Este es el verdadero arte contempor¨¢neo, y lo hace el valenciano Carlos S¨¢ez

Desde su estudio taller, en medio de la huerta valenciana, se ve la colosal obra del arquitecto valenciano Santiago Calatrava: la Ciudad de las Artes y las Ciencias. All¨ª, Carlos S¨¢ez (Valencia, 1988), recluido pero arropado por el vecindario, que lo conoce y saluda, rodeado de cables, m¨¢quinas y cientos de pantallas de ordenador, prepara su pr¨®xima exposici¨®n para despu¨¦s del verano en Espai Tactel, una importante galer¨ªa de arte contempor¨¢neo valenciana.

Todo un reto para este joven genio del arte digital que por primera vez est¨¢ creando figuras tangibles. ¡°Estoy contento y con ganas porque la comunicaci¨®n se traduce en algo f¨ªsico que se puede ver y adquirir¡±, comenta mostrando el componente de una de las piezas, el motor de una lavadora.

¡°S¨ª, voy a formar parte del mundo convencional del arte, pero solo en la medida en que sea necesario. Me conozco bien para que mi obra prevalezca por encima de todo¡±, aclara para que nadie se lleve a enga?o. S¨¢ez es de todo menos convencional. ¡°Expondr¨¦ fetichismo hardware¡±, se?ala. ¡°M¨¢quinas abandonadas, desechadas. El uso del espacio negativo que queda del no uso de la m¨¢quina para crear piezas que andan a mitad camino entre la reliquia y el amuleto¡±, indica este artista que siempre ha trabajado en entornos digitales; sobre todo en Internet como objeto de estudio y lugar de exposiciones. El net.art ha sido su mundo. La revista digital Cloaque, de la que fue fundador, define esa etapa.

Su idea ahora es fusionar las diferentes disciplinas que maneja, recuperando y aprovechando todo tipo de material por el que ha fluido una informaci¨®n, digital o no. Y para ello se surte en vertederos de basura y recoge material en chatarrer¨ªas. ¡°Hay algo muy bello en la idea de admirar aquello que ha tenido una funci¨®n importante en nuestras vidas. Una m¨¢quina sin fluido de informaci¨®n, sin sus datos, sin su electricidad, tiene derecho a ser preservada como est¨¦tica. Del mismo modo que los acueductos romanos sin el agua que fluye han permanecido como atracci¨®n tur¨ªstica¡±, se?ala. ¡°Si hubiera un cambio de paradigma sobre lo que sabemos de Internet, si hubiera otro sistema que eliminara todo lo que conocemos, ?qu¨¦ pasar¨ªa con los data centers [centros de datos] de Google? No creo que se tiraran. Se admirar¨ªan y conservar¨ªan para la historia¡±, argumenta.

Carlos S¨¢ez termin¨® Direcci¨®n de Arte en el Instituto de Dise?o Europeo (IED) de Madrid y con apenas 21 a?os se convirti¨® en el director creativo de la cadena de hoteles Room Mate. Ha realizado campa?as audiovisuales para grandes firmas como Loewe y Samsung. La ¨²ltima ha sido con Prada en Montreal, en colaboraci¨®n con el admirado Arca, nombre art¨ªstico del m¨²sico y productor de Bj?rk, entre otros, Alejandro Ghersi. Ambos crearon la instalaci¨®n Tormenta, una impactante perfomance para el lanzamiento de la tienda de Ssense, un edificio de cinco pisos dise?ado por David Chipperfield. Con Arca tambi¨¦n ha colaborado en el videoclip Fetiche. Menci¨®n aparte merece la innovadora pieza de videoarte que realiz¨® con el productor turco Cumhur Jay, adem¨¢s de las ilustraciones para la revista neoyorquina de arquitectura Pin UP.

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No se considera un hombre de ¨¦xito. ¡°Llegar a sentirse as¨ª no debe ser muy bueno. Corres el riesgo de parar y no buscar m¨¢s¡±, apunta destacando que su generaci¨®n est¨¢ acostumbrada a la velocidad de la tecnolog¨ªa y concienciada para asumir los cambios. ¡°La tecnolog¨ªa no es nada malo. Tendemos a culparla de todo. Es una excusa para no cultivarnos a nosotros mismos. La tecnolog¨ªa no nos la han tra¨ªdo unos alien¨ªgenas, la hemos creado nosotros. Debe ser una herramienta. T¨² puedes utilizar un martillo para clavar o para darle a alguien en la cabeza. El problema es qui¨¦n dirige esa tecnolog¨ªa y qui¨¦n est¨¢ haciendo uso de ella¡±, defiende el artista, al que le gusta experimentar en Instagram con su propio cuerpo. Algunas de esas im¨¢genes se han hecho virales en internet.

Su ¨²ltimo trabajo ha consistido en ilustrar una entrevista de Calatrava en la revista Buffalo Zine. Para ello se ha basado en la arquitectura templar¨ªa, fara¨®nica, del futuro, una historia entre dioses y mortales a la altura del arquitecto cuya ciudad asoma por encima de la huerta.