La moda de certificar m¨¦dicamente todo lo que les pasa a los ni?os
Cuando las guarder¨ªas alertan de un virus, se me llena la consulta de madres y padres pidiendo papeles que aseguren que su hijo no est¨¢ enfermo
Que al ser humano le encantan los papeles parece evidente, si llevan firma ya pasan a un nivel superior de inter¨¦s y si, adem¨¢s, se estampa un sello o cu?o sobre ¨¦l adquiere la condici¨®n de objeto de deseo. Pedimos papeles para todo. Sin papeles no eres nadie. Sin papeles no te dan otros papeles. Sin papeles no ingresas all¨¢ donde deseas y sin esos benditos escritos que llamamos certificados, y que deber¨ªan denominarse certificoides, no conseguimos que nuestros hijos accedan a la salud ni a la educaci¨®n.
La falta de un sello o firma podr¨ªa impedir que nuestro hijo ingrese en una prestigiosa universidad o que ni siquiera pueda tener un digno futuro de paleta porque el maestro de obra le pida tambi¨¦n el papel que acredite su pertenencia al sindicato, que previamente le habr¨¢ pedido el papel de que ha abonado en el banco la tasa correspondiente, tasa que no podr¨¢ pagar sin tener cuenta corriente en dicho banco y que habr¨¢ tenido que certificar su capacidad econ¨®mica y para ello habr¨¢ de presentar nuevos papeles¡
Esto empieza muy pronto, nuestro beb¨¦ se hace consciente de ello cuando no le dejan acceder a la educaci¨®n en su escuela infantil si no presenta un papel del m¨¦dico donde ponga que est¨¢ correctamente vacunado, otro de que no tiene enfermedad conocida, de que no tiene alergias, y otro de que no es un peligro para el entorno (ya no se pide el certificado de penales, no porque tenga menos de un a?o, sino porque desapareci¨® del ordenamiento jur¨ªdico). Y pronto tendr¨¢ que presentar el papel de que su pediatra est¨¢ libre de cargas jur¨ªdicas y econ¨®micas, si no al tiempo. Cuando deb¨ªa de ser al rev¨¦s, deb¨ªa ser el centro el que nos certifique que nuestro ni?o va a estar en un ambiente sano y no le van a pegar todos los virus posibles, pero no, somos nosotros los que tenemos que asegurar que estamos bien. Es como si para entrar a un restaurante te piden papeles de que est¨¢s sano, en vez de t¨² exigir que la comida est¨¦ en buen estado, en fin. A lo que vamos.
Los colegios piden y emiten papeles para todo, les encanta, que si est¨¢ malo, que si ya est¨¢ bueno, que si va a una excursi¨®n y no se va a morir en el camino, que si hace ejercicio no le va a dar un chungo¡me han llegado a pedir un certificado de que no puede hacer gimnasia para un ni?o escayolado por fractura de tibia, ?no ve el profesor que eso que le abriga la pierna, le impide correr?
La ¨²ltima moda en los colegios y guarder¨ªas es el tabl¨®n de lisiados, por un lado, en vez de la foto de los empleados del mes est¨¢ la de los al¨¦rgicos: Juan y Luc¨ªa al¨¦rgicos al huevo; Borja, Irene y otros m¨¢s celiacos; In¨¦s, Miriam y Ainhoa APLVs y, por supuesto, el piltrafilla de Noah que es al¨¦rgico a todo.
Por otro lado, los boletines o partes de guerra: ¡°Hoy tenemos dos enfermos de gastroenteritis, tres del boca mano pie y ojo, una escarlatina¡± ?Dios m¨ªo! una escarlatina, cunde el p¨¢nico y los grupos de WhatsApp maternos empiezan a echar humo, m¨¢s mensajes que en nochevieja alertan de la epidemia y ?qu¨¦ hacer? Evidente, no van a ir a un notario a dar valor a lo que se dice, van al m¨¦dico, a ver al pobre pediatra a que les certifique que su ni?o no tiene la tan temida enfermedad, que no saben bien que es, pero por si acaso. Cada vez que las guarder¨ªas del pueblo abren la boca se me llena la consulta. Se crea una alarma injustificada, una manifestaci¨®n de madres y padres pidiendo remedio para la Peste.
Esta vez no tengo respuestas, no s¨¦ si en la sociedad de la informaci¨®n y cuando pedimos transparencia para todo, no s¨¦ si emitir comunicados con las enfermedades y enfermos habidos en el colegio o guarder¨ªa es adecuado o no. Por una parte, los padres deben estar informados para poder tomar decisiones, pero deben opinar sobre todo o debe ser la escuela la que tome las decisiones y puedan los padres confiar en su buen hacer.
Ya les hemos pasado la decisi¨®n de vacunar o no de la meningitis B. Por un lado, no incluy¨¦ndola en calendario por indicaci¨®n de salud p¨²blica y por otra dej¨¢ndola a la venta en farmacias, que cada uno decidir¨¢, seg¨²n el miedo que tenga. Pero eso ya es otro tema.
Esa ninguneada Salud P¨²blica que desde hace muchos a?os tiene sus mecanismos de alerta que entran en funcionamiento, m¨¢s que correctamente, cuando hay un riesgo para la poblaci¨®n, meningitis bacterianas, intoxicaciones alimentarias en centros escolares, etc.¡ pero en el resto ?d¨®nde est¨¢ el l¨ªmite? ?Est¨¢ justificado impedir la entrada a un ni?o con fiebre, con conjuntivitis, con cuadros menores? ?Cu¨¢l es el l¨ªmite 38, 38,5 de fiebre, tres o cuatro cacas blandas, solo blandas o tienen que ser l¨ªquidas, las lega?as tambi¨¦n cuentan, granos cuantos son los permitidos? En definitiva, como no hay criterio y ni padres ni profesores quieren mojarse la respuesta es; que lo diga el m¨¦dico, as¨ª que volvemos al principio; que el pediatra extienda un precioso papel con su sello de tinta (el lacre ya est¨¢ demod¨¦) y firma de fantas¨ªa y sea el profesional (que para eso pagamos impuestos) el que tome la decisi¨®n.
A m¨ª me gustar¨ªa poder acercarme al colegio afectado e informar a profesores y padres qu¨¦ es la escarlatina, c¨®mo manejar las fiebres, c¨®mo prevenir las diarreas con el lavado de manos, qu¨¦ es y c¨®mo se previenen virus e incluso c¨®mo distinguir un grano de otro y sus consecuencias, eso s¨ª es mi obligaci¨®n, no rellenar certificoides, pero los gestores de la sanidad p¨²blica no lo entienden, no apuestan por la atenci¨®n primaria, no apuestan por la atenci¨®n comunitaria de verdad y prefieren especialistas pediatras formados en hospitales para encerrarlos en los centros de salud. Prefieren tenerme con 50 y 60 pacientes diarios en consulta esta semana, dici¨¦ndoles uno a uno qu¨¦ es una escarlatina, en vez de permitirme una hora para acercarme a la escuela y cont¨¢rselo a todos y debatir con ellos, aprendiendo todos juntos.
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