis en este listado es una de las ¨²ltimas novedades de Anagrama. Y es una rareza porque est¨¢ escrita por un hombre, Massimo Recalcati, reconocido psicoanalista y ensayista italiano. En Las manos de la madre: deseo, fantasmas y herencia de lo materno Recalcati se vale de textos de reconocidos psicoanalistas como Freud o Lacan y de fragmentos de novelas y pel¨ªculas para dibujar un retrato de una madre imperfecta, real, llena de matices, con mil y un rostros. Todas esas madres, sin embargo, como afirma Recalcati, tienen algo en com¨²n, ¡°una funci¨®n esencial de la maternidad¡± que permanece inmutable ante el paso del tiempo y los cambios hist¨®ricos: ¡°la madre es el nombre del Otro que no deja que la vida caiga al vac¨ªo, que la sujeta con sus propias manos impidiendo su ca¨ªda; es el nombre del primer socorredor¡±. ?Qu¨¦ ser¨ªa de nuestras vidas sin las manos de las madres?
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