Preferir¨ªa no hacerlo

Y dimiti¨® Cristina Cifuentes, y toda Espa?a la vio robar unas cremas. Y Espa?a dio m¨¢s importancia a las cremas de Cristina que a la noticia de que ETA firmara su final intentando ocultar el hecho miserable y nauseabundo de que hab¨ªa asesinado a cientos de personas para nada, absolutamente para nada m¨¢s all¨¢ de la caza deportiva y del sadismo sin causa. Y el 155 segu¨ªa vigente o eso dec¨ªa la televisi¨®n y se acercaba el buen tiempo, y la reina Letizia le hizo un feo muy comentado a la reina em¨¦rita, apartando a su nieta de su lado, aunque nadie sabe muy bien qu¨¦ es una reina em¨¦rita. Y las encuestas segu¨ªan registrando el ascenso de Ciudadanos. Y el presidente del Gobierno se convirti¨® en un Bartleby de la pol¨ªtica, un hombre que dec¨ªa todo el rato ¡°preferir¨ªa no hacerlo¡±. Y los jueces alemanes dejaron libre a Puigdemont y los jubilados salieron a la calle y las mujeres, hartas y cansadas, tambi¨¦n salieron a la calle. Y Bartleby dejaba que todo sucediera, y las instituciones se ca¨ªan a su paso, la Constituci¨®n se ca¨ªa a su paso, la libertad de expresi¨®n se ca¨ªa a su paso, mientras ¨¦l dec¨ªa una y otra vez ¡°preferir¨ªa no hacerlo¡±.

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El finde ETA

?Y algunos jueces se enfadaron con el ministro Catal¨¢, a quien pidieron su dimisi¨®n. Y Catal¨¢ dijo ¡°preferir¨ªa no hacerlo¡±. Y Montoro no sab¨ªa si el proc¨¦s se hab¨ªa pagado con dinero p¨²blico o no. Preguntado por tal cuesti¨®n, Montoro contestaba ¡°preferir¨ªa no hacerlo¡±. Y M¨¦ndez de Vigo se puso a cantar ¡°el novio de la muerte¡±, aunque tal vez hubiera preferido no hacerlo. Y los polit¨®logos se segu¨ªan preguntando por qu¨¦ los espa?oles votaban una y otra vez al Bartleby Rajoy. Y es que los espa?oles tambi¨¦n se hab¨ªan convertido en Bartlebys. Un ¡°preferir¨ªa no hacerlo¡± triunf¨® m¨¢s que el Real Madrid y el F¨²tbol Club Barcelona juntos, en fusi¨®n at¨®mica. El presidente del Parlamento catal¨¢n no promov¨ªa la formaci¨®n de Gobierno, presa tambi¨¦n del ¡°preferir¨ªa no hacerlo¡±. Espa?a entera era una dejaci¨®n de Espa?a entera. Un pa¨ªs que hab¨ªa elegido el ¡°preferir¨ªa no hacerlo¡± como una forma de estar en el mundo. Vimos una dimensi¨®n pol¨ªtica nueva, en donde nadie quer¨ªa hacer nada. La gente comenz¨® a imitar al presidente del Gobierno espa?ol. La oposici¨®n se contagi¨® y se convirti¨® en una oposici¨®n bartleby. Y todos dijeron al un¨ªsono ¡°preferir¨ªa no hacerlo¡±. Espa?a entraba en la vanguardia pol¨ªtica, asombrando a Europa. El pa¨ªs se desintegraba en medio de una filosof¨ªa inventada azarosamente por un hombre gris y anodino. Era el Bartleby espa?ol. Una pereza ancestral nos quem¨® el alma. La acci¨®n era innecesaria. Nada era importante. Y Bartleby tartamudeaba en sus discursos. Y le dijeron que ten¨ªa que arreglar el pa¨ªs o dar un paso atr¨¢s. Y ¨¦l dijo ¡°preferir¨ªa no hacerlo¡±. Y le preguntaron cu¨¢l de las dos cosas prefer¨ªa no hacer, que eligiera una. Y ¨¦l dijo ¡°preferir¨ªa no hacerlo¡±. Y Espa?a entera se ilumin¨® en una radiante primavera.