Este es el barrio m¨¢s rico de EE UU
Visitamos la isla de Fisher Island, el c¨®digo postal estadounidense con mayor renta per c¨¢pita
Fisher Island, una isla privada pegada a Miami Beach a la que solo se puede acceder en ferri, es el c¨®digo postal m¨¢s rico del pa¨ªs m¨¢s rico del mundo, EE UU. El ingreso medio de sus 1.300 residentes ronda los 2,5 millones de d¨®lares anuales, seg¨²n un an¨¢lisis de datos fiscales a nivel nacional realizado por la publicaci¨®n financiera Bloomberg. Los acaudalados vecinos de Fisher Island, un enclave paradis¨ªaco con playa propia de arena blanca tra¨ªda de las Bahamas, ganan de media un mill¨®n de d¨®lares m¨¢s que los del segundo c¨®digo postal m¨¢s pudiente, la ciudad de Atherton, epicentro de Silicon Valley y hogar de grandes emporios tecnol¨®gicos como Facebook.
¡°Esta isla es ya una marca que significa m¨¢ximo lujo, como un yate o un reloj. Es el Patek Philippe de los condominios. En cualquier lugar de nivel del mundo dices que vives en Fisher Island y no tienes que decir ni una palabra m¨¢s¡±, dice la agente inmobiliaria Dora Puig en la cocina de ¡°puro mueble italiano¡± que muestra en un apartamento a la venta del ¨²ltimo edificio construido, el Palazzo Del Sol. Un piso de 700 metros cuadrados con vistas al oc¨¦ano y dise?o minimalista ¨C¡°con toque de vida playera¡±, matiza¨C cuyo precio de partida es de 19 millones de d¨®lares. Un ¨¢tico de este mismo inmueble acaba de ser vendido por 32 millones, lo m¨¢ximo pagado en la isla ¨Caunque a buen seguro ser¨¢ superado en 2019 por otro del Palazzo Della Luna, condominio en desarrollo, por el que pedir¨¢n 40¨C. El r¨¦cord pagado hasta hoy en Miami es de 60 millones por un ¨¢tico d¨²plex.
?¨C?Qui¨¦n ha comprado el de 32?
¨CUn ruso ¨Cresponde Puig, reservada.
En Fisher Island la identidad de sus moradores se guarda con celo. Uno de los atractivos que encuentran quienes compran en este ed¨¦n es su alta privacidad y su seguridad. ¡°No necesitan salir para nada¡±, explica en su despacho Bernard Lackner, director del club social de la isla. ¡°Es una ciudad en s¨ª misma, con su escuela para los ni?os, su supermercado, su cl¨ªnica de salud, su banco, su oficina postal, su tintorer¨ªa, campo de golf, 18 pistas de tenis, dos marinas, un recinto de ocio para los perros de los residentes y hasta un peque?o observatorio astron¨®mico¡±, enumera. A su vera dormita sobre la alfombra Lily, un perro anciano de raza King Charles Spaniel.
¡°No hay nada igual¡±, dice sobre Fisher Island el promotor inmobiliario Edgardo Defortuna, CEO de Fortune International Group. ¡°Hay lugares de tanta calidad, como Porto Cervo en Italia, pero all¨ª se mezcla gente que vive all¨ª con otra que no. Fisher Island es m¨¢s exclusivo: solo hay residentes o miembros del club; todos compradores muy elitistas y un poco aislados de la sociedad. Esta uniformidad es la caracter¨ªstica clave de la isla¡±.
Fisher Island es un extremo del polo privilegiado de la inequidad social caracter¨ªstica de Miami, en 2017 la segunda zona metropolitana de EE UU con mayores niveles de pobreza. A diez minutos en coche de la isla, con tr¨¢fico ligero, se encuentra, por ejemplo, el hist¨®rico barrio afroamericano de Overtown, donde muchas familias viven con lo m¨ªnimo y abundan la droga y la violencia.
"Mi isla por tu yate"
A principios del siglo XX el terreno de Fisher Island era una punta de la silvestre pen¨ªnsula de Miami Beach, pero la construcci¨®n de un canal de acceso al puerto la separ¨®, quedando como una isla de ocho hect¨¢reas. Su segundo propietario fue el primer afroamericano millonario de Miami, Dana A. Dorsey, que se la vendi¨® en 1919 al empresario que le legar¨ªa su apellido al lugar, Carl Fisher, un loco de los coches de carreras y visionario de los bienes ra¨ªces que cre¨® Miami Beach. Fisher ampli¨® su superficie y unos a?os m¨¢s tarde le vendi¨® su parte a William Kissam Vanderbilt II ¨Ctambi¨¦n apasionado del automovilismo y miembro de una de las familias m¨¢s ricas de EE UU¨C a cambio de su barco de recreo de 75 metros de eslora: ¡°Mi isla por tu yate¡±, le dijo seg¨²n la leyenda.
Luego Vanderbilt se hizo con m¨¢s hect¨¢reas y comenz¨® la construcci¨®n de una mansi¨®n de estilo mediterr¨¢neo que termin¨® en los cuarenta. Las siguientes cuatro d¨¦cadas Fisher Island pas¨® por varias manos, entre otras las de Bebe Rebozo, un ¨ªntimo del presidente Richard Nixon ¨Cquien ten¨ªa residencia de descanso en Miami¨C pero no fue hasta los ochenta que se dio inici¨® a su desarrollo inmobiliario, se abri¨® el club ¨Cque incluye la mansi¨®n¨C y se siguieron extendiendo sus dimensiones, hasta las 87 hect¨¢reas actuales.
No es una isla de grandes casonas sino de edificios medianos con apartamentos que superan de media los 400 metros cuadrados y en el que lo menos caro que se puede adqurir es un estudio, con un cuarto, por un mill¨®n de d¨®lares, seg¨²n Puig. Sus habitantes son gente del mundo de los negocios, del espect¨¢culo y de los deportes que la usan en general como residencia de ocio unos meses al a?o. En Fisher Island conviven vecinos de 37 nacionalidades, m¨¢s de la mitad estadounidenses y en segundo y tercer lugar brasile?os (10%) y rusos (7%). Los brasile?os fueron compradores voraces entre 2008 y 2010, con su moneda, el real, fuerte en medio del crash global. Los rusos comenzaron a llegar en los noventa, tras la ca¨ªda de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Entre sus residente conocidos han figurado Oprah Winfrey y Boris Becker y hoy es p¨²blico que tienen casa la s¨²permodelo Karolina Kurkova y la estrella del tenis Caroline Wozniacki.
El ferri tarda unos siete minutos en llevar o traer subidos a sus coches a los vecinos de esta isla impulsada en su origen por dos entusiastas de los b¨®lidos y en la que hoy el l¨ªmite de velocidad es de 30 kil¨®metros por hora. El mayor problema de seguridad en Fisher Island, bromea Lackner, puede ser ¡°un choque entre dos carritos de golf¡±.
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