Se desvela la identidad de los dos j¨®venes que denuncian los pecados de la moda
Se llaman Tony Liu y Lindsey Schuyler. Su cuenta de Instagram, @diet_prada, es la m¨¢s temida por las marcas: delatan plagios y discriminaciones
El pasado 7 de mayo, el flagelo de la industria de la moda, la cuenta de Instagram @diet_prada, daba cobertura a la inauguraci¨®n de la exposici¨®n de la temporada del Costume Institute del Metropolitan Museum de Nueva York: uno de los eventos m¨¢s importantes del a?o para esta industria. Su ¨²ltima actualizaci¨®n en Instagram Stories (las publicaciones ef¨ªmeras que desaparecen transcurridas 24 horas) mostraba una panor¨¢mica de copas de champ¨¢n desde el bar neoyorquino de The Standard, donde continu¨® la fiesta tras la inauguraci¨®n. Como siempre sucede en las publicaciones de Diet Prada, una cuenta que se ha convertido en una pesadilla para los estudios de dise?o que se inspiran en prendas que ya existen y esperan que nadie se entere, la identidad de sus creadores segu¨ªa en el anonimato.
Sin embargo, minutos despu¨¦s, la publicaci¨®n digital especializada Business of Fashion publicaba "Diet Prada Unmasked", una entrevista exclusiva que desvelaba los rostros y los nombres de uno de los secretos mejor guardados en los c¨ªrculos de la moda. El champ¨¢n, de alguna manera, hab¨ªa perdido sus burbujas.
El misterio quedaba revelado y, con ¨¦l, la historia de Tony Liu y Lindsey Schuyler, dos millennials afincados en Nueva York con experiencia en el mundo de la moda. El extenso art¨ªculo analiza su impacto en la industria, su capacidad de influencia y sus relaciones de amor u odio con nombres tan intocables como Alessandro Michele o Jonathan Anderson. Y tambi¨¦n datos m¨¢s personales, como que Liu y Schuyler se conocieron en 2010 trabajando como dise?adores en una firma de moda. Pronto empezaron a comentar desfiles envi¨¢ndose fotos cada vez que detectaban que algo se parec¨ªa a algo. "Todo empez¨® como una broma", confiesa Liu.
Tony Liu y Lindsey Schuyler, creadores de la cuenta de Instagram @diet_prada, "desenmascarados" por la revista 'Business of Fashion'.
De ah¨ª a la cuenta de Instagram hubo solo un paso, dado que el formato que ha dado la fama a Diet Prada es muy sencillo: dos im¨¢genes yuxtapuestas, sin apenas edici¨®n, de dos looks similares. El original y la copia. Tal y como recuerda BoF, su primer post, en diciembre de 2014, mostraba c¨®mo un abrigo de Raf Simons recordaba a un dise?o de Prada de dos temporadas antes. Fue el primero de una larga serie de publicaciones que, hasta el d¨ªa de hoy, se?alan coincidencias, sospechosas o no, entre las firmas de lujo, las grandes cadenas de moda asequible y peque?as marcas independientes. De hecho, el pasado mes de abril llamaban la atenci¨®n sobre la correspondencia entre un bolso de Maison Margiela y un dise?o preexistente de la firma madrile?a BIIS.?
En un mundo como el de la moda, que ha abrazado con entusiasmo Instagram y sus nuevas narrativas, Diet Prada ha recibido las bendiciones de lo viral. Especialmente porque sus seguidores (autodenominados "Dieters") la han convertido en una suerte de Defensor del Pueblo de la moda, y etiquetan a Diet Prada cada vez que detectan alguna similitud sospechosa. Con el tiempo, su trabajo ha trascendido a otros ¨¢mbitos: en una ¨¦poca en que la moda y los medios se han llenado de pol¨ªtica, ya no solo denuncian pecados creativos, sino tambi¨¦n casos de racismo, discriminaci¨®n, abuso o apropiaci¨®n cultural en la propia industria del estilo.
El art¨ªculo permite saber que las trayectorias en el mundo de la moda de ambos fundadores, desde el momento en que abandonaron la firma donde trabajaban, han transcurrido por una suerte de camino de doble direcci¨®n. Liu ha abierto su propia firma (You As) y Schuyler se ha pasado a la consultor¨ªa, y ambos han sabido compatibilizar sus trabajos con una suerte de celebridad que, a su manera, era un secreto a voces. As¨ª lo reconoce Gerard Estadella, influencer, fot¨®grafo y dj fundador de la plataforma @icanteachyou: "Yo los conoc¨ª en un evento en Nueva York, y me los presentaron directamente como Diet Prada. No es que quieran ir de inc¨®gnito de forma extrema, porque he estado con ellos en desfiles y presentaciones, el mundo de la moda sabe qui¨¦nes son. Tienen sitio reservado en los desfiles. Lo ¨²nico es que se tapan la cara o se ponen de espaldas cuando sacamos fotos. Pero la gracia es esa, porque hoy la gente est¨¢ ¨¢vida de likes y seguidores, y el hecho de mantenerse en un segundo plano tiene un valor especial¡±, explica. Y a?ade: ¡°Ten¨ªa que llegar el d¨ªa en que el anonimato terminara".
Ya no solo denuncian 'pecados' creativos, sino tambi¨¦n casos de racismo, discriminaci¨®n, abuso o apropiaci¨®n cultural en la propia industria del estilo
Business of Fashion no es el primer medio en poner sus nombres y apellidos en negro sobre blanco, pero s¨ª en entrevistarlos a cara descubierta. En octubre del a?o pasado, la publicaci¨®n The Fashion Law public¨® sus nombres, aunque no obtuvo respuesta por parte de Liu y Schuyler. "Estaba llegando el momento decir que Diet Prada era nuestro", dice Schuyler a BoF. "Idealmente, nos gustar¨ªa convertir esto en un negocio, y es m¨¢s f¨¢cil lograrlo si damos la cara", a?ade Liu.
De momento, su p¨¢gina web, que funciona como un repositorio de sus actualizaciones de Instagram, ya cuenta con una secci¨®n de merchandising que permite comprar tazas, llaveros y prendas con revisiones ir¨®nicas de firmas cl¨¢sicas como Kim de Gar?ons o J'adoir. Y, pasado el tiempo, han acabado estableciendo relaciones amistosas (y comerciales) con firmas como Gucci, que les pidi¨® que se apropiaran de la cuenta de Instagram de la firma (lo que se llama take over) durante el desfile de primavera/verano de 2018.
Convertidos en una plataforma admirada, temida y tratada con cautela a partes iguales, tambi¨¦n cuentan con enemigos ilustres entre los dise?adores y otros popes de la industria, que suelen responder personalmente a sus cr¨ªticas. "No s¨¦ por qu¨¦ est¨¢n tan a la defensiva", declara Liu en la entrevista citada. "En otros mundos, la gente dice lo que le da la gana, y deber¨ªamos poderlo hacer tambi¨¦n en la moda. Creo que les resulta nuevo. Nuestra voz es tan discordante que cualquier cr¨ªtica fuerte parece acoso, pero no lo es. Solo es cr¨ªtica".
Ahora la expectaci¨®n reside en saber si esa discordancia se prolongar¨¢ en el tiempo, o si, una vez revelado el misterio, cambiar¨¢ el rumbo. Pocas industrias son tan h¨¢biles como la moda en el arte de hacer de tu capa un sayo.
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