¡®APM (?Alguna pregunta m¨¢s?)¡¯| El por qu¨¦ infinito

Lo hemos visto en series de polic¨ªas, cuando llevan al detenido a una sala e intentan sacarle la verdad con cualquier t¨¢ctica, y despu¨¦s se lo hacen repetir para ver si cae en contradicciones.

Lo hemos visto en series de abogados, cuando la joven ingenua que cree que puede cambiar la sociedad se enfrenta al magnate corrupto hasta hacerle admitir su culpabilidad.

Y lo hemos visto en multitud de programas, cuando periodistas incansables con mucha autoestima preguntan y repreguntan al invitado hasta que deja de soltar el discurso preparado y acaba cayendo en alguna trampa que le incrimina.

Verlo como espectador es una gozada. Sufrirlo como pol¨ªtico o empresario que tiene algo que esconder puede ser perjudicial para tu carrera. Pero vivirlo como padre es entrar en un Atrapado en el tiempo period¨ªstico.

Vaya, que nuestra hija ya ha entrado en la etapa de los ?Por qu¨¦?

Y le gusta la tarifa plana. Vaya si le gusta. Sobre todo a la hora de ir a dormir, que en vez de quedarse frita decide fre¨ªrnos a nosotros con todas las dudas acumuladas durante el d¨ªa.

Por un lado es fabuloso asistir a este despertar megal¨®mano de la curiosidad, verla emocionarse con los peque?os descubrimientos y actualizar su conocimiento. Pero a veces satura un poquito. Por ejemplo, cuando quiere analizar cien veces la trama de cualquier pel¨ªcula de Disney. (Claro que cuando vemos las de Marvel con mi mujer, ella tambi¨¦n me avasalla a ¡°?este qu¨¦ poderes tiene?¡±, ¡°?la anterior la hemos visto?¡± o ¡°?por qu¨¦ no sale Batman?¡±)

A veces tanta preguntita nos agobia porque tenemos sue?o, cansancio o trabajo o porque interrumpe conversaciones de adultos. Pero lo triste es que a veces con sus inquietudes nos demuestra nuestro desconocimiento de muchos temas¡­ o que una vez lo supimos y ya lo hemos olvidado.

Y por si esto fuera poco, algunas respuestas implican hacerle spoiler de cosas que a¨²n no deber¨ªa conocer, para mantener la inocencia infantil unos a?os m¨¢s.

Como Jack Nicholson al final de Algunos hombres buenos, en momentos as¨ª querr¨ªamos gritar: ¡°?t¨² no puedes encajar la verdad!¡±

Los expertos recomiendan atender estas mini-ruedas de prensa con respeto y atenci¨®n, porque en el fondo, adem¨¢s de aprender, nuestros cr¨ªos lo que quieren es saber que les hacemos caso. Este preguntar infinito fomenta su expresi¨®n oral, su confianza en hablar delante de los dem¨¢s, sus ganas de no aceptar lo impuesto sin rebelarse. No hay que mentirles ni mandarles callar, sino contestar pensando en las palabras y conceptos que pueden comprender.

Pero es m¨¢s f¨¢cil escribirlo que cumplirlo.

No me pondr¨¦ populista, que esto es una columna de humor. Pero ante tanta corrupci¨®n, contratos basuras, hipotecas chungas y el resto de la letra peque?a de la vida que aceptamos sin protestar, en vez de vivir mirando al m¨®vil, quej¨¢ndonos en Facebook y manifest¨¢ndonos con un clic, nos vendr¨ªa bien volver a ser ni?os preguntones para evitar que nos tomen el pelo.