Cirujano, no ¡®remendador¡¯
El t¨ªtulo del obituario dedicado a Ram¨®n Vila, m¨¦dico de la plaza de toros de Sevilla, provoca quejas
EL PA?S public¨® el pasado jueves, en su edici¨®n digital, un obituario del doctor Ram¨®n Vila, fallecido la madrugada anterior, que fue durante 32 a?os cirujano de la plaza de toros de Sevilla, seg¨²n contaba en el texto Antonio Lorca, cr¨ªtico taurino de este diario. El titular del art¨ªculo era Ram¨®n Vila, el ¨¢ngel de los toreros. Los lectores de la edici¨®n impresa pudieron leer el mismo texto el viernes 18 de mayo, pero el titular hab¨ªa cambiado. El fallecido hab¨ªa pasado de ser el ¡®¨¢ngel¡¯ de la edici¨®n digital a, Ram¨®n Vila, remendador de cornadas.
Numerosos lectores de la edici¨®n impresa me han escrito indignados por el titular en el que ven un detalle de desprecio a la fiesta de los toros, unos, o un craso error de apreciaci¨®n de las cualidades m¨¦dicas del fallecido, otros.
Al primer grupo pertenece la queja que me envi¨® el mismo viernes 18 de mayo Luis Pic¨®n, quien se?ala: ¡°Me consta que el ¡®ecosistema¡¯ de EL PA?S puede tener una cierta tendencia hacia posiciones poco favorables hacia el mundo de la informaci¨®n taurina, como demuestra el simple hecho del poco espacio que le prestan o la escasa tendencia a que la informaci¨®n taurina ocupe primeras p¨¢ginas, no solo en el peri¨®dico de papel, sino en la secci¨®n de cultura en la que se contiene, ocurra lo que ocurra (¡) Pero mi sorpresa hoy ha sido may¨²scula cuando he visto, p¨¢gina 47, el obituario dedicado al muy respetado y querido cirujano jefe de la enfermer¨ªa de la plaza de Sevilla, D. Ram¨®n Vila, al que describe, en su titular como ¡®Remendador de cornadas¡¯. ?Remendador? Sinceramente no creo que ni como recurso literario, po¨¦tico o period¨ªstico o como se exprese, sea admisible tratar de ?remendador! a quien durante m¨¢s de 30 a?os ha sido cirujano jefe de una plaza de toros de primera, como es La Maestranza, as¨ª como especialista en cirug¨ªa en el Hospital Universitario Virgen del Roc¨ªo de Sevilla, uno de los centros de referencia en el sistema p¨²blico nacional de salud (¡) Entiendo que es dif¨ªcil ser conscientes de todas las sensibilidades de todos los territorios y sectores, pero le puedo asegurar que el Dr. Vila era un personaje en su ciudad, Sevilla, una persona respetada, reconocida y con una trayectoria que no se merec¨ªa bajo ning¨²n concepto que en su ¨²ltimo d¨ªa entre nosotros alguien tuviese la ¡®inmoralidad¡¯ de llamarle ¡®remendador¡¯¡±.
Otro lector, Javier L¨®pez-Galiacho, ve en el titular falta de respeto hacia la figura del cirujano fallecido. ¡°Como lector habitual de EL PA?S, quiero transmitirle mi queja por c¨®mo titul¨® su diario, en versi¨®n papel, el pasado viernes 18 de mayo, y dentro de la secci¨®n de obituarios, la glosa que su respetado cr¨ªtico taurino y periodista, Antonio Lorca, dedic¨® al prestigioso cirujano taurino sevillano, Ram¨®n Vila¡±. EL se?or L¨®pez-Galiacho cree representar a ¡°varios lectores¡± al manifestar su protesta, ¡°por el titular ¡®Remendador de cornadas¡¯, que est¨¢ muy alejado del prestigio profesional del se?or Vila, uno de los m¨¢s grandes cirujanos taurinos del mundo, por cierto, especialidad que hoy en d¨ªa es muy considerada y respetada en la cirug¨ªa internacional porque sirve de referencia mundial para el tratamiento y cura de las heridas de guerras. Los cirujanos taurinos, como el propio Vila, asisten a estos congresos y son recibidos como h¨¦roes¡±.
Otra lectora, Mar¨ªa de los Desamparados Romero se refiere en el mensaje que me ha enviado al ¡®estupor¡¯ y a la ¡®indignaci¨®n¡¯, que le ha provocado el t¨ªtulo del obituario dedicado al doctor don Ram¨®n Vila. ¡°Llamarle ¡®Remendador de cornadas¡¯ es un insulto a uno de los cirujanos m¨¢s importantes de las ¨²ltimas d¨¦cadas, reconocido y admirado por todos los hombres y mujeres del mundo del toro y fuera de ¨¦l. Ese titular no refleja de ninguna manera la alt¨ªsima cualificaci¨®n profesional del doctor Vila, menosprecia su legado y deja en muy mal lugar a su peri¨®dico (...) Don Ram¨®n no ha sido un remendador de cornadas, sino un gran m¨¦dico que no merece que horas despu¨¦s de su fallecimiento se le falte el respeto¡±.
Antonio Lorca con quien me he puesto en contacto, confirma que el titular del obituario que ¨¦l envi¨®, estrictamente informativo, se cambi¨® por el que figura en la edici¨®n digital: ¡°Ram¨®n Vila, el ¨¢ngel de los toreros¡±. De modo que, me dice, ¡°el primer sorprendido fui yo cuando abro el peri¨®dico el viernes y me encuentro con ese titular¡±.
Los textos de la edici¨®n digital que se publican en papel son editados por un equipo de periodistas y no es infrecuente que se produzcan cambios. Juan Antonio Carbajo, redactor-jefe de la mesa de edici¨®n, explica por qu¨¦ se eligi¨® otro t¨ªtulo en el obituario de Ram¨®n Vilapara la edici¨®n impresa:
El autor del texto, Antonio Lorca, ha sido el primer sorprendido por el cambio de titular
¡°Lo primero, como no puede ser de otro modo, debemos disculparnos ante los lectores que han sentido que el titular de la necrol¨®gica escond¨ªa cualquier intenci¨®n de ataque o menosprecio a la figura de Ram¨®n Vila en particular o a los toros, en general¡±, se?ala. ¡°Prueba de ello es que su obituario se consider¨® lo suficientemente importante como para publicarlo con cierto realce como informaci¨®n principal de la p¨¢gina con amplitud de espacio. Los textos necrol¨®gicos son algo m¨¢s que meras notas biogr¨¢ficas. Su objetivo es contar una vida (nada hay m¨¢s interesante) y subrayar la val¨ªa e influencia de la persona que retratan. La necrol¨®gica dedicada al doctor Vila es un ejemplo meridiano de ello¡±.
¡°Para titularlas¡±, a?ade, ¡°se suele dedicar el sumario a compendiar precisamente las razones, motivos o logros por los que esa persona merece un hueco en la historia. Para el titular principal, la norma obliga a empezar por el nombre del fallecido y acompa?arlo con una frase sugerente. En este caso las reglas no son distintas de las de cualquier reportaje del peri¨®dico. Se buscan titulares veraces y atractivos (cuidado, no sensacionalistas) que llamen la atenci¨®n del lector. Eso s¨ª, al ser el esp¨ªritu del reportaje el que domina, tambi¨¦n se pretende que sean imaginativos evocadores.
Y aqu¨ª ya entra lo opinable. Descartado que haya sido la mala intenci¨®n o la fobia antitaurina la que haya inspirado el titular elegido, s¨ª que se puede discutir sobre su acierto. Y confieso que es imperfecto. Pero su imperfecci¨®n consiste no tanto en el adjetivo empleado (remendador me sigue pareciendo una palabra c¨¢lida y, s¨ª, sugerente) como en que no daba idea de que no era un ¡®remendador¡¯ cualquiera por sus a?os al frente de la enfermer¨ªa de la plaza y el n¨²mero de toreros atendidos. Aunque ambos datos estaban en el sumario, justo debajo del t¨ªtulo, para enmarcar la relevancia del doctor.
Y ya que estamos de confesiones, les sigo comentando. Tambi¨¦n tuvimos nuestras dudas. Y en un momento dado del proceso de elaboraci¨®n de la p¨¢gina reculamos para titular: ¡®El ¨¢ngel de los toreros¡¯. Ese era el apodo que recib¨ªa y el t¨ªtulo que a buen seguro iba a aparecer en la mayor¨ªa de las notas que los medios iban a dedicar a Vila. Y entonces decimos desandar el camino y volver a nuestra primera idea en la convicci¨®n de que era mucho m¨¢s atractiva, por sugerente¡±.
Carbajo concluye: ¡°Solo les pido que hagan una prueba ahora. Intenten releer el titular de nuevo sabiendo (cr¨¦anme) que no hay odio, aversi¨®n, tirria inquina o desprecio a los toros. Si entonces les sigue pareciendo ofensivo, no lo duden. Me he equivocado¡±.
Veo al menos dos problemas en el titular. Por un lado, aunque la palabra ¡®remendador¡¯ se utiliza en sentido figurado, se presta a ser malinterpretada al no ir entrecomillada, que es como se se?ala la letra cursiva en los titulares. Por otro, incluso en sentido figurado, el t¨¦rmino es desacertado para resumir, en la hora de su muerte, la labor de toda una vida de un prestigioso cirujano.
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