Un ultra toma posesi¨®n
El inicio de Torra es p¨¦simo; el Gobierno err¨® al no ir; S¨¢nchez acierta al pactar
Editoriales anteriores
La ¨ªnfima ceremonia con la que Quim Torra tom¨® ayer posesi¨®n de la presidencia de la Generalitat es de importancia singular, como todos los hechos de alcance simb¨®lico. Es, sobre todo, expresiva del escaso aprecio que la hist¨®rica instituci¨®n del autogobierno catal¨¢n le inspira al nuevo presidente. Tambi¨¦n de su escasa afici¨®n a reconocer siquiera al Parlament como fuente de legitimidad, pues no se considera a s¨ª mismo como presidente en plenitud de funciones, sino como un pasante al servicio de un fugado de Justicia. Y al tiempo ilustra hasta qu¨¦ punto ha llegado la degradaci¨®n secesionista a perfeccionar su oportunismo. As¨ª que ni siquiera es capaz de conceder a los suyos el derecho, ganado en las urnas, a contar con un Ejecutivo normal, serio y competente. Pero no desaprovecha ocasi¨®n de sacar tajada de todos los intersticios legales ¡ªlos hay en las democracias, no tanto en las autocracias¡ª que favorezcan al provecho partidista, a los privilegios de poder en favor de la secta, incluso a las prebendas individuales.
Poder auton¨®mico, s¨ª, se dicen a s¨ª mismos, pero para destruirlo desde dentro en favor de un separatismo cada vez m¨¢s ultra y m¨¢s racista, como el de sus amigos de la Lega italiana o de los flamencos xen¨®fobos, lo que no disuade ni inhibe a alguno de sus ide¨®logos y periodistas de cabecera de antigua filiaci¨®n progresista y que arriesgan a terminar como acab¨® un notable protosocialista, Benito Mussolini. Su silencio es lo m¨¢s estruendoso de la deriva ultra que simboliza Torra.
La corrosi¨®n institucional que caracteriz¨® la ¨²nica indigna toma de posesi¨®n de la Generalitat ¡ªy las ha habido pol¨¦micas, sobre todo en las dif¨ªciles circunstancias del exilio antifranquista, el real¡ª se ha contagiado al Gobierno. Mariano Rajoy no debi¨® lavarse las manos ante la probabilidad de que se tratase de un acto imprudente y torticero, sino que al contrario debi¨® estar ah¨ª, con una alta representaci¨®n: como entidad que verdaderamente inicia el traspaso de poder; por responsabilidad pol¨ªtica ante unos ciudadanos que solo han recuperado un (escaso) alivio desde la destituci¨®n del Govern que perpetr¨® el golpe de septiembre; porque gobernar es estar presente, a las duras y las maduras, y hacer ver la solidez del Estado de derecho y sus principios y valores democr¨¢ticos.
Mal ha estado tambi¨¦n la escenificaci¨®n de los encuentros del presidente con S¨¢nchez y Rivera, en un esfuerzo premeditado de hacer de menos a este ¨²ltimo con la complicidad del l¨ªder socialista. Todos deben hacer un esfuerzo por recomponer la unidad. Y, en ese sentido, s¨ª es elogiable la actitud de S¨¢nchez de ofrecer apoyo al Ejecutivo en una cuesti¨®n fundamental de Estado y, m¨¢s a¨²n, su propuesta de reformas legales indispensables para dificultar que el secesionismo siga profundizando en los intersticios de la legalidad en los que se ha doctorado. Confiemos en que la unidad constitucional se mantenga en el probable caso de que haya que volver a aplicar el 155, que no puede prolongarse, como pretende Ciudadanos, por su imposible encaje legal. Mientras, lo m¨¢s positivo de esta toma de posesi¨®n es que desvirt¨²a la calumnia de que en Espa?a se va a la c¨¢rcel por albergar ideas separatistas. En Espa?a, siendo secesionista se puede presidir la Generalitat... mientras no se cometan delitos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.