Ram¨®n Vila, el ¨¢ngel de los toreros
Atendi¨® 1.500 cornadas en sus 32 a?os como cirujano jefe de la enfermer¨ªa de la plaza de la Maestranza y fue un referente fundamental de la medicina taurina
Ram¨®n Vila Jim¨¦nez (Sevilla, 1938), cirujano jefe de la enfermer¨ªa de la plaza de toros de Sevilla durante 32 a?os, falleci¨® la pasada madrugada en su domicilio sevillano de forma repentina. Un d¨ªa antes hab¨ªa asistido a la presentaci¨®n de un libro de Carlos Infante, cirujano cardiovascular, y nada hac¨ªa presagiar el fatal desenlace. Vila hab¨ªa padecido hace unos meses un problema cardiaco y, recientemente, estaba aquejado de un esguince en la pierna derecha, lo que le hab¨ªa obligado a someterse a rehabilitaci¨®n y le hab¨ªa impedido acudir con asiduidad a las corridas de la reciente Feria de Abril.
Ram¨®n Vila era hijo de otro afamado cirujano taurino, Ram¨®n Vila Arenas, jefe de la enfermer¨ªa sevillana, a quien sustituy¨® en el cargo en el a?o 1978, si bien ya colaboraba con su padre desde 1965.
Al frente del equipo m¨¦dico de la Maestranza se convirti¨® en un referente fundamental de la medicina taurina. Ampli¨® el n¨²mero de sanitarios de cinco a doce miembros y convenci¨® a la Real Maestranza, propietaria de la plaza, para trasladar la ubicaci¨®n de la enfermer¨ªa, que qued¨® convertida en un peque?o pero modern¨ªsimo hospital donde se puede atender cualquier contratiempo de salud a toreros y espectadores.
Gran aficionado a los toros, Ram¨®n Vila se sent¨ªa, y as¨ª lo confes¨® en el blog El toro, por los cuernos, un m¨¦dico-torero, y afirm¨® que se hizo cirujano para conocer lo que encerraban los toreros en su interior, aunque siempre lament¨® que no hubiera tenido valor para ponerse delante de una becerra.
Francisco Rivera Paquirri fue su primer paciente cuando se hizo cargo de la enfermer¨ªa sevillana. El torero hab¨ªa sufrido dos cornadas, una en cada muslo, y, ya en la camilla, se neg¨® a ser operado por el doctor Vila y exigi¨® la presencia del padre del m¨¦dico, ausente por enfermedad. La firmeza mostrado por el joven doctor y la urgencia del trance convencieron al matador, que se recuper¨® satisfactoriamente, y lo que comenz¨® con un acto de rebeld¨ªa acab¨® en una ¨ªntima amistad que torero y m¨¦dico mantuvieron hasta la muerte de aquel en Pozoblanco, en 1984.
Ten¨ªa a gala Ram¨®n Vila las veces que su equipo hab¨ªa salido por la Puerta del Pr¨ªncipe, que ¨¦l asimilaba a las vidas que hab¨ªa salvado, y citaba los nombres del matador Pepe Luis Vargas, corneado grav¨ªsimamente en abril de 1987 por un toro de Barral en la puerta de chiqueros; el novillero Curro Sierra, en 2004, y los subalternos Luis Mariscal y Jes¨²s M¨¢rquez, en 2010.
Precisamente, la gravedad de estas dos ¨²ltimas cornadas, cuando el m¨¦dico ya contaba con 73 a?os, le produjo ¡°un baj¨®n an¨ªmico¡±, seg¨²n sus palabras, y decidi¨® jubilarse, y dejar paso al cirujano Octavio Mulet, si bien Ram¨®n Vila sigui¨® formando parte del equipo m¨¦dico como relaciones p¨²blicas, y por si alguna vez ¡°fuera necesaria mi colaboraci¨®n¡±.
Los momentos dif¨ªciles
Tambi¨¦n vivi¨® momentos dif¨ªciles, como fueron las muertes de los banderilleros Manuel Montoliu y Ram¨®n Soto Vargas, el 1 de mayo y el 13 de septiembre de 1992, respectivamente.
En total, m¨¢s de 1.500 toreros pasaron por las manos de Ram¨®n Vila, lo que le permiti¨® alcanzar una gran notoriedad como cirujano taurino; le llamaban ¡°El ¨¢ngel de la guarda¡± de los toreros, particip¨® en numerosos congresos m¨¦dicos donde disert¨® sobre los avances de su especialidad, y era reconocido como un referente fundamental de la medicina taurina, que, seg¨²n cont¨® a este peri¨®dico, ¡°se aprende en la calle, pues no hay una sola l¨ªnea referida a ella en los libros de la carrera de Medicina¡±.
El pasado 1 de mayo recibi¨® en su casa a este peri¨®dico y aunque se le vio mermado de facultades f¨ªsicas manten¨ªa el car¨¢cter jovial que siempre le caracteriz¨® y mostr¨® su ilusi¨®n por celebrar su ochenta cumplea?os, que hab¨ªa cumplido el 25 de abril, con un crucero veraniego por el Mediterr¨¢neo con su esposa, sus hijos y nietos. Ram¨®n Vila no podr¨¢ hacer realidad este sue?o: dejar en el recuerdo de sus nietos el crucero que ya ten¨ªa contratado, pero ha dejado una realidad incontestable por la que ¨¦l y su equipo siempre ser¨¢n recordados: han salvado las vidas de muchos toreros.
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