Carmen Hijosa, la mujer que convierte las pi?as en zapatos
Esta dise?adora textil ha desarrollado, a partir de las fibras desechadas de esa fruta, un tejido sostenible que funciona como alternativa al cuero.
TODA MI VIDA me he dedicado a empezar cosas¡±. La frase pronunciada de forma casi casual por Carmen Hijosa al principio de la conversaci¨®n resume con sencillez el impulso vital de esta asturiana de 66 a?os que abandon¨® su Salas natal a los 19 para ampliar horizontes y acab¨® estableci¨¦ndose en Irlanda. Tres a?os despu¨¦s ya hab¨ªa fundado, con su entonces marido, una empresa de accesorios de piel que lleg¨® a vender en Harrods y Liberty. ¡°Hace tres d¨¦cadas solo se hablaba de calidad y lujo. La palabra sostenibilidad no estaba en la agenda¡±, recuerda. En los noventa empez¨® a viajar por el mundo para realizar labores de consultor¨ªa y, durante una estancia en Filipinas invitada por el Centro de Dise?o del pa¨ªs, averigu¨® detalles sobre el impacto medioambiental y humano del proceso de fabricaci¨®n del cuero que la dejaron conmocionada. ¡°Cuando vi las condiciones de las curtidur¨ªas, los t¨®xicos que inhalan ¡ªy que luego acaban en el agua¡ª, me result¨® tan espeluznante que decid¨ª que no pod¨ªa seguir trabajando con ese material. Me lo tom¨¦ casi como una afrenta personal¡±, explica.
La b¨²squeda de una alternativa sostenible se convirti¨® en su nueva misi¨®n. Hijosa abandon¨® su empresa, se gradu¨® en dise?o textil en Dubl¨ªn y se especializ¨® en fibras naturales. Y en otro de sus viajes a Filipinas dio con el filamento de la hoja de pi?a ¡ª¡°all¨ª la usan desde hace 400 a?os para realizar prendas artesanales¡±¡ª y un amago de idea empez¨® a tomar forma: ¡°Pens¨¦: ?Y si intent¨¢ramos obtener un material no muy distinto al cuero fabricando una malla densa con estas fibras a trav¨¦s de un proceso industrial?¡±. Ten¨ªa el qu¨¦, pero le faltaba el c¨®mo. As¨ª que, bien entrada en la cincuentena, dej¨® tambi¨¦n la consultor¨ªa y se traslad¨® a Londres para estudiar un doctorado en el prestigioso Royal College of Art.
Pi?atex, el resultado de su investigaci¨®n, tard¨® 10 a?os en hacerse realidad. Se le empa?an los ojos al recordar la primera vez que tuvo 50 metros de producto en sus manos y constat¨® que aquella idea loca, en la que solo ella parec¨ªa creer, era comercialmente viable. Pi?atex no tiene impacto cero en el planeta (¡°a¨²n no, eso es casi imposible¡±, apunta Hijosa), pero s¨ª es tremendamente respetuoso con su entorno. Procede de un elemento de desecho; las fibras salen de una parte de la hoja de pi?a que de otro modo los agricultores filipinos dejar¨ªan pudrirse o quemar¨ªan, con lo que se evita esa huella de carbono. El proceso para extraer las fibras apenas requiere agua y, una vez obtenidas, la biomasa restante puede utilizarse como fertilizante. ¡°Es lo m¨¢s sostenible posible y da empleo a la gente m¨¢s pobre de Filipinas¡±, a?ade Hijosa, que decidi¨® mantener su relaci¨®n con este pa¨ªs ¡ªuno de los principales productores mundiales de pi?a¡ª para la obtenci¨®n de la materia prima. En la fase final, la mercanc¨ªa se env¨ªa a Espa?a, donde se le aplica el revestimiento que le da su caracter¨ªstico aspecto suave, ligeramente cuarteado, que recuerda al de la piel pero sin pretender imitarlo. Hijosa tiene registrada la patente de su producto y, ¡°para protegerlo¡±, hace seis a?os fund¨® la compa?¨ªa Ananas Anam, una start-up con 15 empleados en la que hoy ocupa los cargos de directora creativa y jefa de I+D. Espera que sea rentable en 2019.
Actualmente Ananas Anam comercializa al a?o ¡°miles, pero no decenas de miles¡± de metros de Pi?atex y los vende a m¨¢s de 400 marcas de moda que comparten sus mismos principios (desde grandes nombres como Hugo Boss hasta firmas veganas como Bourgeois ?Boheme, aunque de momento no hay ninguna espa?ola). Como Hijosa remarca con orgullo, son ellos quienes las eligen, y no al rev¨¦s. Tienen mucha m¨¢s demanda de Pi?atex de la que pueden satisfacer. Ah¨ª es justamente donde la espa?ola quiere hacer crecer su negocio: escalando y optimizando la cadena de suministro. ¡°La materia prima est¨¢ ah¨ª: 13 millones de toneladas de hojas de pi?a se desechan al a?o en todo el mundo. Lo que a¨²n no tenemos es una forma de extraer estas fibras de manera industrializada, porque nadie lo ha hecho antes¡±, se?ala. Tambi¨¦n quiere desarrollar su propia colecci¨®n y aspira a diversificar los usos del material en nuevos sectores: mobiliario, automoci¨®n, aeron¨¢utica o incluso la industria sanitaria, pues, seg¨²n un estudio de una universidad de China que ellos est¨¢n corroborando, las fibras de la hoja de pi?a tendr¨ªan propiedades antibacterianas. Merecedora de premios como el Innovate UK 2017 para mujeres innovadoras, Carmen intervendr¨¢ este mes de junio, junto a otras ecoguerreras como Livia Firth o Gisele B¨¹nd?chen, en Omina 2018, unas conferencias de moda y estilo sostenible en Costa Rica. Y todo ello a una edad en la que la mayor¨ªa de personas o ya se han jubilado o solo piensan en hacerlo. ¡°Esa palabra no existe en mi vocabulario¡±, concluye ella. ¡°Tengo un trabajo que hacer¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.