Cuentas responsables

El proyecto presupuestario europeo que acaba de presentar la Comisi¨®n para el periodo 2021-2027 es responsable. Los m¨¢s europe¨ªstas le dar¨¢n un simple aprobado; los pa¨ªses ricos esc¨¦pticos contribuyentes netos lo han recibido ya con malhumor, por muy ambicioso; los socios orientales temen por sus beneficios.

Todo depende de la ¨®ptica de cada uno de los 27 interesados. Son variadas, con intereses a veces contrapuestos; seg¨²n sea su riqueza relativa, su especialidad productiva, sus necesidades coyunturales, su posici¨®n de contribuyente o de receptor neto.

Pero hay un rasgo que sobresale en este proyecto y que lo distingue de anteriores paquetes presupuestarios: su especial hincapi¨¦ en la responsabilidad fiscal. Esta responsabilidad es la que se exige por vez primera a pa¨ªses como Polonia o Hungr¨ªa (y en menor medida, a otros nuevos socios del Este) cuyos Gobiernos atentan gravemente contra los est¨¢ndares democr¨¢ticos y los valores del Estado de derecho, fundacionales de la propia Uni¨®n Europea.

Es l¨®gico condicionar el otorgamiento de las ingentes ayudas de los fondos estructurales al cumplimiento estricto de esos requisitos. Si fueran candidatos (y no miembros de pleno derecho), y no los cumplieran, tampoco podr¨ªan ingresar al club y beneficiarse de dichas ayudas.

Como constituyen un acelerador de los excelentes ritmos de crecimiento econ¨®mico que vienen registrando (al 4%, al 5% y al 6%) y por ende de modernizaci¨®n productiva, esa condicionalidad econ¨®mica tiene tanta o m¨¢s fuerza que la amenaza de aplicarles las sanciones pol¨ªticas del art¨ªculo 7 del Tratado de Lisboa (suspenso del derecho de voto). Aunque el paquete presupuestario se aprueba por unanimidad ¡ªcualquier socio en solitario puede vetarlo¡ª una par¨¢lisis presupuestaria, aunque afectase a todos, les perjudicar¨ªa mucho m¨¢s.

Tambi¨¦n es fiscalmente responsable el enfoque general del presupuesto, elaborado sobre la presunci¨®n de que el Brexit tendr¨¢ lugar. Y que, por tanto, no podr¨¢ contarse con el tercer socio, un notorio contribuyente neto. La Comisi¨®n rechaza la pretensi¨®n de los eurot¨ªmidos que propon¨ªan reducir el presupuesto (y la actuaci¨®n de los 27) en esa misma medida.

Y tambi¨¦n la de reemplazar la aportaci¨®n brit¨¢nica con un alza para los otros contribuyentes netos, lo que resultar¨ªa deseable, pues tambi¨¦n se benefician en gran medida del presupuesto: la bonanza de Polonia incrementa la de Alemania.

Pero las opiniones p¨²blicas no est¨¢n seguramente preparadas para tal envite. Por ello no parece incorrecto dividir el esfuerzo (pronto vacante) de los brit¨¢nicos en dos mitades iguales: m¨¢s aportaciones de los m¨¢s pr¨®speros, reducciones en el gasto.

Estas reducciones del gasto son cuidadosas: en realidad permanecer¨¢ estable (1,3 billones de euros) si por fin la inflaci¨®n crece. Se concentran en la pol¨ªtica agr¨ªcola y la de cohesi¨®n, que en conjunto reducir¨¢n su peso presupuestario del 80% al 60%.

Habr¨¢ que vigilar que los pa¨ªses que por culpa de la Gran Recesi¨®n en vez de converger han divergido no salgan perjudicados. Pero desde alg¨²n rinc¨®n deben financiarse las nuevas pol¨ªticas (inmigraci¨®n, seguridad, fronteras, defensa) que suscitan consenso: tambi¨¦n el de los m¨¢s renuentes. Aunque no a cualquier precio.